Renacuajos de armadura: extraña especie del desierto

**Viven en varias regiones de Chihuahua, enterrados, dormidos e inactivos durante años, incluso décadas, esperando sólo a que llueva para reactivarse.


Renacuajos de armadura: extraña especie del desierto

La Crónica de Chihuahua
Abril de 2012, 14:20 pm

Por Froilán Meza Rivera

Colonia Anáhuac, Chih.- ¿Una tripoleta con armadura? ¿Una rara mutación provocada por los contaminantes en el agua y el suelo? No, los extraños animalitos que se desplazan por el agua de las inundaciones en Anáhuac son viejos conocidos de los lugareños, quienes les llaman "pichicuates de armadura".

O renacuajos de armadura...

Para la ciencia es el Triops longicaudatus, o "camarón renacuajo". Son crustáceos, animales invertebrados de la misma familia que el camarón, la langosta y los langostinos.

Los "camarones renacuajos" -que no son camarones-, son animales acuáticos que sólo en raras ocasiones son visibles para la gente. La ciencia los considera fósiles vivientes, porque su cuerpo ha conservados sus características básicas durante millones de años. Los rasgos fundamentales de estos crustáceos incluyen una concha o caparazón en forma de armadura, un par de "ojos" fusionados encima del caparazón, un abdomen segmentado, y filamentos de cola separados. Además, a manera de patas, tienen apéndices ventrales en pares, llamados filópodos (phyllo = "hoja", y podos = "pie"), que mueve y con los que bate y desplaza el agua en ondas desde el frente hacia atrás, para así desplazarse en el medio acuático.

Se les ve en las inundaciones propias de las temporadas de lluvia, pero es frecuente, según información publicada por National Geographic, que los huevecillos microscópicos permanezcan dormidos por toda una temporada, o incluso en casos extremos, durante décadas. Los huevos, enquistados dentro de una secreción dura, pueden aguantar las candentes temperaturas de más de cuarenta grados del desierto, e incluso heladas de muchos grados bajo cero en invierno.

Acá en Anáhuac se les ha visto cuando caen fuertes lluvias que inundan calles y viviendas. La lluvia ayuda a despertar a estos seres que habían permanecido muchos años en animación suspendida. La caricia del agua reactiva sus signos vitales, y en cuestión de pocas horas, pasan de ser huevos a la fase de larva, y de ésta a adultos sexualmente maduros que muy pronto se aparean.

Los pequeños monstruos dejan descendencia en la forma de más huevos, que si el ambiente se pone seco, quedarán enquistados, como muertos, pero muy pendientes de que nuevamente haya más charcos en los que puedan revivir.

Es el ciclo vital del Triops, del pichicuate de armadura, esa maravilla del desierto.