Reparto justo de la riqueza no es populismo, sino justicia social

**Las políticas liberales que rigen al mundo subdesarrollado han hecho más honda, la división entre ricos y pobres: Aquiles Córdova.


Reparto justo de la riqueza no es populismo, sino justicia social

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2012, 22:37 pm

México, D.F.- La pobreza, el desempleo, la ignorancia, la insalubridad y la falta de servicios en general, es el saldo de la política económica que desde hace 30 años ha imperado en el mundo y que, contrario a lo que señalan sus predicadores, han retrasado la llegada del progreso a las regiones en subdesarrollo.

Así explica Aquiles Córdova Morán, líder nacional antorchista, la situación que vive actualmente el mundo en materia económica y social.

En su comentario semanal, el dirigente campesino señala que las políticas liberales que rigen al mundo subdesarrollado han hecho más honda, y por tanto más antagónica, la división entre ricos y pobres; “de esto se deduce, que el verdadero enemigo del liberalismo económico a ultranza no es el “populismo”, como afirman sus defensores, sino los magros resultados que el mismo ha arrojado no en teoría, sino en el terreno de la dura y terca realidad”.

Ante las evidencias de pobreza, el dirigente señala que un cambio de modelo económico es evidente: “No podemos seguir montados en una economía cuyo crecimiento y prosperidad beneficien sólo a unos cuantos privilegiados, mientras la mayoría se debate en la penuria y los sufrimientos de todo”.

En el texto periodístico, Córdova Morán señala que en algún momento de la historia la actividad económica sólo estuvo dedicada a producir artículos y servicios necesarios para la satisfacción de las necesidades de todos sus miembros, a quienes se reconocía un derecho igual al acceso al bienestar físico y espiritual.

Sin embargo, con el tiempo y como consecuencia de los cambios que fueron ocurriendo en el modo de producir y distribuir la riqueza social, “hemos llegado a una situación en la que muchos piensan que el verdadero propósito del trabajo de la sociedad es el de garantizar la existencia y prosperidad de los grandes corporativos, de las empresas mundiales y sus propietarios, y que el resto de la humanidad, debe conformarse con lo indispensable para no morirse de hambre y para poder seguir trabajando sin descanso”.

En esto último, dice Aquiles Córdova, coinciden no sólo los dueños de la riqueza mundial sino “gente a su servicio, como especialistas, publicistas, columnistas, editorialistas, politólogos, que no vacilan en acusar a quienes se atreven a insistir en la necesidad de que la economía vuelva a estar al servicio del hombre”.

El éxito económico no debe medirse sólo por la estabilidad de las variables macroeconómicas y por el crecimiento de las exportaciones, “sino, sobre todo y ante todo, por la elevación del nivel de vida de la población en general”. Y quienes defienden estos postulados son acusados como demagogos, agitadores sociales, divisionistas y últimamente, “populistas” irresponsables.

Más allá de si es populismo o no, para Córdova Morán, “una economía excesivamente estatizada, sin control del gasto público, desdeñosa de las variables macroeconómicas, en perpetua guerra con la inversión privada por los espacios económicos, partidaria del despilfarro y del endeudamiento, es ciertamente una economía profundamente ineficaz y que daña a los que menos tienen”.

La propuesta ante las crisis que aquejan a nuestro mundo está perfectamente clara, sentencia el líder antorchista: Hay que levantar una economía de mercado, ordenada, responsable, sin deudas ni crisis, que dé su lugar a la empresa privada pero también al Estado como promotor de la justicia social, que sea eficiente, es decir, que crezca y que genere riqueza, mucha riqueza a precios competitivos, para nosotros y para el mundo con el que comerciamos. “Hoy más que nunca, urge hacer efectivo el viejo lema de Martí: a trabajar todos para el bien de todos”.