Restauran el antiguo esplendor del kiosko de la Plaza de Armas

**Su valor histórico y artístico lo convierten en una pieza sumamente importante.


Restauran el antiguo esplendor del kiosko de la Plaza de Armas

La Crónica de Chihuahua
Agosto de 2013, 16:15 pm

Chihuahua, Chih.- Como parte de los trabajos de rehabilitación del Centro Histórico de la ciudad, el Ayuntamiento de Chihuahua consideró realizar la restauración de una de las obras más representativas de este lugar: el kiosco de la Plaza de Armas; cuyo valor histórico y artístico lo convierten en una pieza sumamente importante y de gran relevancia para el estado.

En un principio, la Presidencia Municipal inició gestiones para intervenir el mobiliario urbano ubicado en dicha plaza, incluyendo el mencionado kiosco; sin embargo, con el afán de contribuir a que el proceso de restauración se realizara de forma adecuada, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se coordinó con el Ayuntamiento para la contratación de personal calificado que realizara dicho procedimiento.

El kiosco, situado frente al Palacio Municipal, fue construido en Francia e instalado en esta plaza durante la administración del general Miguel Ahumada, en 1896. Su base octagonal es de cantera y tiene dos escalinatas, así como columnas y ornamentos de hierro colado. Está abrigado por una estructura de hierro, cubierta de madera y detalles de hierro que sostienen 136 vitrales. Es idéntico al kiosco de la Plaza Principal de Manaos, en Brasil, sin embargo, el de Chihuahua lo supera en tamaño, ya que mide por lo menos dos metros más de circunferencia que el de Manaos.

Es probable que en México solo existan dos kioscos con estas características: el de Chihuahua y el de Guadalajara.
El restaurador Ezequiel Romero Chávez, proveniente de la ciudad de México, y quien se ha especializado en la restauración de obras de hierro colado, trabaja actualmente en el rescate de este kiosco bajo la supervisión del Centro INAH Chihuahua.
El especialista hace referencia a varios hallazgos que se han realizado gracias a esta intervención, uno de ellos fue el encontrar la firma original de la empresa fabricante: Val d’Osne, fundidora francesa de hierro colado artístico, cuyas obras poseen un estilo significativo, y se sitúan en diversas ciudades del mundo.

Otro de los hallazgos importantes fue el descubrimiento de un praimer de color anaranjado, un producto utilizado como recubrimiento del hierro llamado “minio”, al que al momento de realizársele pruebas con diferentes reactivos, dio como resultado el contenido de plomo.
“De no haber descubierto este producto y tomar las medidas necesarias, los trabajadores habrían corrido el riesgo de envenenamiento”, indicó el experto. De este modo, la importancia de realizar este proceso con la metodología y los materiales adecuados, no solo beneficia el resultado de la restauración, sino la seguridad de quienes realizan esta labor.

Para finalizar este trabajo, el restaurador continuará con el proceso de pasivado del metal, mediante el cual se aplica un reactivo químico que limita el crecimiento de la corrosión.
En la siguiente semana, luego de trabajar en la aplicación de fosfato de zinc, es decir, pigmentos que fungen como inhibidores de corrosión; finalmente se empleará una capa de color verde claro de poliuretano, cuyo resultado dará una imagen muy similar a la que se tenía en el siglo XIX, propósito concluyente de una restauración exitosa.