Recibe Premio Nacional de Ciencias y Artes, un pima chihuahuense

**Don Alberto Vargas Castellano es uno de los últimos cantadores en la ceremonia del Yúmare que, a diferencia de los rarámuris, entre los pimas sólo la bailan mujeres.


Recibe Premio Nacional de Ciencias y Artes, un pima chihuahuense

La Crónica de Chihuahua
Diciembre de 2014, 09:27 am

Chihuahua, Chih.- El indígena pima chihuahuense, don Alberto Vargas Castellano, recibió ayer el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la categoría de “Artes y Tradiciones Populares” 2014, de manos del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, en una ceremonia especial que se realizó en la Secretaría de Educación Pública en la ciudad de México.

Por su conocimiento del Yúmare, ritual Pima de la fertilidad, propiciatorio de la lluvia único en el mundo, don Alberto Vargas es el último cantador, quien conoce de memoria todos los cantos que integran este ceremonial, que es danzado principalmente por mujeres y para cuyo acompañamiento musical sólo se utiliza un “guajito” (calabaza rellena de semillas).

Las gestiones para el reconocimiento de don Alberto Vargas, como merecedor a recibir este premio, fueron realizados por la comisión de la Unidad Regional Chihuahua de Culturas Populares, que dirige el antropólogo Gustavo Palacio, a través del Instituto Chihuahuense de la Cultura; siendo éste el cuarto reconocimiento que se otorga al Estado de Chihuahua, en esta misma categoría precisamente por los trámites desarrollados por esta unidad.

A la ceremonia de premiación acudieron representantes de la Secretaría de Educación, Cultura y Deporte, incluido el Mtro. Sergio Reaza Escárcega, director del Instituto Chihuahuense de la Cultura.

Don Alberto Vargas Castellano es líder pima, originario de la comunidad de Yepachi, municipio de Temósachic, y trabaja con niños pimas para enseñarles estos cantos sagrados del Yúmare para que no se olviden, pero además tiene como próximo proyecto el enseñarles a tocar la guitarra y el violín.

“Es el último de los cantadores, es ésa su importancia: su memoria”, afirmó el antropólogo Gustavo Palacio, jefe de la Unidad Regional Chihuahua de Culturas Populares, quien expresó, “existen otros cantadores pero no conocen todos los cantos que componen este ritual. El Yúmare es un ritual propiciatorio para solicitar, para agradecer y para pedir lluvias, con las que se inicia el ciclo de la vida, la fertilidad del mundo y la reproducción del pueblo Pima como tal”.

Gustavo Palacio abundó, “El Yúmare conjuga cantos, bailes y elementos ornamentales, donde el mas significativo es la cueva que hacen con flores de sotol. Aunque ya existe una mezcla con elementos cristianos católicos”.

Don Alberto Vargas Castellano nació en el Rancho “La Huerta”, municipio de Temósachic, sus padres fueron Felizardo Vargas y su madre Tácita Castellano, aunque fue criado por su pariente Hermenegildo Castellano Contreras.

Su esposa es Juana Alvarez (+) y sus hijos Elba, Angelina y Amador Vargas Álvarez.

En su infancia el pequeño Alberto gustaba de jugar todo el día, sólo se divertía en el arenal junto al río, donde brincaba de unas rocas en alto a la arena. “Se me hacía bonito y jugaba mucho en el agua”, afirmó Alberto Vargas, además “cuidaba animalitos como chivas, gallinas, becerritos y cinco vacas. ¡Yo sé cuidarlas!” Tendría como 12 años cuando viajó de su rancho al Rancho Los Hornitos, donde aprendió a hablar español, pero su lengua madre no la olvida.

El Yúmare es un ritual de fertilidad que narra de forma cantada la leyenda de creación del mundo. De acuerdo a la tradición oral, esta leyenda pima narra que “en un principio los hombres habitaban un mundo que estaba inundado, repleto de agua a causa del diluvio, y que fue sécandose. “Ichmama” (Dios) dejó la tierra lodosa e inservible, por ello Dios bajó a la tierra y bailó durante tres días y tres noches consecutivas, su intención era endurecer el suelo, amacizar el mundo bailando sobre la tierra floja”. Son las mujeres las que cumplen esta función de danzar de ida y vuelta, ida y vuelta, ida y vuelta. Sin fin. La intención de Dios era que la gente pudiera pisar tierra firme y para que la gente pudiera habitar el mundo y reproducirse”. Para esto, “Dios bajó a la tierra y les enseñó el canto y el baile. Lo nombó Yuma”.

“Así se asegura la reproducción de la existencia del mundo,” afirmó Gustavo Palacio. “Si no se baila, el mismo mundo empezaría a colapsarse. Es un sistema de reciprocidad donde Dios dio y los hombres le agradecen a través del canto y del baile y del ritual. La participación de las mujeres en el ritual es importante porque la gente ve en ellas el símbolo de la fertilidad. Cuando levantan polvo del piso con su zapateado, simulan las nubes de agua que traerán la lluvia”.

A don Alberto Vargas se le considera como Patrimonio Cultural en peligro, debido a su fragilidad humana, pero por su conocimiento y sabiduría de toda la cultura de un grupo étnico en peligro de extinción se considera tan importante que se encuentra a la altura del resto de los diez ganadores del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2014, en categorías como son: Lingüística y Literatura; Bellas Artes; Historia, Ciencias Sociales y Filosofía; Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales; Tecnología, Innovación y Diseño, así como Artes y Tradiciones Populares.

El jurado de esta emisión 2014, integrado por 42 personalidades de cada área, analizó un total de 169 candidaturas de mexicanos que por su conocimiento y experiencia contribuyen al engrandecimiento de las artes, ciencias y tradiciones populares.