Vaya precio el que tuvimos que pagar para tener ’’Vive Bus’’

Por Alejandro Salmón Aguilera/ Ahoramismo.com.mx

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2013, 10:38 am

La reforma a la Ley de Transporte y sus Vías de Comunicación que aprobó la 63ª Legislatura en su última sesión representa casi un cheque en blanco para los actuales concesionarios del transporte público, quienes ahora, además, no sólo serán dueños del sistema troncal, sino también de una parte del equipamiento urbano.

Por partes: el pleno de la 63a Legislatura aprobó un paquete de modificaciones a la ley antes mencionada, incluida una al artículo 30, donde se establecía que la antigüedad máxima de un autobús de pasajeros era de 10 años.

Pues bien, con la reforma que aprobó por unanimidad—ojo, fue unánime, todos la avalaron—el Congreso, la antigüedad máxima se “amplió” a 15 años. Vale aclararlo, esos camiones de hasta 15 años de viejos servirán sólo para las líneas que les llaman eufemísticamente “alimentadoras”.

En la redacción actual de la ley, y decimos actual porque la reforma aún no entra en vigor, la antigüedad máxima es de 10 años. Esto es, que la actual legislatura les dio permiso a los concesionarios de transportar a los usuarios en camiones viejos y desvencijados.

Mucho se ha hablado de que el “Vive Bus” dará servicio en camiones nuevos, limpios y hasta con clima artificial. De primer mundo, pues. Sí, el problema es que el usuario primero se subirá a un camión viejo, frío en el invierno o caluroso en el verano; se sentará en asientos duros e incómodos y acaso, soportando la fricción del aire de algún vidrio quebrado.

En la adecuación que hizo el Congreso a ese artículo 30, se establece que “Las unidades de transporte que se utilicen para el servicio colectivo de pasajeros serán de modelo no anterior a diez años, quince para las rutas troncales, y los automóviles de alquiler a siete años, de fabricación nacional o internados legalmente al país”.

Esto es, que si ya había quejas por el mal servicio que prestan los concesionarios en sus camiones en mal estado, ahora tendremos qué aguantarlos porque será legal trasladar pasajeros en un camión viejo.

Por lo visto, ese no es el único precio que pagó el Gobierno para que los concesionarios accedieran a integrar el “Vivebus”, ya que le aumentó cinco años más de vigencia de las concesiones.

Había un precio qué pagar a cambio de modernizar el transporte, pero nunca nos imaginamos que incluiría mantener en servicio parte del parque camionero obsoleto e incómodo, y dejar la concesión cual si fuera coto de caza.