Unas clases de Derecho Constitucional a las/os Diputadas/os, por favor

Alejandro Salmón Aguilera/ ahoramismo.com.mx

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2012, 18:04 pm

Con estos diputados/as no ganamos para penas. Hace dos semanas, el pleno del Congreso del Estado le dio una especie de regalo de cumpleaños a la diputada del Verde, Brenda Ríos al aprobarle su iniciativa para permitir que jóvenes de 16 años, de cualquier género, puedan contraer matrimonio civil.

Tal vez era buena la intención de la legisladora "Verde", porque en su exposición de motivos, señalaba la desigualdad entre varones y mujeres, ya que a los primeros se les permite la casarse a partir de los 16 años y a las segundas, desde los 14.

Esa diferenciación de edades permitía, al menos en zonas rurales, que las niñas fueran "casadas", acaso contra su voluntad, cuando apenas eran unas pubertas y, en una de esas, a cambio de algún bien monetario o material. Vendidas, pues.

Desde ese punto de vista, no era mala la intención de la legisladora Ríos y menos aún del resto de los integrantes de la 63a Legislatura. El problema es que no se legisla sólo con buenas intenciones ni con ganas de emparejar el terreno en materia de equidad de género, sino con apego al texto constitucional y a los tratados internacionales firmados por el Gobierno de México.

En ese sentido, los tratados firmados por el Estado Mexicano, debidamente ratificados por el Senado de la República, establecen que los menores de edad, así tengan 17 años, 11 meses y 29 días, pertenecen al grupo de edad de la niñez y, por lo tanto, no están en capacidad de tomar una decisión trascendental como la de contraer matrimonio o votar por sus gobernantes, por poner ejemplos.

Es del todo discutible si un joven al que le falta un día para cumplir los 18 aún es un niño, sobre todo en la época actual, cuando hemos visto cómo las policías detienen a bandas enteras de peligrosos delincuentes compuestas por jovencitos de 14 o 15 años.

Discutible o no, ese es el texto del Tratado Internacional; éste a su vez tiene rango constitucional y a ese se debe apegar toda ley que genere el sistema legislativo mexicano, sea federal o de los estados.

De buena gana, la legisladora verde trató de favorecer tanto a mujeres como a varones menores, pero el Legislativo en su conjunto, con todo y su Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, debió revisar si esa reforma embona con los tratados que ya están en vigor.