Nueva frontera deja a Nicaragua aguas con gran biodiversidad marina

**Le queda ahora la mitad de una zona que incluye la barrera de coral más larga de América y cientos de especies.


Nueva frontera deja a Nicaragua aguas con gran biodiversidad marina

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2012, 16:37 pm

La nueva frontera trazada por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) deja en manos de Nicaragua la mitad de un área considerada como la gran fuente de biodiversidad del Caribe occidental, hasta ahora perteneciente a Colombia, que incluye la barrera de coral más larga de América y cientos de especies.

Aunque el territorio que Colombia pierde por el fallo de la CIJ no ha sido aún contabilizado en millas, la directora de Mares y Costas del Ministerio de Medio Ambiente, Elizabeth Taylor, adelantó a Efe que este país se queda sin un "componente de biodiversidad importante".

Ese espacio contribuía a que Colombia fuera considerado "el segundo lugar más megadiverso del mundo", apuntó Taylor.

La CIJ tomó el lunes una decisión salomónica en el largo litigio entre las dos naciones latinoamericanas al ratificar la soberanía colombiana sobre siete cayos en disputa y conceder a Nicaragua dos tercios de aguas que habían sido hasta ahora del país suramericano.

Estas aguas, ricas en pesca y otros recursos naturales, circundan el archipiélago colombiano de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, ubicado a tan sólo 190 kilómetros de las costas nicaragüenses y a 775 de la Colombia continental.

Taylor, que es sanandresana, expresó su preocupación por que la Reserva de la Biosfera Seaflower, declarada así por la Unesco en 2000, que, con 250.000 kilómetros cuadrados de mar supone el 10% del Caribe, quede ahora dividida.

"Hay que ver de qué manera se empiezan también a generar algunos diálogos con Nicaragua para mantener una política de protección de la reserva", un aspecto "crucial", según Taylor, para los ecosistemas del Caribe por las corrientes que distribuyen "flujos de biodiversidad" hacia la península de Yucatán y Centroamérica.

Allí se concentran más de 407 especies de peces, 48 corales duros, 54 corales blandos, 3 hidrocorales, 2 anémonas, 3 medusas, 130 especies de esponjas, 7 moluscos, 37 crustáceos, 38 equinodermos, 4 tortugas marinas, 5 cetáceos, 157 especies de aves, 3 de pastos marinos y 4 mangles.

La porción que queda en manos de Nicaragua tras la decisión de la CIJ corresponde al 54% de la reserva Seaflower e incluye el 76% de sus arrecifes coralinos, según la directora de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del archipiélago (Coralina), Opal Bent Zapata.

Además del valor ecológico, Nicaragua también gana con su nuevo territorio marítimo un importante caladero de caracol pala, pargo, mero, cherna y, sobre todo, de langosta espinosa.

Precisamente, el 70% de la langosta que exporta Colombia sale de ese banco de pesca, lo que anualmente se ha traducido en un ingreso de seis millones de dólares.

Si las pérdidas por la pesca y la protección de la reserva son un motivo de preocupación para Taylor, lo es todavía más el interés del Gobierno nicaragüense en el potencial petrolero de esta rica área, como dejó claro Carlos José Argüello, embajador de ese país en Holanda, tras conocer el fallo.

Argüello dijo que los nuevos límites marinos establecidos por la Corte de La Haya le agregó "un potencial de riqueza y un futuro de explotación de pesca y quién sabe qué otro tipo de recursos increíbles a Nicaragua".

La directora de Mares y Costas del Ministerio de Ambiente colombiano recordó que el año pasado el presidente de este país, Juan Manuel Santos, prohibió la exploración y explotación de petróleo y gas en este archipiélago.

"Ahora, la labor de Colombia es convencer a los demás de que esta área tiene que seguir siendo conservada porque su integridad se podría ver comprometida con el desarrollo de actividades que podrían generar un alto riesgo sobre la supervivencia", concluyó Taylor.