No hay plan B para resolver la crisis del gobierno

**Ni hablar, así pinta el año y al menos Herrera fue, si no sincero, sí muy crudo al presentarlo.


No hay plan B para resolver la crisis del gobierno

La Crónica de Chihuahua
Diciembre de 2013, 17:42 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera

Este lunes por la noche, cuando la plana mayor del empresariado chihuahuense se encerró con él para que les explicara por qué pretende aumentarles los impuestos a las nóminas, el secretario de Hacienda estatal, Jaime Herrera, se sinceró: “el estado está atorado”.

Ese fue el término, según asistentes a la reunión. “Atorado”, lo cual significa, en lenguaje llano y coloquial, que no puede avanzar y no tiene manera de quitarse la traba que le impide seguir adelante.

Lo peor del caso, según el ánimo de quienes asistieron a esa reunión, es que no hay de otra más que pedirle a los contribuyentes—sí, a los mismos de siempre—que suban sus aportaciones al erario estatal. “No hay plan “B”” según les dio el propio Herrera.

La exposición, dicen algunos de los asistentes, fue devastadora: un estado que de pronto se vio en la necesidad de elevar su gasto educativo para poder cubrir la demanda de espacios, especialmente, en los niveles de educación media-superior. El asunto no era sólo cuestión de cobertura educativa, sino que casi alcanzaba los rangos de seguridad nacional, pues implicaba reducir la disponibilidad de mano de obra barata para el crimen, organizado o no.

Esa es sólo una de las tres razones por las que el gasto estatal se fue a las nubes, a grado tal de rebasar en más de 6 mil millones de pesos al ingreso obtenido durante el 2012.

Según Herrera—dicen los que lo oyeron—el gobierno estatal llegó hasta este punto porque las anteriores administraciones no atendieron el problema a tiempo o simplemente lo hicieron a un lado. Es decir, recurrió al viejo truco del “así estaba todo cuando yo llegué”.

El panorama, pues, fue desolador: habrá recortes atroces en casi todas las áreas de Gobierno; poca ejecución de obra y reducción sustancial en las compras de Gobierno.
Aunque el sector empresarial siempre ha empujado por la reducción del gasto corriente, no dejó de preocupar el hecho de que el principal empleador del estado, que es el Gobierno, tenga pensado hacer despidos masivos. ¿A dónde irán a pedir trabajo todos esos cesantes? Y si no lo encuentran, ¿en qué se convertirán? ¿en economía informal? Se preguntaban ayer, no pocos.

Ni hablar, así pinta el año y al menos Herrera fue, si no sincero, sí muy crudo al presentarlo. Crudo, como puede ser la condición de un estado que estuvo en guerra durante cuatro años. Así son las devastaciones de post-guerra.