Un atentado en Damasco causa 25 muertos y 50 heridos

El Gobierno atribuye a un terrorista suicida el atentado que ha sacudido el barrio de Al Midan en la capital siria


Un atentado en Damasco causa 25 muertos y 50 heridos

La Crónica de Chihuahua
Enero de 2012, 10:52 am

Un atentado en el centro de Damasco ha causado este viernes la muerte de decenas de personas. La explosión, que el Gobierno atribuye a un terrorista suicida, ha devastado la plaza de Al Midan, en el centro histórico de la ciudad. Por el momento el Gobierno contabiliza 10 muertos y 46 heridos, aunque otras fuentes locales elevan a 25 el número de fallecidos. El atentado resulta similar a los dos registrados el pasado 23 de diciembre, también en Damasco, con 44 muertos.

Se desconoce por el momento quién ha organizado y ejecutado los ataques de diciembre y de hoy. El Gobierno, que aseguró por medio del ministro del Interior, Mohamed Shaar, que el objetivo del ataque fue un autobús que transportaba a policías, apunta a elementos de Al Qaeda o, más vagamente, a los “grupos terroristas islámicos” a los que acusa de protagonizar la revuelta contra el régimen de Bachar el Asad. Pero no hay pruebas por el momento. La oposición sospecha en general de los servicios secretos del régimen porque los atentados han ocurrido en Damasco, donde la policía mantiene el control de la situación, y porque vienen a confirmar la tesis gubernamental sobre las raíces terroristas de una protesta que ha costado ya más de 5.000 víctimas mortales desde marzo.

Algunos vecinos de Al Midan, citados por la oposición, hablan de una intensa presencia policial antes de la explosión y de algunos cortes de calles. Quienes respaldan la teoría conspirativa indican también que difícilmente un grupo contrario al régimen elegiría un viernes, el día en que se celebran las mayores manifestaciones, para ensombrecerlo con un atentado. Y señalan que habría resultado más lógico, de tratarse de un ataque contra el régimen, elegir una de las frecuentes manifestaciones oficialistas o un barrio habitado por altos funcionarios, en lugar de uno conservador e islamista como Al Madan. La crueldad del régimen sirio, y su experiencia en la organización de atentados con bomba en Líbano, están fuera de duda.

En cualquier caso, también existen elementos que apuntan a la culpabilidad de algún grupo opositor. La oposición sufre crecientes divisiones y muestra signos de exasperación ante la resistencia del régimen, la timidez de los observadores enviados por la Liga Árabe y la negativa internacional a una intervención armada contra El Asad. El Ejército de la Siria Libre, compuesto por militares desertores y partidario de acabar con el régimen por la vía de la violencia, había advertido ayer y poco antes del atentado que tenía preparadas “acciones importantes” porque “la fuerza es el único lenguaje que Bachar el Asad entiende”, aunque se desvinculó inmediatamente del atentado.

Ambas partes carece de credibilidad. El Asad goza aún de un apoyo mayoritario entre la población (el 55%, según un sondeo del Instituto de Doha) y el rechazo a su figura no es, por tanto, tan masivo como afirman los portavoces opositores, pero recurre con frecuencia a mentiras flagrantes: varios de los militares incluidos en la lista de víctimas de los atentados del día 23 aparecieron después como víctimas de emboscadas en Daraa y Homs, lo que pone en cuestión el número real de muertos en aquellas acciones. Para respaldar sus denuncias contra la brutalidad del régimen, la oposición ha utilizado a su vez algunas imágenes trucadas y exagera habitualmente las cifras.