Ya comenzaron las danzas matachines

Arrancaron en la Plaza Mayor


Ya comenzaron las danzas matachines

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2012, 12:45 pm

Chihuahua, Chih.- Esta mañana el grupo de danzantes matachines “Danza San Isidro”, los bailes a la guadalupana, como anticipación a el día que a ella se le conmemora, el 12 de diciembre.

Estos bailes se llevaron a cabo en la Plaza Mayor, donde decenas de familias chihuahuenses, acudieron a deleitarse con esta tradición chihuahuense.

Matachines a detalle

INDUMENTARIA

La vestimenta consiste en ropa de origen mestizo: camisa, pantalones, botas y calcetas (estas últimas sobrepasan a las botas y se ajustan por encima de los pantalones). En la cadera, tapando la pelvis y los glúteos, se ata un paliacate de colores, cuya punta cuelga entre las piernas semejando un taparrabo. Para rematar el atuendo, se colocan también un par de capas rojas o floreadas de tela de algodón, que van desde los hombros hasta las rodillas.

Quizás lo más característico de la indumentaria de los matachines es la corona que llevan en la cabeza y las sonajas y palmillas que portan en sus manos. La corona se confecciona con espejos, o con ramos de flores que pueden ser de tela, papel de china o plástico; de ella cuelga una miríada de listones multicolores. También, con paliacates, se cubren la parte posterior de la cabeza y parte de la cara, dejando al descubierto sólo los ojos y la nariz.

Los matachines portan en la mano derecha una sonaja que agitan constantemente, mientras que en la izquierda llevan una palmilla (especie de abanico que también puede adquirir la forma de un tridente), a la que se le cuelgan listones de colores y flores de tela o plástico. A este objeto se le llama sikawa, que en la lengua tarahumara significa “flor”, término que denota el poder del bien. Los mitos explican que los matachines fueron creados para ser los soldados de la Virgen, y extender buenas influencias a través de sus danzas y del poder benigno, conferido esto último por el simbolismo de la flor.

MÚSICA

Los instrumentos para ejecutar la música que acompaña a esta danza son el violín, al que los tarahumaras llaman ravel, y una guitarra o guitarrón con siete cuerdas ordenadas en una escala de tres graves arriba y cuatro agudas abajo. Tal vez este orden tenga que ver con el significado ritual que se le asigna a esos números, pues para los indígenas el tres es el número de lo masculino y el cuatro el de lo femenino.
El número de músicos ejecutantes tampoco es fijo, mas es necesario que por lo menos haya un dúo de guitarra y violín. Este último es el instrumento más creativo en las piezas musicales al tener la responsabilidad de llevar las partes melódicas, en tanto que la guitarra lleva el ritmo. Además, el sonido de las sonajas portadas por los danzantes constituye otra base rítmica que les ayuda a marcar mejor los pasos.

COREOGRAFÍA

Las danzas se ejecutan con paso de base terciaria o binaria. La posición del cuerpo es erecta, mientras que el paso se marca con las plantas de los pies. Las figuras coreográficas más comunes han sido denominadas “cruzamientos” (intercambio de posiciones entre las dos hileras en que se divide el conjunto de danzantes): “serpentinas” (los monarcos cruzan entre las dos filas, rodeando a cada uno de los danzantes) y “ondeos” (desplazamientos de los integrantes de una fila, quienes rodean a los de la otra mientras éstos permanecen en su lugar y viceversa). Además, otro movimiento consiste en los giros que hace cada uno de los danzantes sobre sí mismo.

La actuación comienza cuando los integrantes del grupo se forman en el atrio de la iglesia, dando la cara a la cruz grande. Al son de la música los monarcos agitan sus sonajas y los matachines empiezan sus evoluciones. Las filas se desplazan alrededor de la cruz para saludarla, y ante ella marcan los cuatro puntos cardinales volteando hacia cada uno. Luego entran a la iglesia para saludar también a las imágenes sagradas como un acto de respeto y fervor religioso.

Las danzas continúan durante toda la noche, cada nueve piezas se hace un descanso. Por la mañana se reparte tónari (caldo de res sin sal), y después del vigorizante desayuno los matachines comienzan de nuevo sus evoluciones.

En estas festividades casi siempre se efectúan procesiones en las que participan las autoridades de la comunidad, las tenanches (tres niñas o muchachas que portan las imágenes sacras) y el público en general.

Cada procesión es abierta por tres piezas de matachines, quienes la encabezan junto con sus músicos. Si hay un sacerdote disponible en la localidad se hace misa; pero lo que si no puede faltar es la pronunciación de los nawésari, es decir, los sermones que efectúan las autoridades para exhortar a todos a comportarse bien, a trabajar durante todo el año y a recordar la importancia de la ceremonia que se está celebrando.

Para finalizar su actuación, los matachines se deciden ejecutando una pieza en la que los danzantes, formados en dos hileras enfrentadas, intercambian toques de sus respectivas palmillas y pies formando un entrelazado con el danzante que tienen enfrente. Este acto se hace en el atrio y se repite en el interior del templo.

El origen europeo de las danzas matachines y de otros bailes asociados a éstas —conocidos como “Danzas de Conquista” o de “Moros y Cristianos”—, es bastante evidente. En las cortes del Viejo Mundo se presentaban las actuaciones de los mattachins en Francia, los matacinio en Italia y los moriskentänzer en Alemania. Aunque la palabra árabe mudawajjihen, que significa “los que se ponen cara a cara” o “los que se ponen cara” —tal vez en referencia al uso de máscaras— podría sugerir un origen arábigo de la danza..

Desde luego, los indígenas empezaron a añadir elementos autóctonos tanto a la danza como al acompañamiento musical. La aceptación de éstas fue tal, que las autoridades virreinales prohibieron su ejecución en el interior de los templos o en el atrio de las iglesias, por temor a que se suscitaran revueltas y porque consideraban paganas algunas de esas manifestaciones; sin embargo, este tipo de medidas represivas sólo consiguió que las danzas se ejecutaran a una distancia más prudente del poder español, por ejemplo, en las casas de los indios principales