Quince años de "izquierda" en Texcoco

**A largo de 15 años, la “izquierda” ha mantenido su hegemonía en Texcoco y, lejos de llevarlo por la senda del progreso, ha promovido su estancamiento.


Quince años de

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2016, 09:25 am

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Leyni Méndez León

Con la entrada de Higinio Martínez por segunda ocasión a la presidencia municipal, pero ahora por el recién creado partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), serán seis las administraciones que, lejos de llevarlo por la senda del progreso han promovido, año con año, su estancamiento.

Con la segunda asunción de Higinio Martínez Miranda a la presidencia municipal de Texcoco, Estado de México, ahora bajo las siglas del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), la llamada izquierda cumplirá 18 años en la administración pública en ese municipio.

La “izquierda”de México asumió el Gobierno municipal de Texcoco primero con los perredistas Jorge de la Vega Membrillo (1997-1999), Horacio Duarte Olivares (2000–2002), Higinio Martínez Miranda (2003–2005) y Constanzo de la Vega Membrillo (2006–2008), para luego cederlo a Delfina Gómez Álvarez (2013-2015), militante del Partido Movimiento Ciudadano y después entregarlo nuevamente a Martínez Miranda, quien compitió el año pasado con los colores del recién creado Partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Lo más extraño de la “izquierda” texcocana y mexiquense está en que pese a la promoción de cinco alcaldes de nombre diferente por cuenta de tres partidos supuestamente distintos, a lo largo de casi dos décadas de ejercicio administrativo el poder político se ha mantenido en sólo dos familias: los Vega Membrillo y los Martínez Miranda.

Una revisión sucinta de los 15 años de gobiernos municipales de la “izquierda” variopinta de Texcoco acaso permita prever lo que Higinio Martínez Miranda podrá hacer en los próximos tres años para corregir sus propios errores, los de sus padrinos y amigos, y atender, ahora a sí, las peticiones de la ciudadanía texcocana, en particular la más pobre y marginada.

“Nos desdibujamos como izquierda”: De la Vega

Hijo de un militante del desaparecido Partido Comunista Mexicano (PCM), De la Vega Membrillo fue uno de los fundadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el primer alcalde perredista de Texcoco en el periodo 1997–1999. En 2015, De la Vega peleó por segunda ocasión la presidencia municipal con la bandera del PRD, a diferencia de Martínez Miranda, que se convirtió en el candidato del Morena.

Al término de la gestión gubernamental de su hermano Constanzo de la Vega Membrillo en 2008, que precedió a la de Martínez Miranda, en una entrevistaJorge de la Vega asumió una actitud autocrítica y reconoció la existencia de prácticas clientelares en la “izquierda” donde milita: “corrompimos al ciudadano al acostumbrarlo a que le diéramos algo para que nos otorgara su voto. Se sustituyó al buen servidor público por el amigo, el compadre, el familiar, y esas cosas la gente no las perdonó. Y vino el voto de castigo. Nos desdibujamos como izquierda…”, reconoció textualmente el exalcalde texcocano.

Martínez Miranda: enriquecimiento y nepotismo

Médico cirujano egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Higinio Martínez Miranda fue también fundador del PRD en 1989, como militante de este partido fue diputado local, senador y alcalde texcocano, una como perredista en 2003-2005 y ahora cobijado por el Morena (2016-2018).

Los pobladores originarios de Texcoco afirman que su carrera política fue apadrinada por la familia De la Vega hasta su deslinde del perredismo para convertirse en militante del Morena; aunque en los últimos 10 años ha compartido el poder político y económico con sus expadrinos.

Su separación del PRD ocurrió en 2011, cuando aceptó su promoción a diputado local por el MC y es de todos sabido que, tras bambalinas, condujo la fallida gestión de la profesora Delfina Gómez Álvarez como alcaldesa de Texcoco, quien también cambió al MC por el Morena y ahora es diputada federal por este partido.

El primer periodo de Martínez Miranda como alcalde resaltó por la autorización de conjuntos habitacionales de “bajo impacto” que alteraron la vida urbana del municipio; la posesión de una mansión faraónica en este mismo municipio y la construcción del parque recreativo Apipilpark de Tepetlaoxtoc, Estado de México (de su propiedad), donde una noche de hospedaje en las cabañas cuesta tres mil pesos.

