Rinden homenaje a Antonio Sosa Perdomo en su 34 aniversario luctuoso

**Su historia hoy debe ser contada en la perspectiva de los logros políticos de este personaje y de sus compañeros de lucha.


Rinden homenaje a Antonio Sosa Perdomo en su 34 aniversario luctuoso

La Crónica de Chihuahua
Junio de 2016, 10:00 am

Por Froilán Meza Rivera

Chihuahua, Chih.- Antonio Sosa Perdomo, quien fue uno de los fundadores en Chihuahua del Movimiento Antorchista, fue fundador también de los albergues estudiantiles que hoy llevan su nombre, las Casas del Estudiante creadas a su vez en el mismo año de su muerte, en 1982.

Pero su historia hoy debe ser contada en la perspectiva de los logros políticos de este personaje y de sus compañeros de lucha. Ahí vamos.

La Escuela de Agronomía de Chihuahua se fundó en 1967, gracias al triunfo político que resultó de la huelga en la Escuela Superior de Agricultura “Hermanos Escobar” de Ciudad Juárez. Ese mismo año, pero más temprano, estudiantes y profesores de la “Hermanos Escobar” habían iniciado un movimiento para exigir a las autoridades federales que su escuela dejara de ser una escuela privada, en donde todo se veía como negocio y donde se negaba toda oportunidad a los hijos de campesinos pobres, y pasara a manos del Estado en calidad de escuela pública. Los recién levantados acudieron a la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo –la más antigua y prestigiosa institución de educación agropecuaria en el país-, donde era fama que existía un fuerte y prestigiado movimiento estudiantil liderado, nada más y nada menos, que por los activistas que algunos años después habrían de fundar el Movimiento Antorchista Nacional.

En manos del grupo de los “aquilistas”, la solidaridad con Ciudad Juárez se brindó de manera decidida en Chapingo, pero este grupo, y en especial Aquiles Córdova Morán, se dio a la tarea de recorrer todas y cada una de las escuelas de Agronomía del país para promover una huelga nacional en apoyo de sus compañeros de la “Hermanos Escobar” de Juárez. La huelga se dio, y el paro se convirtió en un movimiento amplio al que muchos consideran como un antecedente directo del movimiento estudiantil de 1968. La huelga resultó en un triunfo resonante que, si bien fue tomado como una agresión por parte de los dueños de la “Hermanos Escobar”, quienes reaccionaron contra los huelguistas y los reprimieron, sí caló finalmente en el ánimo del gobierno federal, y fue la Secretaría de Gobernación federal la que hizo llegar al gobernador la urgencia de que la Universidad de Chihuahua abriera una escuela de Agronomía propia para “bajar la presión social” que emanaba del fuerte movimiento estudiantil de Juárez. El presupuesto para la creación de la nueva escuela llegó de la federación.
Apenas anunciada la creación de Agronomía en Chihuahua, los estudiantes de Juárez emigraron a la capital del estado en una desbandada que dejó casi sin matrícula a la “Hermanos Escobar”. Entre los estudiantes que llegaron a Chihuahua ese año, se recuerda de manera muy especial a Antonio Sosa Perdomo, quien era originario de Mexicali y quien había llegado a Juárez con la intención de convertirse en ingeniero agrónomo para ayudar a su familia. Gracias a los antecedentes de su creación, Agronomía se vio favorecida con un presupuesto fuerte para atender la demanda de profesores, equipamiento, instalaciones y becas para los alumnos (las suyas eran de las becas más jugosas, recuerdan ex alumnos). Pero lo más importante fue que, bajo la dirección del grupo de vanguardia que resultó del contacto y fusión de los “chihuahuenses” con los “chapingueros”, se establecieron acá estructuras avanzadas de organización estudiantil y académica: desapareció la sociedad de alumnos y se creó el Consejo Estudiantil donde, como en Chapingo, cada grupo tenía su representante.

El 68 no tomó a los de Agronomía por sorpresa, ni los agarró fuera de base, ya que junto con Chapingo, fueron ellos uno de los principales pilares de ese movimiento libertario de repercusiones nacionales.

