¿Quién mató al ex presidente municipal de Cuernavaca?

**Un hombre fue sentenciado por el homicidio y condenado a 20 años de prisión, pero lo absuelvieron por insuficiencia probatoria.


¿Quién mató al ex presidente municipal de Cuernavaca?

La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2014, 09:19 am

Carlos Quintero J.

Cuernavaca, Morelos.- Con los brazos extendidos sobre la baranda del banquillo de los declarantes, Raúl Ascensión alza su rostro hacia el estrado. Sabe que su libertad está en manos del tribunal integrado por tres jueces.

Aprieta sus puños y deja escapar su voz aguardentosa que resuena con un dejo de desesperación.

-Yo me siento algo culpable por no haber escuchado nada, por no haber oído ruidos, es lo único que lamento, yo por mí pues también, sé que piensan que soy yo- dice el hombre con algunos ademanes.

Las miradas fijas del público se centran en la persona de baja estatura, de complexión robusta y cabello lacio, quien acota en su declaración:

 Pero no dejen de investigar, si quieren pueden tenerme el tiempo que quieran, yo también no quiero salir y que sigan pensando que yo tengo algo qué ver ahí.

Yo quiero salir como tiene que ser... con mi nombre limpio y con la frente en alto, mi conciencia está tranquila y... yo no tuve nada qué ver y ahora sí que estoy en sus manos, señoría- agrega el acusado.

El juicio oral

El reloj digital de la sala dos de los Juzgados de Control de Garantías y Juicio Oral marca las 13:10 horas del martes 16 de octubre del 2012.

Era el inicio del juicio oral en contra de Raúl Ascensión, de 41 años de edad, de oficio jardinero e imputado por el homicidio de Porfirio Flores Ayala, ex presidente municipal de Cuernavaca.

El hombre era el primero en rendir declaración, de un total de 16 testigos que estaban listos para desfilar ante el tribunal, integrado por los jueces del Primer Distrito Judicial del Estado, María Luisa de Jesús Rodríguez Cadena, Isidoro Edie Sandoval Lome y Martín Eulalio Domínguez Casarrubias.

Erguido, tratando de controlar el trastabillo de sus palabras, el imputado comenzó describiendo su relación con la víctima, con quien estuvo siete años trabajando.

Yo era el único que estaba ahí

 Cuando a él una vez lo operaron de los ojos, yo fui al Seguro por él; cuando una vez se cayó, yo era el único que estaba allí... porque yo siempre lo obedecía a él, lo respetaba yo, aunque debido a su manera de ser, muchos decían que discutíamos pero era normal su manera de ser conmigo-

Un día antes de la muerte de su patrón, el viernes 30 de diciembre del 2011, Raúl Ascensión descansó en su trabajo.

-Para ese día, pues yo tenía una cita con mi pareja, o sea yo con ella habíamos terminado dos meses anteriores, entonces yo ese día le pedí pues hablar y que me diera una oportunidad más, entonces ella como a las doce fue a verme al jardín-

Se refería a la casa de Porfirio Flores, un terreno a desnivel de aproximadamente una hectárea, utilizado también como jardín de eventos especiales, y localizado en la calle Tabachines número 57A esquina Llamarada de la colonia Bella Vista, al norte de Cuernavaca.

Entró por la calle

El inmueble también era conocido como “Jardín de Cuernavaca”, con dos entradas, la principal por la calle Tabachines y la de servicio por la calle Llamaradas, además amplios jardines, terrazas, baños, una cocina y una alberca.

Raúl Ascensión tenía asignado un cuarto ahí, porque era el encargado de planta del mantenimiento del jardín y la vigilancia; ese día permaneció algunas horas en compañía por su novia, Gabriela.

 Me fue a ver mi pareja, y estuvimos hablando, le pedí una oportunidad más, de ahí yo la llevé a su trabajo, y ya me fui a casa de mis padres. Ya regresando como a las ocho al domicilio, yo vivía allí, yo tenía ahí mi cuarto, yo ahí me quedaba, tenía siete años viviendo allí-, decía de una manera repetitiva.

El hombre ingresó por la calle Llamarada y después se dirigió hasta la puerta de la entrada de la casa de su patrón para recoger un radio Nextel que le dejó otro de sus compañeros, en un sitio previamente acordado.

 Entonces, me bajé a mi dormitorio y le marqué al patrón que ya estaba yo allí, porque esa era una regla que yo tenía que seguir, siempre que yo estuviera allí avisarle a él para que él supiera que era yo el que andaba ya por ahí-

Barrer: su labor

A través de un monólogo, Raúl Ascensión revela la última conversación que sostuvo con Porfirio Flores entre las 20:30 y 21:15 horas.

 Licenciado ya estoy por aquí, ya llegué. Le marqué a su nextel-

-Me dijo: Está bien Raúl, mañana quiero que te me levantes y te me pongas a barrer.

 Yo si barría. No es cierto que eso que dice la gente, ... saben bien de que yo era la persona que los sábados cuando no había eventos, era yo el que me encargaba exclusivamente de barrer, yo a veces, hasta cuando al patrón le decía:

-¡Me carga la mano patrón! Cuando yo entré a trabajar con usted, me ponía hasta cuatro o cinco personas y ahora pues nada más me deja a mí la bronca.

