¡Santos campeón!

**Los laguneros derrotaron en el juego de vuelta dos goles por uno (3-2 global) a un Monterrey que se murió en la raya hasta el último minuto.


¡Santos campeón!

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2012, 23:24 pm

Torreón, Coahuila.- Santos Laguna se olvidó del pasado y dejó en los vestidores cualquier maldición para coronarse campeón del futbol mexicano, al derrotar en el juego de vuelta dos goles por uno (3-2 global) a un Monterrey que se murió en la raya hasta el último minuto.

Cuando el silbante pitó el final del encuentro, el capitán Oswaldo Sánchez, con lágrimas, se dirigió al público y le dedicó el campeonato a la afición. Atrás quedaron cuatro finales perdidas en los últimos dos años; atrás quedaron los complejos del ‘subcampeonísimo’ y cualquier historia de un Rey Midas. Santos se coronó como su historia lo indica: con sufrimiento, con agallas y riñones y con un público ávido de gritar campeón.

La historia de éste triunfo se empezó a dibujar desde el inicio del encuentro en el Territorio Santos Modelo. Ambos equipos salieron decididos y con cambios desde la banca. Benjamín Galindo le dio el beneficio a Marc Crosas que se ganó la titularidad en el juego de ida y Víctor Manuel Vucetich optó por dejar a Chelito en la banca.

Cuando aún se sentía la adrenalina del comienzo, el colombiano Darwin Quintero robó un balón en campo contrario y como ladrón corrió hasta que pisó el área. Quintero se quitó a dos, cedió el balón a Daniel Ludueña, éste dribló a Hiram Mier y fusiló a Jonathan Orozco para poner el uno a cero apenas al minuto cinco.

A partir de ese momento se esbozó lo que sería el encuentro: Santos cedió la posesión de balón. Monterrey empezó a dominar el medio campo pero Luis Pérez parecía muy atrasado. Santos perdía control de la pelota y los rayados acechaban de tres cuartas partes en adelante aunque no exigían mucho a Oswaldo Sánchez. Santos perdía el esférico muy rápido. Al minuto 15 Jesús Zavala casi empata el marcador con un cabezazo que pasó cepillando el poste izquierdo de Oswaldo.

Santos optó por apretar el cerrojo y jugar al contragolpe y con eso le bastaba para tener más opciones de peligro. Darwin Quintero, que salió a la cancha con propulsores en los zapatos, tuvo un mano a mano contra el arquero al minuto 33 pero el cancerbero alcanzó a desviar.

Monterrey se mostró escaso de idea a la ofensiva. El mayor peligro venía de centros de tiro libre. Walter Ayovi estaba perdido, mientras que Humberto Suazo y Aldo de Nigris se desesperaba sin el balón.

Para el segundo tiempo Monterrey se lanzó como caballo de carreras desbocado al ataque y los locales se apechugaban en terreno propio. Santos, que no es un equipo acostumbrado a defender, optó por amurallarse y ceder el juego pero no desahogaba las salidas y se refugiaba en lances largos a Oribe y Quintero.

En una descolgada Oribe Peralta y el ´Hachita’ Ludueña se mandaron hacer una serie de paredes; la última quedó en manos del oriundo de La Partida que alagartó su pierna para disparar a un costado de Orozco y poner el dos por cero.

Monterrey no encontraba la llave del cerrojo pero al 31 de la segunda mitad de Nigris avisó que los rayados no estaban muertos y cabeceó un centro largo pero Oswaldo amortiguó bajó los tres palos. Sin embargo, dos minutos después, el mismo de Nigris hizo una jugada individual y soltó un riflazo de pierna izquierda que venció a Oswaldo para acercar a los visitantes.

Fueron poco más de 10 minutos en que Monterrey mandaba el balón al aire para buscar una jugada, pero todo terminaba en rechazo santista. El Santos todavía tuvo otras dos oportunidades para liquidar la final pero fallaron en el mano a mano. Así terminó la final, agónica, con el último aliento suspendido en la atmósfera; con el grito de campeón hasta el último suspiro.