Y cuando llegó 1972, tampoco se arredraron los agrónomos, antes al contrario, fueron los más combativos participantes en el movimiento democratizador que se extendió por varias escuelas de la Universidad Autónoma de Chihuahua y que tuvo su contraparte en el movimiento popular de los habitantes de varias colonias recién creadas en la capital del estado. Protestas callejeras, marchas, manifestaciones, pronunciamientos y diversas movilizaciones, fueron la respuesta al asesinato de Diego Lucero y de Avelina Gallegos, guerrilleros que habían intentado asaltar tres sucursales del Banco Comercial Mexicano, propiedad del Grupo Chihuahua y que es hoy filial de Scotiabank. También pertenecieron a esa intentona otros personajes que sufrieron encarcelamiento y exilio. La represión del gobierno hacia este grupo generó una gran movilización estudiantil, popular y sindical en el estado.

Derecho, la Preparatoria, Ingeniería, que eran las escuelas donde el movimiento se dio con más fuerza, fueron derrotadas una tras otra por la represión oficial, y en Agronomía, la derrota que se tradujo en una cacería de brujas en contra de alumnos, activistas y maestros, levantó los ánimos de los luchadores quienes, en una Asamblea General, decidieron abandonar la Universidad e irse a apoderar de las nuevas instalaciones que se construían en la región agrícola de Delicias. Esas instalaciones habían sido solicitadas y peleadas por la comunidad escolar organizada para mejorar el nivel académico y para ubicar la escuela en una zona netamente agrícola. Llegaron allá y tomaron posesión de la escuela, pero en vista de que la relación con la Rectoría de la Universidad estaba totalmente rota, los agrónomos pidieron de inmediato su incorporación como Departamento de Zonas Áridas a Chapingo, donde ya se luchaba por crear la Universidad agrícola más importante de Latino América.

Nuevamente, los agrónomos de Chihuahua, con la dirección del grupo de los futuros antorchistas, convirtieron la derrota en victoria, como ya lo habían hecho con la anterior experiencia en la “Hermanos Escobar”.

Ahora, como filial de Chapingo, había que ponerse de pie y crear una escuela del nivel que se necesitaba. Para empezar, fueron a buscar egresados de Agronomía a los que propusieron que se incorporaran a la planta docente sin goce de sueldo por el momento, y así, entre otros, adquirieron a los ingenieros Rodolfo de la Cruz Meléndez y Francisco Mendoza. A su veterano compañero Antonio Sosa Perdomo, lo mandaron traer de Chapingo, a donde lo habían enviado para terminar un Posgrado en Economía, para incorporarlo también como maestro.

La corriente política a la que pertenecían Pedro Zapata Baqueiro, Antonio Sosa Perdomo, Rodolfo de la Cruz Meléndez, Abel Pérez Zamorano, Estanislao López López, Celia Torres Varela, Evangelina Pacheco Sáenz, Jorge Miranda González, Arnulfo Fuentes Ruiz, Luis Lajas Müller, Juan Méndez Landín, entre otros muchos más que se escapan a la memoria, encabezó la lucha desde Delicias y al interior de Chapingo para convertir a esta escuela de Agricultura en Universidad, y a la postre fue ése uno de los logros más importantes del grupo que encabezaba Aquiles Córdova Morán.
Sin embargo, la comunidad de estudiantes, maestros y trabajadores debió de pagar un alto precio por su independencia, y muchos de sus más destacados activistas fueron expulsados de Chapingo mediante la intervención del Ejército Mexicano, que tomó la Universidad a punta de fusil.

Nuevamente, tocó el honor a los agrónomos chihuahuenses de ser los últimos en resistir en 1976, igual que en 1967, igual que en 1972, y sólo entregaron el edificio de Zonas Áridas cuando la amenaza militar rondó la escuela de Delicias en la forma de un destacamento que se alojaba en las vecinas instalaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas, a pocos metros de Agronomía, listo para entrar y repetir el golpe de fuerza como se hizo previamente en Chapingo.

A partir del éxodo de Chapingo y Delicias, los activistas que resistieron este golpe, decenas de valiosos profesionistas y estudiantes, se repartieron por todo el país y se consolidaron como una organización política nacional, cuyo nombre actual es Movimiento Antorchista y cuya membresía se reparte por toda la geografía de México.
Antonio Sosa tuvo una intensa vida de lucha en el seno de esa naciente organización y perdió la vida en un accidente automovilístico el 30 de mayo de 1982 cuando regresaba de Ciudad Juárez con la noticia de que había sido aceptado -15 años después de su honrosa expulsión- como catedrático en su viejo plantel, la Escuela Hermanos Escobar.