 No, pero ahí tienes al Hugo, ahítienes al Vicente.

 Mire, usted me ha dicho que no se le puede decir nada a Vicente porque él es del estacionamiento. El Vicente nada más viene y limpia las mesas y hay veces que me ayuda pero hasta que acaba-

Un Cuerpo en la Alberca

El sábado 31 de diciembre, Raúl Ascensión se levantó temprano y se dispuso a barrer el frente de la quinta, salió de su cuarto y observó que el auto de su patrón estaba mal estacionado, obstruía la entrada principal de la calle Tabachines y tenía encendidas las luces de los “cuartos”.

El hecho no le causó extrañeza porque no era la primera vez que sucedía, ya en ocasiones anteriores Porfirio había dejado incluso el portón abierto y por tal motivo el jardinero únicamente le tocó la ventana para decirle, pero nunca respondió.

Después de ir por un jugo y al puesto de periódicos, el hombre comenzó a barrer frente a la fachada del inmueble.

Alrededor de las 9:30 de la mañana, llegó Hugo, otro empleado con quien platicó por unos momentos hasta casi las 10, cuando se presentó su otro compañero, Vicente.

Los tres estuvieron esperando en la calle al tamalero porque oyeron que venía gritando. “Hay que comprar uno tamales y ahorita le seguimos ¿no? ya viene ahí a la vuelta”, le dijo Vicente y esperaron pero no apareció.

Raúl Ascensión decidió entonces comenzar con las actividades cotidianas.

-Tú vete a regar, echarle agua a los tinacos- le dijo a Hugo.

Agua a los tinacos

 Primero échale agua a los tinacos porque el licenciado luego se para y se baña, y si no hay agua ya sabes cómo se pone. Ya sabes cómo te llama la atención. Le recordó al joven.

Ellos utilizaban el agua de la alberca para el servicio del baño para regar el pasto y otras actividades.

Hugo caminó por el amplio corredor que conduce hasta la alberca mientras Raúl Ascensión continuó barriendo en la calle. Al cabo de unos minutos, Hugo regresó corriendo.

 Regresa el chavo solo y me dice de cerquita: Raúl, hay un cuerpo en la albercaa ¿De quién es el cuerpo?-

 Yo me quedé tóndido ¿no?... pero cuando me acerqué de la entrada, vi el el cuerpo flotando pues no completamente arriba sino que estaba sumergido. Nada más se le veía el pelo, ... el pelo pues le asomaba por fuera y los pies tocando contra la alberca. No se veía de lejos, yo me tuve que acercar, caminar hacia el pasto y vi que estaba en la parte más baja de la alberca, entonces cuando me acerqué no lo reconocí pues, porque lo vi chaparrito-

Corbata y pantalón de vestir

La víctima era un hombre que vestía camisa de manga larga, color blanco, corbata y pantalón de vestir gris, zapatos negros.

 ¿Pero quién es Hugo? Tú ayer trabajaste. Tú estuviste lavando trastes hasta las siete y media, ¿Tú, tú viste si llegó su hermano? A lo mejor es su hermano, o sea, porque tiene él un hermano que un tiempo se quedó a vivir ahí, él es chaparrito como de mi estatura, entonces yo pensé a lo mejor su hermano vino a visitarlo y se cayó y el licenciado a lo mejor..., no sé, discutieron y el licenciado a lo mejor ahorita salió a, arreglar este problema. Yo así pensé ¿no?

Después, Raúl Ascensión se dirige a su otro compañero:

-¡Oye Vicente! -Lo alcancé a ver que estaba en el carro- ¡Vicente bájate de ahí! ¿Qué haces allí? Tenemos un problema, hay un cuerpo en la alberca, ¡ven!-

Los empleados no sabían quién era la víctima e intentaron comunicarse por radio con su patrón para informarle del hecho pero nunca respondió las llamadas de alerta.

Lo buscaron por todo la quinta hasta que decidieron comunicarse con su socia y novia, Nora quien a su vez le pidió a Tomás, hermano del ex presidente que se apersonara a investigar qué estaba ocurriendo porque ella estaba en la Ciudad de México.

-El licenciado Tomas, él venía llegando, me dice ¿Qué pasó Raúl?, él me alcanzó a ver que yo venía de mi cuarto, pues con eso de que hay un cuerpo en la alberca. Él se paró en la entrada y tampoco vio, creo que se quedó así viendo, tuvo que acercarse, no lo reconoció luego, estuvimos viendo, fue cuando dimos la vuelta y le dije: No, pues, no sé quién sea-

Tomás identificó a la víctima

 ¿Sabes qué Raúl? Sí es mi hermano, lo reconozco por la pulserita que trae en la mano, es mi hermano por esa pulserita lo reconozco-

Los hombres observaron en el jardín y el pasillo manchas de sangre, unas monedas tiradas y una serie de huellas de calzado que al seguirlas conducían hasta la entrada principal del domicilio.

