Un papable advierte del peligro de presión a otros Papas tras la renuncia de Ratzinger

**El cardenal Schönborn afirma que lo ocurrido es una muestra de que la Iglesia puede liberarse de tradiciones superfluas.


Un papable advierte del peligro de presión a otros Papas tras la renuncia de Ratzinger

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2013, 20:14 pm

«Lo importante es que la renuncia sea libre», y por lo tanto que se descarte en su momento «presión» a los Papas que vengan, destaca el cardenal de Viena, Christoph Schönborn, papable aunque no de los de prima fila, en una entrevista que publica en papel el semanario austriaco profil, y que recoge en la «web» la agencia Kath.net. Schönborn hablaba, claro, de la renuncia de Joseph Ratzinger.

La dimisión de Benedicto XVI es, para Schönborn, «una decisión muy personal de conciencia», algo que ya preveía y regulaba el Código de Derecho Canónico de 1917. Quizá se deba a la «tradición monárquica de la Iglesia» el hecho de que prácticamente no se hayan producido hasta ahora abdicaciones de Sumos Pontífices.

Según Schönborn, el paso inesperado dado por Ratzinger pone de manifiesto el núcleo bíblico y teológico del Papado. «Pedro, el Papa, es la roca sobre la que Cristo funda su Iglesia», pero «menos la persona del correspondiente Papa que el Papado mismo». Benedicto nos muestra claramente que lo esencial del Papa no es su «aureola, sino lo que Dios hace con él y a través de él».

La dimisión del Papa patentiza que la Iglesia se puede librar de tradiciones que se podrían denominar el algún sentido «superfluas», de validez discutible, como en su día ocurrió con el uso del latín en la Liturgia.

Sin embargo, añade el purpurado, la Iglesia no puede abandonar tradiciones que procedan de la revelación de la fe, y que en última instancia llegan a indicaciones del propio Jesucristo, como por ejemplo la indisolubilidad del matrimonio.

Amplio campo para cambios, hay, pues, según el cardenal, en la dirección y en la administración de la Iglesia, sobre todo en Roma. La burocracia vaticana ha de servir «al primado del Papa», y no «sustituirlo».

Schönborn, vástago de una familia de la nobleza austriaca, es un discípulo de Ratzinger, un notable teólogo que colaboró de forma destacada en la redacción del Catecismo de la Iglesia Católica.