Los texcocanos lo conocen también por su nepotismo, en cuya práctica rompió marcas nacionales al incluir en la nómina del municipio a hermanos, sobrinos, ahijados, otros parientes cercanos y lejanos y, por supuesto, compadres, en su primer periodo de 2003-2005.

Gómez Álvarez: nulidad política y administrativa

La profesora texcocana Delfina Gómez Álvarez, poco antes de las elecciones de junio de 2015 anunció su cambio de partido al Morena, instituto que la convirtió en diputada federal por el Distrito XXXVIII del Estado de México. Absolutamente inexperta en política, durante su gestión municipal recibió apoyo, asesoría y supervisión de Martínez Miranda.

Los ciudadanos de Texcoco reprochan a la docente su nula labor en educación, seguridad y salud, además de incumplir más de un centenar de compromisos de campaña y la mayoría de las obras públicas que emprendió quedaron inconclusas.

En el último trienio gubernamental de la “izquierda” en Texcoco, al frente de Gómez Álvarez, se dieron dos acontecimientos que desataron la inconformidad de la población.

El 19 de agosto de 2014, la Gaceta del Gobierno del Estado de México publicó el decreto Número 291 por el que 480 hectáreas del área territorial de Texcoco pasaron a formar parte del municipio de San Salvador Atenco, transferencia que afectó a los 15 mil habitantes de los poblados La Magdalena Panoaya, Riva Palacio y Tocuila, a quienes no se consultó ni notificó el cambio.

En julio de 2014, los entonces alcaldes de Texcoco, Delfina Gómez Álvarez (Morena) y de Atenco, Ildefonso Silva Vega (PRI), firmaron un convenio para solucionar problemas de límites territoriales entre ambas demarcaciones.

“La alcaldesa realizó todos sus movimientos sin notificar al núcleo ejidal; somos 15 mil los ciudadanos afectados y 300 ejidatarios que estamos inconformes con la resolución”, expuso en entrevista el presidente del comisariado ejidal de Magdalena Panoaya, Efraín Cerón Arellano.

“Son 350 las hectáreas que pasaron a Atenco, entre éstas las que componen el ejido donde aún sembramos, maíz y alfalfa. Queremos dar a conocer que este reparto del territorio se ha llevado a cabo sin consentimiento del pueblo y por ello solicitamos a las instancias gubernamentales que echen a bajo el decreto 291 y nos devuelvan nuestra identidad como texcocanos”.

Las 970 casas de Grupo ARA

De acuerdo con una investigación realizada por la revista A la Carta, en el año 2014 el entonces Director de Servicios Públicos del municipio de Texcoco, José Francisco Vázquez, firmó un dictamen de Factibilidad de Servicios básicos para el conjunto urbano Hacienda San Javier, que habría de construirse en el barrio de Santiaguito, a un costado de la carretera México-Veracruz.

Con esta firma, el ayuntamiento violó la veda de construcciones establecida por el expresidente municipal Horacio Duarte (2000-2003), por medio de la cual quedaba prohibida la construcción de conjuntos urbanos de alto impacto por un periodo de 20 años (disposición que siguevigente).

El 30 de octubre de 2014, grupo ARA y la presidenta Delfina Gómez celebraron un contrato por el que el municipio de Texcoco recibió en donación 38 mil 529 metros cuadrados a cambio de entregar 11 mil 640 metros cuadrados de sus predios para la construcción del conjunto urbano Hacienda San Javier y por autorizar que dicha fraccionadora pudiera aumentar a 49 el número de viviendas por hectárea urbana.

El acuerdo fue firmado por la exedil y actual diputada federal Delfina Gómez Álvarez; el expresidente suplente, Nazario Gutiérrez, y el entonces síndico municipal, Eliseo Rosales, de acuerdo con una copia del convenio disponible en la página de Internet de la revista mencionada.

Expertos en el tema del agua, como el ingeniero Hugo Onofre, han señalado que actualmente el acuífero de Texcoco se encuentra sobreexplotado por lo que un asentamiento humano como el del grupo ARA tendrá un impacto desfavorable para toda la población.

La Comisión de Agua del Estado de México (CAEM) emitió un dictamen de factibilidad negativa a la unidad habitacional debido al déficit del líquido vital en el municipio. A la fecha continúa en marcha el proyecto, a pesar del impacto negativo que tendrá en los servicios de agua potable, drenaje, salud, educación y transporte público.