Pruebas Cuestionadas

Elementos de seguridad pública municipal, del estado, agentes de la Policía Ministerial y peritos de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de Morelos arribaron a la escena del crimen para iniciar la investigación.

Los peritos realizaron un examen minucioso en el inmueble, tomaron imágenes del lugar, realizaron la diligencia del levantamiento del cadáver y confiscaron un par de zapatos y un preservativo usados por Raúl Ascensión, ambos localizados en su recamara.

En su alegato de apertura del juicio oral, el agente del Ministerio Público, Gumersindo Sánchez Lagunas, acusó a Raúl Ascensión del homicidio.

 Porfirio Flores Ayala, ex presidente municipal de Cuernavaca, Morelos, asesinado por su jardinero vigilante. En efecto honorable tribunal, entre las 23 horas del día 30 de diciembre y la una de la mañana del día 31 de diciembre del 2011, el ex presidente municipal de Cuernavaca, de 64 años de edad fue asesinado en el interior de su domicilio.-

Se desvanecen las "pruebas"

El agente del Ministerio Público argumentó que la evidencia demostraría que no había huellas de fozadura en las puertas, ni huellas de escalamiento en la barda que delimitan el inmueble, a su juicio revelaban que el victimario siempre estuvo adentro de la casa y tenía llaves para entrar y salir del mismo.

Gumersindo Sánchez también presentó un examen de ADN realizado a la corbata de la víctima y en donde afirmó que se encontró el perfil genético del imputado.

 El acusado, conjuntamente con otro sujeto, privaron de la vida a la víctima mediante golpes, sujeción y presión de la corbata hasta causarle estrangulamiento por tal motivo al finalizar deberá dictarse fallo condenatorio para que el delito no quede impune, para que la sociedad de Cuernavaca, Morelos y México sepa que aquí, en este tribunal se imparte justicia-

Su contraparte, el defensor público Víctor Javier Hernández Vega debatió que un solo medio de prueba, en este caso el examen de ADN, no podía ser suficiente para condenar a Raúl Ascensión por el homicidio de Porfirio Flores.

 Hemos escuchado que nos prometió que se encontraron impresiones de huellas de calzado del lugar de los hechos al domicilio de la víctima o cuarto de la víctima a la habitación del imputado, sin embargo, al terminar el presente juicio ustedes se preguntarán: ¿Y el calzado dónde está? ¿Y las huellas del calzado de quién son?-

Un perito en criminalista, un genetista, un médico legista, agentes ministeriales, empleado y familiares de Porfirio Flores rindieron su declaración ante el tribunal.

Insuficiencia Probatoria

Finalmente el 6 de noviembre de 2012, los tres jueces resolvieron por mayoría: Sentencia condenatoria en contra de Raúl Ascensión por homicidio calificado, y una pena de 20 años de prisión además de una multa de 56 mil 700 pesos.

El único voto disidente fue de Martín Domínguez, quien al dar a conocer su postura dijo que se debía, entre algunas cosas, porque el Ministerio Público incriminaba al jardinero únicamente porque vivía con él, y eso lo hacía sospechoso.

A juicio del juzgador, la fiscalía no investigó para saber si los homicidas pudieron haber entrado en el momento que la víctima pretendía salir de su domicilio, porque hubo indicios de que su auto se encontró mal estacionado “con dirección hacia la calle”.

De igual manera, el juez tercero integrante del juicio oral le restó valor probatorio al examen de genética por la forma en cómo se había realizado.

 Explicó la perito que ella no realizó la recolección de los perfiles para la obtención del resultado de las pruebas, ya que las recolecciones las realizó su anterior compañero genetista, quien efectivamente efectuó todas y cada una de las recolecciones-

En un primer examen que el perito realizó a la corbata que el o los homicidas utilizaron para estrangular a la víctima, encontró únicamente un perfil genético de Porfirio Flores Ayala, pero casualmente la otra perito que intervino posteriormente halló el perfil genético del imputado.

El falso móvil

El móvil del homicidio que la fiscalía estableció de un empleado que “maltrataba” a su patrón no fue convincente para el juez.

Derivado de la incertidumbre de la prueba de ADN de la corbata y de que dicho resultado se haya “contaminado” con el resultado del examen del preservativo que utilizó el imputado, el abogado defensor interpuso un recurso de casación en contra de la sentencia.

El tribunal de segunda instancia integrado por los magistrados Andrés Hipólito Prieto, Miguel Ángel Falcón Vega y Roció Bahena Ortiz -esta última con un voto en contra de la resolución- revocó la sentencia y dictó la libertad inmediata de Raúl Ascensión.

El argumento jurídico del abogado de oficio, Víctor Javier Hernández Vega, demostró insuficiencia en las pruebas desahogadas en el juicio y las cuales fueron valoradas subjetivamente.

 Me culparon por trabajar con mi patrón pero yo cómo iba a hacer algo que está en contra de mi propio patrimonio, de mi propio trabajo, yo no habría de atentar contra mi patrón y se está demostrando, está saliendo la verdad- declaró a este reportero Raúl Ascensión tras obtener su libertad.

(Veredicto)