Rescatan cola de hadrosaurio de 72 millones de años en Coahuila

**El ejemplar fue descubierto en el ejido Guadalupe Alamitos, a 30 kilómetros de la cabecera de General Cepeda, y a dos horas y media de Saltillo.


Rescatan cola de hadrosaurio de 72 millones de años en Coahuila

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2013, 22:46 pm

Saltillo, Coah.- Hace 72 millones de años, enormes dinosaurios pico de pato pastoreaban en lo que hoy es el territorio de Coahuila. Alcanzaban los 12 metros de largo y hasta seis de altura; regularmente tenían un caminar bípedo, pero en ciertos momentos andaban en sus cuatro patas; eran herbívoros y podían correr a una velocidad de hasta 45 kilómetros por hora, lo que les permitía escapar del tiranosaurio, su principal depredador.

La más grande y mejor conservada cola articulada –y muy probablemente el esqueleto completo– de un ejemplar de este tipo descubierta hasta ahora en México, es rescatada y estudiada por paleontólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en un ejido conocido como Guadalupe Alamitos, ubicado a 30 kilómetros de la cabecera de General Cepeda y a dos horas y media de Saltillo.

72 millones de años tiene el fósil hallado

La noticia del descubrimiento le ha dado la vuelta al mundo. Los especialistas están por cumplir 30 días de trabajo con los restos fosilizados, extrayendo la enorme cola de cinco metros de largo y compuesta por al menos 50 vertebras, para trasladarla a un laboratorio (que podrá ser visitado por el público) y continuar el estudio y estabilización del espécimen. Concluir la exploración de todo el lecho rocoso y determinar con exactitud la especie del ejemplar, será una labor de “año y medio”, adelanta a Excélsior, Felisa Aguilar, una de las especialistas que trabajan con el dinosaurio de Alamitos.

“Al momento que extraigamos la cola del dinosaurio veremos qué otros elementos están depositados debajo de ella; todo eso se realiza en campo sencillamente por cuestiones de logística, para poder trasladar el material a la zona de resguardo, pues es imposible movilizar un bloque tan grande de roca”.

Los restos fosilizados del hadrosaurio fueron ubicados en 2005 por José López Espinoza durante un recorrido de rutina por la zona. López Espinoza trabaja ahora para el INAH, pero durante muchos años se dedico de manera libre a identificar fósiles. “Él tiene ese ojo entrenado para poder distinguir una roca de lo que es un fósil, sobre todo porque empezó desde muy chico, con gente del Instituto de Geología de la UNAM. Le llamó la atención que en un solo lugar hubiera tal cantidad de vertebras de la parte sacra del dinosaurio”, relata.

La creación de un fósil es “un evento excepcional”. Para que el pico de pato pudiera subsistir hasta nuestros días debieron cumplirse condiciones específicas. Aguilar explica que al momento que el ejemplar murió, tal vez atrapado en el fango, un sedimento lo cubrió completamente y de manera rápida lo que evitó que otro animal lo depredara o que la propia descomposición actuara. “Todo debió suceder muy rápido y después se dio una descomposición muy lenta, ya casi sin presencia de oxígeno para detenerla casi por completo, y posteriormente cuando los elementos se fueron litificando sucediera un proceso de fosilización casi perfecta”.

El terreno donde fue localizado el dinosaurio de Alamitos se encuentra en lo que se conoce como formación geológica Cerro del Pueblo que se constituyó hace unos 70 y 72 millones de años, durante la era mesozoica que transcurrió entre 120 millones y 65 millones de años atrás. Casi a ras de suelo, los especialistas fueron liberando la cola articulada que aún muestra el espacio donde se hallaba el tejido cartilaginoso entre las vértebras.

