Urge rescate de histórica Hacienda de los Remedios

**Quedan en pie las oficinas, la fachada y el huerto y su acequia.


Urge rescate de histórica Hacienda de los Remedios

La Crónica de Chihuahua
Septiembre de 2011, 10:37 am

Belisario Domínguez, Chih.— La vieja y próspera hacienda ganadera y agrícola de Los Remedios, establecida en el siglo Diecinueve, está hoy en ruinas, y lo que eran sus oficinas, donde despachaba el administrador, se usa como un pesebre que libra de la intemperie al ganado del actual propietario.

La casona es todavía reconocible por el letrero grabado en cantera en la fachada y que se conserva completo: “Hacienda de los Remedios”.

Pero ésta es la hacienda “nueva”, porque la anterior estuvo aguas arriba del arroyo, donde todavía existen rastros mínimos de la ruina.

Este inmueble “nuevo” data de la segunda mitad del siglo antepasado, y aquí, frente al templo bicentenario de la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, están también las ruinas de la casa del hacendado, con su huerta que hasta la fecha está regada con el agua del manantial que viene de arriba, del Ojo de la Pila, en seguida del lugar que se conoce como El Ahijadero.

Los actuales granados chinos, ciruelos, naranjos, fresnos, higueras y moreras son descendientes de aquellos originales árboles que mandó plantar don Félix Maceyra. Este hacendado, de hecho, fue un innovador de la ganadería en Chihuahua. Félix Francisco Maceyra, quien era en ese entonces gobernador del estado, introdujo en 1883 unos ejemplares de ganado cebú comprados a un circo de Nueva Orleáns, donde eran exhibidos como bichos raros. Don Félix logró aclimatar los animales en sus haciendas “Bachimba” y “Los Remedios”.

Algo queda en pie, aunque todos los edificios sufren de grave deterioro. Están las oficinas y la fachada de la hacienda, el huerto con su acequia original, están en pie la capilla, uno de los dos estanques. Y de las casas de los peones, que estaban en dos conjuntos, sobreviven en buen estado las que están al norte, por la calle principal del ejido, porque se siguen usando como viviendas. El otro conjunto, atrás de la capilla, ya se cayó y hoy se usa el espacio como un corral de ganado ovino.

El casco de la hacienda es propiedad hoy en día de Jesús Ignacio Castañeda Torres, nieto del ejidatario que lo compró hace ya muchos años.