Reforma política: bipartidismo por decreto

**La agenda legislativa del Segundo Período Ordinario de sesiones estará “cargadita” y muy en especial por la discusión en torno a la reforma política.


Reforma política: bipartidismo por decreto

La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2014, 16:44 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera

Decíamos en entregas anteriores que la agenda legislativa del Segundo Período Ordinario de sesiones estará “cargadita” y muy en especial por la discusión en torno a la reforma política.

El sábado pasado, César Jáuregui, coordinador parlamentario del PAN, aseguró que el tema electoral está “casi resuelto” y no representará mayor problema, por lo que se deberá enfocar a otros aspectos del marco jurídico que rige a las instituciones políticas del estado.

Ese “casi resuelto” es el indicador de que ya hubo un pacto entre el PRI y el PAN a nivel nacional para cerrar la pinza y concentrar la representación política en congresos federales y locales en esos dos partidos.

La reforma publicada el 10 de febrero en el Diario Oficial de la Federación se podría resumir, en pocas palabras, en un acotamiento de los espacios de representación para los partidos minoritarios hasta ponerlos al borde de la extinción, y dejar casi por decreto el sistema bipartidista.

La nueva legislación dejó intacto el precepto de que el partido que gane las elecciones parlamentarias no podrá tener más del 8 por ciento de sobre representación en el Congreso que corresponda, lo cual le ha permitido al PRI hacerse de mayorías abrumadoras aun cuando no haya tenido más del 50 por ciento de la votación.

El PAN no respingó contra ese “techo” de sobre representación pero en cambio le puso “piso” a la sub-representación, la que tanto daño les ha hecho cuando pierden elecciones. A saber, el PAN suele tener entre el 35 y el 40 por ciento de la votación pero precepto pero, en cambio, en la actual Legislatura local, tiene sólo el 21 por ciento de las curules (siete en total).

Con ese techo de sobre representación y el piso de sub-representación, los dos partidos que queden en primero y segundo lugar se repartirán casi todo, mientras que los perjudicados serán la minoría partidista, aun cuando alcancen el 3 por ciento obligatorio para mantener el registro.

Ahí estará el detalle, diría Cantinflas, pues eso implicaría terminar con partidos-familia que se han entronizado en los congresos a base de recibir regalos de votos y de acumular el mínimo de votación casi con las uñas. Seguramente, la discusión en torno a esa reforma levantará ampollas, pues no hay que olvidar que todo ese andamiaje de partidos-negocio familiar está representado en la actual legislatura. ¡Que si van a pegar de gritos!