Presa Chuvíscar, frontera de la división social

**De un lado es terreno cerril, pedregoso e irregular, no apto para construir asentamientos humanos, pero ahí están las seis colonias, creciendo en medio de grandes dificultades y carencias.


Presa Chuvíscar, frontera de la división social

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2012, 23:44 pm

Froilán Meza Rivera

Chihuahua, Chih.- La presa Chuvíscar será en adelante la frontera de la división social: del lado Sur y Oriente, se encuentran algunas de las colonias más pobremente urbanizadas, mientras que del Norte y del Poniente, está la zona del Reliz, que el gobierno destinó para fraccionamientos de clase media alta.

Así lo manifestó el desarrollador urbano Marco Antonio Esparza, quien recordó que El Diamante Reliz, fraccionamiento de acceso privado, fue el primero que se construyó del lado del Reliz, pero que hoy en día hay otros muchos desarrollos nuevos para gente de altos ingresos. Del otro lado de la presa, hizo notar el ingeniero civil, están las colonias Ampliación Campesina, Peña Blanca, Ramón Reyes, Begonias, Morelos y Esperanza, "francamente proletarias".

Y las diferencias en cuanto a trato por parte de las autoridades, son enormes, indicó, ya que mientras para El Reliz hay vialidades nuevas y de primer mundo, para el lado de la Ramón Reyes, las calles son francamente intransitables en su mayoría, y muchas simplemente se interrumpen en los arroyos o en barrancos.

Del lado del Reliz, hay universidades privadas a las que el anterior gobernador les regaló la tierra, mientras que las escuelitas del otro lado batallan para procurarse del mantenimiento con las cuotas y las actividades de los padres de familia.

Asimismo, destacó, en la ribera Norponiente, el gobierno del estado regaló también la tierra al Arzobispado para construir un templo del padre Maldonado al que irán las gentes "nice" de aquel lado, mientras que en el lado pobre, los feligreses de los templitos sufren para mantenerlos en pie.

En servicios urbanos, las seis colonias precaristas batallaron primero para abrir calles y poder hacer veredas entre los cerros, y después lucharon hasta con manifestaciones para que la Junta de Agua les instalara el servicio. Luego pagaron la instalación de la red del drenaje, y la luz les llegó hasta pasados tres años de los primeros asentamientos. El pavimento lo están pagando muchos todavía en abonos, en las pocas partes que lo tienen.

Del otro lado, en contrario, el gobierno ya les pavimentó, y gratis, el acceso principal que es la segunda ampliación de la avenida Teófilo Borunda hasta más allá de la presa, y los fraccionamientos de calles privadas ya tienen todos los servicios integrados.

Una parte es terreno cerril, pedregoso e irregular, no apto para construir asentamientos humanos, de acuerdo a los estándares de Desarrollo Urbano, y sin embargo, ahí están las seis colonias, creciendo en medio de grandes dificultades y carencias. La otra parte es básicamente plana, porque el gobierno expropió tierras de cultivo a los ejidatarios, y se las pagó a precios de risa, habiéndoles dicho en un principio que se las expropiaba con fines de "conservación ecológica". Pero hoy todo el mundo sabe sin duda ninguna, que la intención era proveer terrenos para los fraccionamientos de 2 mil y 3 mil pesos el metro cuadrado.

"¿Y no dicen que esas divisiones de clases ya no existen? ¿De veras?", concluyó irónico.