Rafael González, último hablante del idioma O’oba

**La etnia pima de Chihuahua está en proceso de perder su idioma, al no haber ya personas que se comuniquen en la lengua original.


Rafael González, último hablante del idioma O’oba

La Crónica de Chihuahua
Diciembre de 2012, 11:04 am

Edeni Rodríguez/ El Heraldo de Chihuahua

Chihuahua, Chih.- A sus 70 años, don Rafael González Rivera es el último hablante del idioma O’oba de la comunidad de la Junta de los Ríos; la cultura pima está a punto de perder la última ventana al mundo, como lo explica Miguel León Portilla.

Don Rafael pertenece a la comunidad de El Cable, en el ejido de la Junta de los Ríos, en el municipio de Madera y es reconocido con respeto por parte de su pueblo como el último hablante o´oba.

Rafael González es de origen pima y actualmente vive solo en una cueva, la cual se sitúa al pie de un risco en el interior de la comunidad de El Cable. No cuenta con patrimonio alguno, por lo cual en verano recolecta plantas para su subsistencia y en invierno visita a los miembros de su comunidad, solicitando asilo un día en cada casa para evitar el frío, pues si se quedara en su cueva moriría debido a las bajas temperaturas.

Ahora, la labor de Rafael en la comunidad es trasmitir sus conocimientos, pero sobre todo la riqueza de su lengua madre a los infantes del poblado ejerciendo el oficio de maestro, pues al ser el único traductor y hablante, el Consejo de Gobernadores Pima, en voz de la gobernadora de dicha comunidad, Flora Aidé González Sierra y los habitantes de esta región, le asignaron la función de maestro, pero se encuentran imposibilitados para asignarle un sueldo si no se cuenta con la autorización de la Secretaría de Educación, Cultura y Deporte.

Al ser un adulto mayor, Rafael ya cuenta con sus fuerzas mermadas y luchar por su subsistencia le resulta muy difícil, por lo cual los habitantes de la comunidad anhelan el auxilio de esta importante figura para su cultura para evitar la pérdida de su lengua materna.

Esta problemática la expone el poeta mexicano Miguel León Portilla en su texto Cuando muere una lengua:

Cuando muere una lengua
las cosas divinas,
estrellas, sol y luna;
las cosas humanas,
pensar y sentir,
no se reflejan ya
en ese espejo.

Cuando muere una lengua
todo lo que hay en el mundo,
mares y ríos,
animales y plantas,
ni se piensan, ni pronuncian
con atisbos y sonidos
que no existen ya.

Cuando muere una lengua
entonces se cierra
a todos los pueblos del mundo
una ventana, una puerta,
un asomarse
de modo distinto
a cuanto es ser y vida en la tierra.

Cuando muere una lengua,
sus palabras de amor,
entonación de dolor y querencia,
tal vez viejos cantos,
relatos, discursos, plegarias,
nadie, cual fueron,
alcanzará a repetir.

Cuando muere una lengua,
ya muchas han muerto
y muchas pueden morir.

Espejos para siempre quebrados,
sombra de voces
para siempre acalladas:
la humanidad se empobrece.