Sufrimiento psicológico por obesidad infantil

¿Qué hacer si mi hijo es obeso?


Sufrimiento psicológico por obesidad infantil

La Crónica de Chihuahua
Septiembre de 2011, 13:48 pm

La obesidad se define como el resultado de un desequilibrio entre la ingesta y el gasto de energía. Si bien entre las causas del sobrepeso y la obesidad se encuentran factores tanto genéticos como ambientales, se ha observado que el incremento en la tasa de obesidad infantil se relaciona con el cambio en los hábitos alimenticios y a la disminución de la actividad física. Es decir, los niños de hoy en día, han aumentado su consumo de alimentos altos en calorías, grasas saturadas y azúcares y tienen una vida más sedentaria que los niños de antes, sobretodo en las ciudades.

Pero más allá de las cifras alarmantes, la realidad es que la obesidad no es bien vista en la sociedad en la que vivimos. Un niño “gordito” puede ser objeto de burlas y estigmatizaciones por parte de sus pares, los niños en la escuela suelen ponerles apodos o relegarlos de los juegos en grupo. Se ha observado que como consecuencia de la obesidad, los niños pueden presentar conductas de depresión, ansiedad, baja autoestima, entre otras consecuencias psicológicas.

Estudios muestran que los niños con obesidad son menos aceptados y más rechazados que los niños no obesos, (Mahoney, J & Lord, H, 2005) además, los niños con obesidad son propensos a ser víctimas de acoso escolar o bullying. Otros estudios indican que desde los 3 años de edad los niños muestran una percepción negativa con respecto a la obesidad y esto permanece a lo largo de la infancia (Mahoney, J & Lord, H, 2005). Y por otro lado, los niños con sobrepeso muestran mayor dificultad para las actividades motoras gruesas, por lo que en ocasiones ellos mismos evitan participar en este tipo de actividades.

Wendy Ward-Begnoche y Suzanne Speaker dentro de su artículo: “Sobrepeso Juvenil: Cambiando conductas que son barreras para la salud” publicado en The Journal of Family Practice (2006), comentan algunos de los obstáculos para bajar de peso, como los familiares:

Es común que los padres de niños con sobrepeso evadan la situación y perciban a su hijo como un niño con un peso normal cuando no es así. Y es que a lo largo de los años nos hemos acostumbrado a pensar que un niño con sobrepeso es un niño saludable, porque decimos que “come bien”, incluso frecuentemente escuchamos a los papás decir “no está gordito, está robusto” y esta percepción distorsionada de la realidad, no permite a los padres actuar en pro de la salud de su niño.

Otra de las barreras mencionadas es la actitud de los padres respecto a la actividad física, si un padre está acostumbrado a llevar una vida sedentaria, esta actitud influirá en sus hijos. Los niños buscan en los padres una referencia, una figura con la cual se puedan identificar, por lo que se recomienda que para promover en los niños algún deporte o actividad física, los padres también se involucren en dichas actividades.

¿Qué puedo hacer si mi hijo tiene obesidad o sobrepeso?

El sobrepeso y la obesidad son enfermedades que deben ser tratadas de manera integral, además del Pediatra, se recomienda la asesoría de un Nutriólogo para que diseñe un plan de alimentación especial para tu hijo.
Él como experto, te puede dar recomendaciones respecto a los alimentos que deberás incluir en la dieta de tu hijo una vez que llegue a su peso ideal.

Si observas que como consecuencia del sobrepeso tu hijo presenta baja autoestima, depresión o ansiedad, se recomienda acudir con un Psicólogo Infantil.

Además de la asesoría de los expertos, tú como padre puedes llevar a cabo varias acciones para apoyar a tu hijo:

· No evadas el tema, platica con tu hijo referente al sobrepeso y pregunta lo que piensa al respecto. Si te has decidido por acudir con un Nutriólogo o especialista, involucra a tu hijo en esta decisión y en los planes de acción que llevarán para bajar de peso.

· Comer saludable no es un sacrificio!! Consulta a tu Nutriólogo acerca de los alimentos que puedes combinar, siempre hay opciones ricas y saludables que puedes descubrir, una dieta no debe de verse como un castigo si no como algo que favorecerá la salud y bienestar en tu hijo.

· Apóyate en la escuela. La maestra te puede ayudar platicando en clase acerca de las buenas prácticas alimenticias o favoreciendo en clase nuevas actividades físicas. Recuerda que la intervención debe ser integral.

· Llévalo a una actividad extraescolar. Se ha observado que participar en una actividad extraescolar más de 2 días a la semana, no sólo favorece su salud, sino que promueve la integración con otros niños de su edad. Procura que ésta actividad sea motivadora para tu pequeño, puede ser natación, fútbol, danza, música, etc. Hay opciones para todos los gustos y presupuestos.

· Evita tentaciones. Si tu refrigerador y alacena están llenos de comida chatarra es más probable que tus hijos la consuman, procura tener a la mano cosas saludables para cuando haya antojos.

· Pequeños logros hacen la diferencia, motiva a tu hijo a través de metas concretas y sencillas de manera que las pueda alcanzar semanalmente y así observe sus logros a corto plazo. Una semana pueden poner como meta dar una vuelta al parque o pueden jugar a “la semana de las frutas”. Procura recompensar a tu hijo con estímulos que no sean comestibles como ver una película que le guste o ir a algún lugar preferido por él.

· Es más fácil cambiar conductas de alimentación y de actividad física que fijarse en las metas de control de peso en niños. Para tu hijo será más motivador ver que puede jugar con sus amigos fútbol o dar una vuelta de carro que ver cuantos kilos bajó en la semana.

· Trabaja con la imagen corporal y autoestima de tu hijo. Reconoce sus fortalezas y habilidades, y platica con él respecto a como se percibe a sí mismo, menciona que todos tenemos cosas que nos gustan y que no nos gustan de nosotros mismos, si compartes con él alguna cosa que no te gusta de ti puedes favorecer que platique más al respecto. Cuentos como “Dumbo” o “El patito feo” o la película de “Kun fu Panda” te pueden ayudar.

· Evita los apodos despectivos como “gordito” o “cachetón”, estos pueden reforzar una autoimagen negativa.

· Por último, es importante tener en cuenta que la obesidad infantil es un asunto de salud y no una cuestión meramente estética, por lo que como padres, educadores y especialistas en niños debemos de asumir la responsabilidad de prevenir y atender oportunamente este tema.