Como parte del mismo proyecto inmobiliario de ARA figura la construcción de una alameda en la comunidad de Santiaguito, pensada como área recreativa de la zona residencial y a cuya construcción el municipio destinó 60 millones de pesos.

Los habitantes de Texcoco, a través de las redes sociales y testimonios recogidos por este medio, manifestaron su oposición a esta obra, toda vez que dichos recursos financieros pudieron destinarse a obras de mayor prioridad ciudadana, como un nuevo cementerio municipal. Pero la exalcaldesa hizo oídos sordos y se fue a buscar su diputación federal.

Texcoco pobre

Una gruesa y enredada madeja de cables eléctricos conduce la luz que ilumina las calles de la colonia Víctor Puebla, donde habitan 500 familias. De no ser por ese manojo de metales y plásticos multicolores, las familias vivirían a tientas, como ocurría antes de 1879, año en que la energía eléctrica llegó a México.

Uno de esos cables se tiende hacia la casa de una mujer de piel morena y requemada por el sol. Apolonia Ramírez López tiene 37 años de edad, es madre de cuatro hijos: tres varones y una niña. Ella, su esposo y sus cuatro hijos llegaron a habitar la colonia hace tres años.

Apolonia tiene dientes grandes y labios gruesos. Para sostener a su familia, el marido trabaja como ayudante de hojalatería y Apolonia recorre las calles de la colonia ofreciendo a la venta cloro y otros detergentes a granel.

La vivienda de Apolonia recibe un reducido voltaje de energía eléctrica que en ocasiones no alcanza para encender su refrigerador. El electrodoméstico no sería tan importante (está vacío de alimentos), pero en su interior debe mantenerse fresco el medicamento de su hija Cristina de 10 años de edad, quien padece rinitis alérgica, enfermedad que hace imprescindible la aplicación de una vacuna cada tercer día.

“El medicamento tiene que permanecer a menos dos grados de temperatura, de lo contrario se echa a perder. En ocasiones tengo que recurrir al hielo para conservarlo”, explica angustiada. A Cristina le afectan el polvo, ciertas hierbas y el frío. La peor temporada para ella y su madre es el invierno.

La madre ha acudido en más de tres ocasiones al Ayuntamiento a solicitar autorización para que en su colonia la Comisión Federal de Electricidad (CFE) instale la red eléctrica.

“Sólo nos hace falta la firma del presidente municipal. No es cuestión de dinero sino de voluntad política”, expone.

La electrificación es uno de los servicios básicos de los que carecen los habitantes de 15 colonias de Texcoco, algunas de ellas nuevas y otras antiguas. Tequesquinahuac, Santa María Nativitas, San Dieguito Xochimanca y San Pablo Ixayoc cuentan con sólo el 4.87 por ciento de cobertura eléctrica.

La electrificación es básica para los servicios de salud y cifras de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) indican que de los 235 mil 151 habitantes de Texcoco, 113 mil 51 –menos de la mitad de la población– son derechohabientes de los servicios de salud. Únicamente 18 mil 40 tienen acceso al Seguro Popular.

Texcoco cuenta con apenas 18 unidades de consulta externa, cuatro de hospitalización y 564 médicos. La carencia de servicios de salud afecta al 40 por ciento de la población, mientras que 162 mil 92 texcocanos de 235 mil 151 no cuentan con afiliación al Seguro Social.

La Sedesol señala que 59 mil 689 texcocanos habitan en viviendas sin disponibilidad de servicios básicos. Familias de 19 colonias en Texcoco no disponen de agua entubada de la red pública, entre éstas se encuentran: Guadalupe Victoria, Montecillo y San Bernardino.

Mil 320 familias de 15 colonias carecen de drenaje, entre ellas Tequexquinahuac, San Pablo Ixayoc, Santa María Tecuanulco, San Jerónimo Amanalco, Los Reyes San Salvador.

La infraestructura escolar de Texcoco tiene por lo menos 60 años de antigüedad, los edificios presentan deterioros y resultan insuficientes para albergar a los cerca de 70 mil estudiantes de este municipio. Aulas, bardas perimetrales, módulos sanitarios y bibliotecas son las principales demandas de los estudiantes.