Felisa Aguilar explica que también han sido ubicados ya algunos elementos de la pelvis y de la cabeza del pico de pato, aunque no saben aún si se trata del cráneo o de la mandíbula. Por debajo de la cola, el lecho rocoso continua y los especialistas creen que ahí podría encontrarse el resto del cuerpo del hadrosaurio, “el resto todavía está contenido en la roca, mientras no limpiemos el sedimento que todavía lo cubre, no vamos a poder saber qué más elementos óseos tenemos, de hecho están por debajo de la cola de dinosaurio”, dice.

La columna vertebral, por lo pronto, les ha permitido estimar el tamaño del ejemplar y que se trata de un hadrosaurio o pico de pato, llamado así por la forma que tenía su rostro a la hora de cerrar el maxilar con la mandíbula que formaba un pico córneo similar al de un pato. “Estos eran herbívoros y eran muy abundantes, sobre todo en el cretácico, de acuerdo con los huesos encontrados de la pelvis estamos infiriendo que es de tipo crestado”, señala.

Estos dinosaurios debieron tener gran robustez en el área de la cintura y los brazos lo que les permitía caminar o vadear de manera rápida. Pero los secretos en torno al ejemplar aún son muchos, los científicos creen que podría tratarse de un dinosaurio del tipo velafrons “que tenía una extensión en el cráneo, por el tipo de hueso de la cadera inferimos que es uno de estos, pero lo tenemos que confirmar”.

Oasis paleontológico

Felisa Aguilar dice que toda la región sureste de Coahuila tiene un “enorme potencial paleontológico”. En municipios como General Cepeda, Ramos Arizpe o Saltillo afloran los vestigios debido a que casi de manera natural brotan las rocas de lo que es la formación Cerro del pueblo, “este paquete de rocas no nada más contiene restos de dinosaurios, sino también de flora, principalmente maderas y semillas y otro tipo de invertebrados o vertebrados, como son las tortugas”.

La especialista explica que las condiciones de erosión y el clima del estado han permitido que los sedimentos de edad cretácica estén a flor de piedra, “no tenemos que encontrar edades más tempranas como sería el pleistoceno para llegar a los dinosaurios, eso tiene que ver con condiciones de depósito, aquí hubo una serie de cuencas que en su momento permitieron el depósito de sedimentos que atraparon seres vivos en su momento y que con el paso del tiempo, esos sedimentos se convierten en rocas donde sucede el proceso de fosilización”.

El ejido de Guadalupe Alamitos está en esta zona. Para llegar a él es necesario transitar por un camino de terracería, no existe una carretera de concreto y está alejado de los servicios más básicos. Es por ello que crear ahí un museo de sitio para exhibir el ejemplar sería imposible. Los científicos trabajaran en un laboratorio que el municipio de General Cepeda instala en la cabecera. Ahí se limpiarán a detalle los fósiles y se estabilizarán para evitar su erosión. El trabajo meticuloso permitirá darle “nombre y apellido” al pico de pato.

Peligro de saqueo

Como sucede con los restos arqueológicos, los vestigios paleontológicos también padecen el saqueo y comercialización clandestina, señala Felisa Aguilar. “En general todo lo que tiene que ver con el pasado siempre es una atracción para la gente, en el caso de la paleontología no es la excepción”, dice.

El problema se agrava “sobre todo porque hay ciertos ejemplos de otros países en los que se permite la comercialización, en nuestro caso no es así dada nuestra legislación y que en el caso de los fósiles todo lo que tienen que ver con evidencia arqueológica forma parte de nuestro patrimonio nacional y está regulado por ese sujeto, no se puede comercializar y no se puede extraer, todo está protegido”, agrega.

Aguilar, quien ha participado en otras exploraciones en estados como Chihuahua o San Luis Potosí, alerta que extraer de manera ilegal restos paleontológicos no sólo destruye el contexto donde se ubicaron, sino que además destruye los propios fósiles. “Si yo saco un fósil de su contexto parte de la historia se pierde, un fósil es bonito, pero no porque esté convertido en roca va ser estable, en el momento en que se retira comienza a erosionarse y con el paso de los años se destruye”.