Victoria pírrica de la CTC: se queda con una empresa en ruinas

**Si el juez les da la razón en la audiencia constitucional del 19 de abril, quedarán en papel de administradores de una empresa transportista que ya no pueden sostener.


Victoria pírrica de la CTC: se queda con una empresa en ruinas

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2014, 19:45 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera

Los concesionarios que integran la empresa Coordinadora de Transporte Colectivo (CTC) tienen dos noticias: una buena y otra mala.

Primero la buena: el juez Octavo de Distrito, Ignacio Cuenca Zamora, les concedió la suspensión provisional del acuerdo publicado por el Poder Ejecutivo con el cual pretendía éste quitarles la ruta, los camiones, paraderos y terminales del sistema “Vive Bus”.

Ahora la mala: en vista de que han ganado la batalla legal, seguirán como operadores de una empresa que está en la absoluta ruina financiera, con millones y millones de pesos en deudas y sin posibilidades de recuperar lo perdido.

Vistas así las cosas, quién sabe si el fallo del juez Cuenca Zamora es una buena o una mala noticia. Acaso sea una victoria como las de aquel rey de Epiro: Pirro, quien al derrotar a los romanos en una fragorosa batalla donde perdió cientos de hombres, dijo algo así como “otra victoria de estas y me retiro”.

Así está la victoria judicial de los concesionarios que manejan la CTC: si vuelven a ganar, es decir, si el juez les da la razón en la audiencia constitucional del próximo 19 de abril, quedarán en firme su papel de administradores de la empresa transportista que ya no pueden sostener.

La CTC opera el sistema de transporte troncal con un déficit operativo de 35 millones de pesos mensuales, según cifras que los propios concesionarios le han confiado al Gobierno del Estado, revelaron fuentes cercanas a la negociación.

En nueve meses, ese déficit ya acumula 315 millones de pesos, los cuales han generado millonarias sumas en deudas con proveedores, los cuales buscan ahora cobrar sus facturas a quien sea, incluso al mismo Gobierno del Estado, que no es el dueño de la empresa deudora.

Con una tarifa de a 6 pesos que difícilmente cambiará en fechas próximas; con unos costos de operación que no dejan de moverse hacia arriba, como es el precio del diésel, por ejemplo, no se ve cómo la CTC pueda continuar con la prestación del servicio de manera continua, sin suspensiones y sin retirar unidades de circulación.

Vistas así las cosas, con todo y amparo ganado, llegará un momento en el cual la CTC—como cualquier empresa en ruinas—no pueda más y deje de prestar el servicio. Ante un escenario así, ni quién necesite ganar un amparo, pues el Gobierno podrá tomar la operación de un sistema de transporte que él mismo construyó.

Lo peor de todo esto es que, entre las ruedas, se llevaron a miles de usuarios del transporte colectivo que no tienen más opción que subirse el camión para trasladarse a su trabajo o a la escuela. Esos miles de ciudadanos no tienen juez que les otorgue un amparo contra un pésimo servicio de transporte.