¡Respeto a la ley, presidente!

Rubén Padilla Soto, presidente municipal de Hidalgo, Michoacán, se abalanzó sobre un ciudadano para golpearlo; afortunadamente, un colaborador suyo lo contuvo por la fuerza.


¡Respeto a la ley, presidente!

La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2016, 20:38 pm

Por Omar Carreón Abud. Dirigente antorchista en Michoacán

En una reunión con Rubén Padilla Soto, Presidente municipal priista de Ciudad Hidalgo, Michoacán, el pasado día 10 de marzo, a las 14:00 horas, en uno de los salones de sus oficinas, los miembros del Comité Seccional y otros compañeros antorchistas le solicitaban que resolviera temas del pliego petitorio que se le entregó desde noviembre del año pasado, a lo cual, el edil se negó en reiteradas ocasiones sin querer resolver una sola de las necesidades planteadas. Cuando el grupo solicitante decidió retirarse, uno de sus integrantes, reclamó al edil diciéndole: “usted era diferente cuando anduvo en campaña, usted está para resolver, para trabajar”, a lo cual, Padilla Soto, respondió levantándose violentamente de su silla al grado de que el asiento rodó por los suelos y se abalanzó sobre el compañero con intenciones de golpearlo; afortunadamente, un colaborador suyo logró contenerlo por la fuerza. Atestiguaron esto no sólo el compañero Víctor Gaytán Reyes, dirigente del Comité seccional Hidalgo del Movimiento Antorchista, sino todo el Comité Seccional en pleno y varios antorchistas más. Las peticiones que indignan al destacado militante priista son, entre otras, pavimentaciones, drenaje, introducción de agua, alumbrado y algunos modestos apoyos como despensas, cobijas, láminas y tinacos.

Pues bien, cuando me disponía a hacer la denuncia pública de los hechos, me enteré de que el alcalde había abundado en el tema y declarado públicamente de manera tal que la denuncia tendría que apoyarse en la propia voz del implicado pues, a confesión de parte, relevo de prueba. El día 14, Padilla Soto fue entrevistado por la estación Radio Sol de la localidad en las noticias matutinas y aportó, no sólo para los hidalguenses, sino para todos los mexicanos, una elocuente muestra de lo que les importan a ciertos gobernantes la ley y los derechos humanos y, cómo, arribados a un puesto público, pretenden gobernar a capricho e imponerse por la fuerza. Un peligro social. Rubén Padilla Soto aceptó su intención de golpear, ya que, según los conductores del programa, “reconoció que hubo un altercado sin llegar a rozarse, no se tocaron, no hubo un contacto físico, pidiendo una disculpa, fue algo que se dio en ese momento”. Mientras en varios estados del país los militantes priistas tratan de convencer a la ciudadanía de depositar su voto por ellos, mientras hacen profesión de fe democrática y tolerante, Padilla Soto, les juega las contras y llama al linchamiento de los dirigentes antorchistas porque se atreven a solicitarle obras y servicios y porque osan recordarle sus encendidas promesas de campaña. Padilla Soto declaró textualmente a la radio: “yo les invito a todos los ciudadanos y ciudadanas de Hidalgo a que nos manifestemos, qué es lo que nos conviene para Ciudad Hidalgo, abocamos todo el recurso a las peticiones de esta, de este grupo que está solicitando o le damos respuesta a otros de mayor envergadura, de mayor prioridad para nuestro municipio de Hidalgo”. Rubén Padilla atiza el odio social mintiendo descaradamente pues les dice a los hidalguenses que los antorchistas pretenden quedarse con “todo el recurso”, despropósito de evidente mala fe.

Y en la página de Facebook del ayuntamiento, es decir, con dinero de los mexicanos, externó abiertamente su rabia: “en verdad sí fue un rato de estrés, de estar en estira y afloja, y llegó un momento en que uno de los que acompañaban pues empezó a levantar la voz, ciertamente a esa alzada de voz, verdad, incitó a la invitación para que yo pues sí me levantara del lugar donde estaba y me dirigiera a donde él estaba no llegando hasta este lugar debido a que aquí el síndico estaba presente y ya me dijo sabes qué no vale la pena y ciertamente no llegamos al acercamiento con la persona… a mí me contrataron para venir a manejar una administración para que sea una administración que dé respuesta a la mayoría de la ciudadanía, no nada más a un grupo en particular”. ¿Quién le pide, señor Presidente, que nada más le de respuesta al Movimiento Antorchista? Bajo advertencia no hay confusión: si algún hidalguense, o algún enviado de Padilla Soto, real o fingidamente iracundo por las patrañas del presidente, agrede o asesina a algún antorchista, hay constancias grabadas que constituirán prueba plena de la responsabilidad criminal de Rubén Padilla Soto, que conste.

Y, por si quedara alguna duda de su respeto a la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y a los derechos ciudadanos, el edil, por sí y ante sí, dictó la Ley Padilla: “No vamos a darle satisfacción a esta organización… yo aquí les hice la invitación que las personas de estas colonias, verdad, quien quiera acudir a la Presidencia Municipal, se les va a atender, pero fuera de ese grupo”. O sea que, nada más por la soberana voluntad de este sujeto, quedan cancelados todos los derechos de libre organización política ¿también deberán salirse del PRI los peticionarios, señor Padilla? Pero no fue todo, también trazó su propia lista de derechosos, es decir, de quienes pueden solicitarle y quienes no pueden solicitarle, es decir, los mexicanos con derechos en Ciudad Hidalgo y los mexicanos sin derechos en Ciudad Hidalgo: “Esta persona –añadió Padilla- que está al frente de este grupo que es del estado de México, yo creo que nos debemos de entender con los de aquí del municipio, yo invito a quienes viven en estas colonias a que no se dejen sorprender que se organicen ustedes, tienen también la capacidad de poderse organizar de poder venir a platicar con la autoridad municipal y aquí van a encontrar la respuesta, no hay necesidad de que venga alguien de fuera, ustedes tienen la capacidad y la inteligencia para poder venir y aquí estamos para servirles”.

Estimados lectores, todo, absolutamente todo, está grabado, no hay ningún invento. Aunque ustedes no lo crean, estamos ante la arrogancia del poder, ante la transformación radical de un sujeto que se ha encaramado a un puesto público. Y no es una rara excepción. Pero además de irritante y violador flagrante de las más elementales garantías individuales, Rubén Padilla Soto, es un serio peligro. Señor gobernador, ingeniero Silvano Aureoles Conejo: así como existe la autonomía municipal, existen también las atribuciones legales y políticas del gobierno del estado para garantizar que todos, absolutamente todos los funcionarios públicos a quienes con tanto sacrificio les pagan los trabajadores mexicanos sus jugosos sueldos, se conduzcan con respeto, con mesura y, sobre todo, con estricto apego a la ley sin apartarse de ella ni un ápice. A nombre de mis compañeros, en atención a sus justas demandas de obras y servicios, en defensa de su integridad física y de su vida, le solicito, de la manera más atenta y urgente, se sirva impartir las instrucciones necesarias para que Rubén Padilla Soto, Presidente municipal priista de Ciudad Hidalgo, respete la ley y atienda las necesidades más urgentes de sus gobernados. Por su atención, por adelantado, muchas gracias Señor Gobernador.