Rescatando la historia colonial de Aldama

**Don Gilberto Bejarano Gameros, transportista retirado metido a historiador, sacó prácticamente del bóiler un importante documento del siglo Dieciocho.


Rescatando la historia colonial de Aldama

La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2011, 18:20 pm

Aldama, Chih.- Entre un montón de documentos históricos que estuvieron a punto de ser quemados en el boiler, don Gilberto Bejarano Gameros pudo rescatar algunos, y de ellos una carta dirigida al comandante del Presidio de Aldama, fechada ¬el 12 de julio de 1797.

“Fíjese nomás, lo que es la ignorancia —dijo don Gil—, que en una casa el dueño estaba alimentando el boiler del baño con unos fajos de papeles amarillentos, y en eso llego y me doy cuenta de que eran parte de algún archivo de la época colonial”. Bejarano Gameros arrebató al insensato un puñado de papeles. Él ya entregó al Ayuntamiento de Coyame un par de estos documentos que corresponden a aquel Municipio, pero conservó otros, en espera de que en Aldama se regularice la conservación de documentos históricos.

En el documento que mostró, el remitente de la carta toma la defensa de los cabos, sargentos y soldados que hubieran servido al Ejército durante muchos años, los cuales merecían un aumento de su salario hasta de 135 reales vellón.

El remitente pone como ejemplo al Sargento Segundo Manuel Malo, quien había servido antes la friolera de 35 años en el Regimiento de Saboya en la Clase de Tambor.

“Vea usted, cómo es apasionante encontrarse estos pedazos de historia de Aldama, note usted la letra cursiva, tan elegante y precisa, tan parejita”.

El defensor del Sargento Segundo expresó que él seguía órdenes del Excelentísimo Señor Don Juan Manuel Álvarez, Secretario del Despacho de Guerra. “Quiso el Rey que un Supremo Consejo de Guerra le consultase si a ese individuo (Manuel Malo) correspondería la gradación de Subteniente” y el aumento de sueldo que trae aparejada la promoción, y citó dos decretos, uno del 4 de octubre de 1766 y otro del 16 de septiembre de 1790.

“Bueno, pues ya supimos que en aquel tiempo, fines del siglo XVIII, había quien se preocupara por la tropa en Aldama”, concluyó don Gilberto, transportista retirado metido a historiador.