Obama y Raúl Castro, en histórico encuentro símbolo del deshielo Cuba-EEUU

**Luego de más de 50 años de conflicto, los presidentes de ambos países se encontrarán mañana en la Cumbre de las Américas.


Obama y Raúl Castro, en histórico encuentro símbolo del deshielo Cuba-EEUU

La Crónica de Chihuahua
Abril de 2015, 16:36 pm

El presidente estadounidense Barack Obama y el mandatario cubano Raúl Castro planean su primera reunión personal el sábado, un encuentro histórico en momentos en que trabajan por reanudar las relaciones diplomáticas tras más de medio siglo de alejamiento entre los dos países.

El viernes se estaban afinando los detalles del encuentro, dijo Ben Rhodes, asesor de política exterior de Obama. Los dos líderes hablaron por teléfono el miércoles antes de llegar a Panamá el jueves por la noche con pocos minutos de diferencia para participar en la Cumbre de las Américas.

Los dos líderes se saludaron brevemente en 2013 durante el funeral de Nelson Mandela en Sudáfrica, pero no se han reunido personalmente.

"No tenemos una reunión formal programada para una hora determinada, pero anticipamos que se reúnan mañana’’, dijo Rhodes el viernes a los reporteros.

Desbrozando el camino

Raúl Castro entra por la puerta grande a un foro del que la isla comunista estuvo excluida desde la primera Cumbre de las Américas de 1994. Pero a esta cita con la historia el presidente estadounidense no llega con las manos vacías.

En una acelerada secuencia de acontecimientos que mejoran notablemente el clima de la cita,Obama recibió el jueves la recomendación del Departamento de Estado de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores de terrorismo, según el senador Ben Cardin.

"Es un importante paso adelante en nuestros esfuerzos para forjar una relación más fructífera con Cuba", aseguró en Washington Cardin, miembro del comité de Relaciones Exteriores de esa cámara.

Aunque el retiro de Cuba de esa lista allanaría el camino para el restablecimiento de relaciones diplomáticas, queda mucho por andar.

Respaldada por todos los países latinoamericanos, Cuba reclama el territorio de la base naval de Guantánamo y el levantamiento del embargo impuesto en 1962, en tanto que Estados Unidos insiste en el tema de derechos humanos.

Antes de llegar a Panamá, en su escala en Kingston, Obama aclaró que las negociaciones tomarán su tiempo.

"Nunca predije que todo se pueda transformar de la noche a la mañana", manifestó.

Pero sin duda el cara a cara con Castro será muy diferente a aquel saludo que tuvieron en 2013 en medio de la cordialidad por el funeral de Nelson Mandela, en Johannesburgo.

El fantasma de las cumbres

Las tensiones entre Venezuela y Estados Unidos enrarecieron el ambiente previo a la Cumbre, amenazando incluso con empañar la celebración por los acercamientos con La Habana.

Muchos países latinoamericanos apoyaron a Venezuela tras la decisión de Obama de declarar a ese país, principal benefactor económico de Cuba, como una "amenaza inusual y extraordinaria" para Estados Unidos.

El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, acude a la Cumbre con la promesa de hacer llegar aObama las más de 13 millones de firmas que asegura haber reunido contra ese decreto.

Pero en los últimos días Washington y Caracas bajaron su retórica de confrontación. Obamareconoció que Venezuela realmente no es una amenaza, y Maduro, de su lado, dijo estar dispuesto "al diálogo".

Obama, quien inicia este viernes su agenda con una visita al Canal de Panamá, quiere presentar ante el foro su legado en la búsqueda de una mejor relación de Estados Unidos con América Latina, en las que Cuba siempre fue una controversia.

"Cuba ya no será el fantasma. La Cumbre puede tener un impacto enorme en las relaciones de América Latina con Estados Unidos salvo que Venezuela se convierta en el nuevo fantasma", opinó Santiago Cantón, director ejecutivo del Centro de Justicia y Derechos Humanos Robert F. Kennedy.

Pese a la distensión con La Habana y la moderación con Caracas, choques entre simpatizantes y opositores de los gobiernos de Cuba y Venezuela han marcado los días previos a la Cumbre en las calles de Panamá, blindada por cientos de policías y agentes expertos en antiterrorismo.