Restauran San Francisco Javier de Satevó con técnicas antiguas

**Cal y canto, adobe y terrado, jabón y piedra alumbre, son los materiales correctos. **Se les cayó el templo porque algún “modernizador” había echado una plasta de cemento.


Restauran San Francisco Javier de Satevó con técnicas antiguas

La Crónica de Chihuahua
Agosto de 2013, 15:17 pm

Froilán Meza Rivera

Satevó, Chihuahua.- La desgracia a medias de que se haya derrumbado una parte del templo de San Francisco Javier de Satevó, fue una lección para muchos, una lección de humildad.

Apenas se puede creer que las técnicas correctas de restauración no sean las “modernas” y populares formas de construir que se pusieron de moda y que consisten en colocar plastas de cemento a diestra y siniestra. Las técnicas adecuadas son precisamente las originales con que fue construido el templo: adobe para la estructura de los muros, mezcla de cal y tierra para los aplanados, tierra, jabón y alumbre para el terrado…

Este templo de 370 años, que fue construido en el siglo XVIII, se derrumbó el pasado 2 de marzo de 2011, miércoles, milagrosamente 15 minutos después de que los feligreses y los trabajadores habían salido del lugar. En esos momentos se encontraba personal del INAH y de la Asociación Civil Misiones Coloniales en pleno trabajo de restauración. De repente, y sin que por fortuna saliera nadie lastimado, el muro del lado sur se vino abajo, porque se le había carcomido la base y todo el tonelaje del material de que estaba hecho, perdió apoyo y se vino abajo.

Lo estaban arreglando precisamente, y le estaban removiendo el salitre que afloraba peligrosamente de la base del muro sur, porque en la década de los noventa del siglo reciente, algún ignorante de las necesidades de la arquitectura de tierra, había tapado el aplanado de este muro con una lechada de cemento portland.

¿Qué logró el “genio” que le embarró la plasta de cemento? Logró que los adobes de tierra no pudieran “respirar”, como se dice, lo que significa que la humedad que entra desde arriba y que también “se trepa” desde el suelo, y que viaja por los adobes, no pudiera salir, lo que terminó remojando todo y saturando la tierra, para finalmente deshacer toda la estructura, convertida ya en una sopa sin forma. El salitre, que es un agente salino que corroe los materiales, fue el resultado del exceso de humedad.
Ése fue el diagnóstico que realizó en conjunto personal del gobierno del estado, la asociación Misiones Coloniales y del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia): la causa del derrumbe fue por humedad en las paredes.

El templo de Satevó ha sido modificado en varias ocasiones, la última de ellas, como se dijo, fue al principio de la década de los 90, cuando le añadieron el indeseable material del cemento.

LA TIERRA LLAMA A LA TIERRA

Tierra y agua, mezcladas con arena y paja suena a juego de niños de otra época, no parece la receta para el aplanado de los muros de tu casa, pero efectivamente son los materiales que se utilizan para aplicar un aplanado que no solamente es natural, económico y no contamina, sino que además le dará personalidad, vida, salud y armonía al espacio donde se aplique”, dice el especialista Michael Lewis, arquitecto y fanático de la arquitectura de tierra.

“Aparte de darle una belleza incomparable al muro y una apariencia orgánica a tu espacio, la tierra tiene la capacidad de balancear, equilibrar y mantener constante la humedad del aire mejor que cualquier otro material”, agrega. Y ésta es la clave para que dure el adobe. Las especificaciones se escuchan agradables, amables, de parte de este genio de la tierra: “Las cantidades de tierra y arena van a estar relacionadas con la cantidad de arcilla y arena ya existente en la tierra natural. En la mezcla, la arena proporciona la fortaleza y enlace, el lodo o limo es el ligamento, y la arcilla va a proporcionar plasticidad y adherencia. Al agregar fibras vegetales estamos agregando un componente que le dará cohesión y evitará grietas. Esta fibra puede variar según la disponibilidad en tu región, pero comúnmente se utiliza el estiércol de caballo o mula que contiene fibras de paja de avena y celulosa ya procesados, paja de avena finamente picada o fibra de la flor del tule”.

MISMO MATERIAL Y TÉCNICA RECONSTRUCTIVA

Por su parte, la delegada estatal del INAH, Elsa Rodríguez, quien es asimismo partidaria de las técnicas tradicionales, señaló que “para restaurar un inmueble antiguo tienes que respetar las técnicas arquitectónicas con las que se construyó originalmente. En el caso del estado de Chihuahua, la mayor parte de la arquitectura es de la época del Virreinato o de la Colonia, la cual es arquitectura de tierra, entonces cuando vas a restaurar un templo de arquitectura de tierra tienes que hacer investigaciones y continuar en la conservación del templo con ese mismo material y técnica constructiva”.

El párroco de San Francisco Javier, el padre Jorge Rubio, informó que en este momento ya se tiene levantado todo el muro que se había venido abajo, y que ahora se trabaja en dos pretiles, que además falta instalar una viga, y que para el terrado del techo faltan una capa y el acabado de jabón y alumbre, que son impermeabilizantes usados hace siglos por los constructores de estas misiones. Faltan asimismo los aplanados exteriores e interiores, y una plazuela que se va a agregar, aprovechando los recursos que se dispusieron para la reconstrucción.
El dinero que se reunió para esta obra es de origen tripartita, una cantidad muy cercana al millón de pesos, la mayor parte es un fondo federal, hay fondos estatales y una parte mínima del municipio, más aportaciones simbólicas de los feligreses. La especialista encargada de esta reconstrucción es la arquitecta Paulina Grajeda.

Es de señalar que las dos torres no van a dar problemas por los siguientes tres siglos, mínimo, porque no son de adobe, sino de piedra.