No estamos para festejar; siguen la violencia y el desempleo

Por Alejandro Salmón Aguilera


No estamos para festejar; siguen la violencia y el desempleo

La Crónica de Chihuahua
Enero de 2012, 18:34 pm

La actitud triunfalista es un signo de todos los gobernantes y sus respectivos colaboradores, de eso nadie se debe azorar. Lo que sí debe espantar es cuando el periodismo deja de analizar las cifras alegres que nos dan los gobernantes, para ponerlas en perspectiva y dejarlas en el lugar que corresponden.

Ayer, tanto el presidente de la República, Felipe Calderón Hinjojosa, como el gobernador César Duarte Jáquez, se congratularon a sí mismos por sendos logros, el uno, en materia de empleo, y el otro, al haber reducido “en más de mil” el número de homicidios cometidos durante el año.

Bien vale la pena hacer una pausa antes de echarnos confeti con una mano y aplaudirnos con la otra.

En cuanto al empleo: el presidente Calderón “presumió” los 590 mil 797 empleos formales netos creados durante el año 2011. La cantidad, dice el mensaje del presidente vía Twitter, es la más alta desde que él asumió la Presidencia de la República.

Buena cifra… sólo que apenas es la mitad de las que prometió cuando era candidato presidencial, cuando se proclamaba “el presidente del empleo”. En aquel 2006, de campañas llenas de frases agresivas y amenazantes, el entonces candidato del PAN aseguraba que, de llegar él a la Presidencia, generaría un millón de empleos anuales.

Lo cierto es que, en su mejor año, alcanzó a generar la mitad, y que alrededor del país hay más de un millón de jóvenes que ni trabajan, ni tienen espacio en planteles educativos. Son, como se les llama ahora popularmente, los “Ni-nis”, porque ni estudian ni trabajan.

La cifra entonces no es ni para presumir ni mucho menos para compararla con otros años… de su misma administración. La tasa de desempleo abierta sigue siendo alta: 5.6 por ciento, menor a la de Estados Unidos, es cierto, pero mayor a la de Brasil.

No está de más recordar que a Juárez, una de las ciudades que más empleo generaba hasta antes de la “Guerra del narco”, tiene un déficit de al menos 68 mil trabajos, de los 92 mil que se perdieron con la crisis y la violencia.

El estado de Chihuahua terminó el año con un promedio de 601 mil empleados. La cantidad sigue siendo menor a la que se llegó a tener a finales de la década de los 90as e incluso a las que se registraron en años recientes.

En cuanto al gobernador Duarte, tiene derecho a exaltar los logros de su administración en materia de procuración de justicia, pero no es tiempo de echar campanas a vuelo porque hubo “mil homicidios menos”. Si hubo “Mil menos” quiere decir que la cifra de asesinatos las seguimos contando por miles, y así es: En Juárez, nada más, hubo mil 973 durante el año.

“Hay qué hablar bien de Chihuahua”, reprendió el gobernador a la reportera que le preguntó sobre la alta cifra de asesinatos cometidos durante el 2011. Con todo respeto, pero ver una realidad, analizarla y ponerla en perspectiva no significa “hablar mal” de nadie.

El periodismo debe continuar con su función de buscar manchas negras donde hay un fondo blanco, o manchas blancas donde hay negro, y por lo pronto, aquí en Chihuahua, los muertos los seguimos contando por miles.

(http://www.ahoramismo.com.mx)