Pastor luterano asumirá la presidencia de Alemania

**Joachim Gauck será sucesor de Christian Wulff, que debió renunciar el viernes a la presidencia del país envuelto en un escándalo de corrupción.


Pastor luterano asumirá la presidencia de Alemania

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2012, 08:30 am

El gobierno de Alemania y los dos partidos más importantes de la oposición anunciaron anoche un acuerdo para elegir al pastor luterano y ex activista de los derechos humanos de la ex Alemania Oriental Joachim Gauck como sucesor de Christian Wulff, que debió renunciar el viernes a la presidencia del país envuelto en un escándalo de corrupción.

La canciller alemana, Angela Merkel, cedió así a la presión de la oposición y aceptó respaldar al popular Gauck, de 72 años, decidida a evitar una disputa política que podría haber distraído a su gobierno de la crisis de la zona euro.

Christian Wulff, de 52 años, renunció el viernes acusado de haber recibido favores de amigos cuando estaba al frente del gobierno de Baja Sajonia. Su dimisión fue un duro revés para Merkel, que impulsó su candidatura en 2010 a pesar de que muchos alemanes y los principales partidos de la oposición preferían en ese momento a Gauck.

El nuevo presidente será elegido por una asamblea especial el mes próximo, pero el proceso debería ser una mera formalidad ya que cuenta con el apoyo de los principales partidos. Mientras tanto, Horst Seehofer, presidente de la Cámara baja del Parlamento y gobernador del estado de Baviera, asumió temporalmente las funciones presidenciales.

La vida de Gauck, un ex pastor protestante y pacifista alemán, hijo de un capitán de barco, estuvo signada por la resistencia al régimen socialista de la RDA. Su padre fue confinado a un campo en Siberia cuando Gauck tenía apenas seis años.

Gauck, que nació en 1940 en Rostock y estudió teología, fue uno de los varios pastores que tuvieron un rol activo en la caída del régimen de Alemania Oriental. Fue vocero del grupo disidente Nuevo Foro, uno de los principales grupos de la revolución pacífica.

Después de la caída del muro de Berlín, administró los archivos estatales de la Stasi y ganó reconocimiento por exponer los crímenes de la temida policía secreta del régimen. Según la mayoría de los alemanes, su imparcialidad y gran popularidad lo convierten en la persona idónea para recuperar la dignidad del cargo tras el escándalo protagonizado por Wulff.