Vicente Loya, un combativo rarámuri

** “No volveré a correr hasta no curarme".


Vicente Loya, un combativo rarámuri

La Crónica de Chihuahua
Agosto de 2011, 23:43 pm

Chihuahua, Chih.- Eran las 8:10 de la mañana, un total de 800 corredores estaban listos para el disparo de salida de la Primera Carrera Pedestre de la Cervecería.

Había expectación. En la línea de salida los corredores de élite: Quintana, Enrique González, el “Gallo” Duarte, Hernández, las mujeres muy conservadoras no se colocan al frente porque las pueden “tumbar”.

El grito fue sonoro: ”¡Arrancan!” Como un caballo cuarto de milla, el tarahumara Vicente Loya, “se tira a matar”, no hay otra explicación, comienza a tomar ventaja por la avenida Juárez rumbo a la Venustiano Carranza, llega a la Colón con una ventaja de 60 metros sobre el pelotón de elite, “¿Qué, está loco?”, corre como bestia, pero, recordamos que este muchacho ya les ha ganado a las estrellas de Chihuahua, pero, “cómo corre”.

Lo van dejando solo, esperando que al kilómetro 2 truene como ejote, pero Loya cree que está en la sierra de Guachochi, lugar donde nació, no le importa, bracea como si fuera nadando para salir de un acantilado en la orilla del mar.

Comienzan a darle alcance el “Iron Man” Abraham Castellanos, hombre de 3 deportes, Duarte, Quintana, Solís y Hernández, hombres de 7 pulmones, muy superiores por esta ocasión; sobre el rarámuri.

Loya comienza a ceder terreno en el kilómetro 3, en plena subida de la avenida Universidad frente a la clínica del Seguro Social, inician los rebases.

Finalmente, para el kilómetro 4, el hijo de la Sierra Tarahumara había perdido la ventaja, sin pena ni gloria, llego a la meta.

El reportero en cuestión, que lo vio durante toda la carrera, le preguntó, ¿Qué te paso?

Afligido y avergonzado, aunque no lo crea, es un tarahumara con sentimientos: “Estoy acabado”, dijo; “tengo una lesión, que no me deja, si continúo corriendo, nunca me voy a curar”, dijo.

“Salgo muy bien, pero conforme avanzo, comienza el dolor en la pierna Hasta que se vuelve insoportable”, dijo.

Nos quedamos con la idea, de cómo este hombre joven se vino a vivir a la ciudad de Chihuahua a buscar vida y fortuna, y curiosamente con las carreras pedestres “le chilla el sartén”.