¿Qué se siente no tener casa?, pregúntele al que es pobre

**A nivel estado, en Chihuahua hay 15 mil solicitantes de terreno para vivienda y 3 mil son antorchistas sólo 400 están en trámites y ni así les resuelven. Solicitantes de Cuauhtémoc hablan de cómo se les van los años y el dinero en rentas.


¿Qué se siente no tener casa?, pregúntele al que es pobre

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2017, 10:26 am

Cuauhtémoc, Chih.- Desde hace 4 años 150 integrantes del Movimiento Antorchista que viven en Cuauhtémoc han solicitado espacio de la reserva del estado para construir su vivienda, incluso han pagado enganches con promesa de terreno de por medio. El hecho es harto conocido en el estado: manifestaciones, gestiones, denuncias públicas se han realizado desde entonces, pero sigue sin haber respuesta y estas 150 familias siguen sin un patrimonio.

Sólo el que es pobre sabe lo que se siente no tener casa, sólo él sabe también la impotencia que experimentan a diario porque los funcionarios que los representan no les solucionan y ponen mil trabas, al contrario.

La mayoría de estas familias pagan renta, otras menos viven de prestado un cuarto o una casita con amigos o familiares, igual de humildes que ellos y que igual pasan las mismas dificultades. Santiago Cruz Ramos así como Fernando González Calzadillas, son de los que han participado en cada mitin y gestión en instancias municipales y estatales, con la dirección de los dirigentes y activistas antorchistas; ambos viven en casa de renta y describen cómo han sido estos últimos años de espera.

En el caso de Fernando, él junto con su esposa, ambos integrantes del Movimiento Antorchista, a través de esta organización comenzaron a hacer lo necesario para contar con un terreno en el que, con mucho esfuerzo pues cuentan sólo con el sueldo de obrero de Fernando, pudieran de a poco construirse una casa, hacerse un patrimonio, como le hacen la mayoría de los humildes de este país que luchan porque sea respetado su derecho a la vivienda pero terminan haciendo ellos lo que compete a sus representantes populares: a punta de necedad y de esfuerzo.

La pareja comenzó las gestiones junto con sus demás compañeros, en algún momento sortearon los predios que están rumbo a la zona Bicentenario, no han recibido nada; el Cabildo, cuando más avanzados han estado los trámites, hace unos meses, decidió que no se podía pues a pesar de que un ranchero menonita vendería la propiedad al estado, el Municipio se declaró incompetente para autorizar la construcción porque parte del predio sobrepasaba el fundo municipal. Una vez más les dijeron que no, no han cejado en el empeño.

“Yo tengo menos años, tengo 2, pero hay gente que ya lleva 4 años; hace 2 meses nos dijeron que ya nos podíamos meter, que ya nos iban a dar los terrenos pero que todavía no lo hacían porque faltaba una firma de Gobierno”; la firma resultó no ser el problema, la última respuesta fue la problemática por el fundo legal y que había que revisar otra vez los cuadernillos técnicos. “Hay muchas personas que se desaniman por lo mismo que todos, hemos dado enganches, hacemos gasto pagando gasolina o transporte y las casetas en cada viaje, en el último mitin por ejemplo no todos vinieron porque no alcanzaron ‘mueble’, pero la mayoría seguimos luchando”.

Tanto Santiago como Fernando y su esposa viven en lugares rentados, no una casa con las necesidades mínimas cubiertas, la pareja por ejemplo lo hace en dos cuartos en donde el agua se mete por las paredes y por el techo de láminas, idéntico le pasa a muchos de los que esperan por vivienda y otros muchos más que ni siquiera tienen algo que esperar. Cumplen de hecho con los requisitos para ser considerados por el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política Pública) como “población en situación de carencia por calidad y espacios de la vivienda”: en muchos casos el piso es de tierra, el techo es de lámina de cartón o parches de lo que haya a la mano y que medianamente sirva, los muros son de adobe, tablones o lámina de cartón y viven por cuarto más de 2.5 personas.

Los dos pagan alrededor de mil 300 pesos de renta al mes, además del agua, luz y gas, un sueldo promedio de estas familias es de 3 mil a 5 mil pesos, este último cuando es un sueldazo, o cuando ambos trabajan. La mayoría tiene hijos. Les han hecho dar muchas vueltas, “nos quieren cansar”, los han hecho hacer muchos gastos, “venimos desde allá unos pocos a hablar por los muchos”, “pero queremos que nos resuelvan a todos”, dice don Santiago Cruz.

“Hay mucha gente que está viviendo en casa de renta, aparte sin láminas, se gotean y lo que queremos es ya tener un terreno, una propiedad, una casa y ya estar viviendo agusto, como cualquier persona tiene derecho”, tanto para Santiago como para Fernando y para las 150 familias de Cuauhtémoc que tienen 4 años esperando que se les cumpla la palabra empeñada, “vivir agusto” tiene una connotación más amplia que llegar a una vivienda ya hecha, de las más sencillas incluso, una de interés social: vivir agusto les significa poder llegar a un terreno que tiene su nombre y comenzar a construir su sueño y su derecho desde los cimientos, los físicos. Los cimientos morales ya los pusieron con su lucha, y su larga espera.