Urique o el inexistente terror que sí existe

**Secuestros, levantones, incluso presidentes municipales, funcionarios públicos, policías y civiles han sido asesinados por quienes participan en actividades delictivas.

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2015, 09:13 am

Chihuahua.- Urique se localiza en lo profundo de la Sierra Madre Occidental en la región de la barranca.

Por su ubicación geográfica, al Norte con el municipio de Bocoyna, al Oeste con el de Guazapares, al Este con el de Guachochi, al Sureste con el de Batopilas y el Suroeste con el estado de Sinaloa, se ha convertido en un importante centro de disputa por parte de los grupos criminales que producen y trafican estupefacientes, principalmente mariguana, afectando la seguridad de la población.

El municipio tiene un total de 20 mil 386 habitantes, según el último Censo de Población y Vivienda del Inegi (2010), de los cuales 10 mil 342 son hombres y 10 mil 044 son mujeres.

Asimismo se divide en 10 secciones municipales que son: Cerocahui, Cuiteco, Guagüeyvo, Colonia Bahuérachi, San Rafael, Cieneguita Lluvia de Oro, Tubares, Bahuichivo, Corarechi y Guapalayna

En años y meses recientes esta zona se ha convertido en escenario constante de enfrentamientos entre grupos antagónicos de la delincuencia organizada, específicamente integrantes del Cártel de Sinaloa con otras células que se disputan el control.

Secuestros, levantones, incluso presidentes municipales, funcionarios públicos, policías y civiles han sido asesinados por quienes participan en actividades delictivas.

Lo cual ha afectado la tranquilidad de sus habitantes, quienes denuncian constantemente el problema ante los medios vía telefónica, por el rechazo, que dicen, existe de parte de las autoridades en el estado de acudir, atender y enfrentar verdaderamente el problema.

En el lugar operan tres importantes compañías mineras que contratan a más de 300 empleados, y quienes incluso han sufrido los estragos de la violencia.

A principios del mes de marzo, se reportó que un comando armado conformado por al menos 20 personas, con vestimenta tipo “Swat”, tomaron el poblado, y mantenían retenes en la entrada y salida del pueblo.

Posteriormente murió en un enfrentamiento a balazos, Bernardo Portillo Torres, de 24 años, supuesto líder de un grupo del crimen organizado que operaba en esa zona, y desde entonces, el lugar ha incrementado en inseguridad.