Nicaragüense se reunirá con su madre después de 30 años

**Francisco Cordero Ñiaméndiz perdió contacto con su madre hace 30 años, cuando dejó Nicaragua durante la revolución sandinista.


Nicaragüense se reunirá con su madre después de 30 años

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2012, 13:30 pm

(CNNMéxico) — Un migrante nicaragüense desaparecido hace 30 años se reencontrará con su madre este lunes en Veracruz, al sureste de México. María Teodora Ñiaméndiz se unió a la caravana Liberando la Esperanza, donde mujeres recorren el país en busca de sus familiares.

La última carta que Francisco Cordero Ñiaméndiz, de 51 años, envió a su madre fue la pista que ayudó al activista del Movimiento Migrante Mesoamericano, Rubén Figueroa, a localizarlo. Él le mostró la fotografía de una mujer con una imagen colgada en el cuello, en la que Francisco posa junto a una bicicleta.

"Sí, es mi mamá, esa foto se la mandé hace mucho cuando recién llegué aquí, esa es mi mamá, qué alegría que siga viva”, dijo el migrante, quien abandonó su país en 1979 durante la revolución sandinista.

"Siempre quise regresar pero nunca pude, yo pensaba que mi madre ya no existía (…) nunca pensé que estaría buscándome (…) no sé de dónde sacó tanta fuerza", detalló.

Cordero Ñiaméndiz se unió al Ejército de Nicaragua durante la lucha armada del gobierno de Anastasio Somoza contra el Frente Sandinista de Liberación Nacional. "En mi tierra había poco trabajo y un amigo me dijo que el Ejército pagaba bien", relató Francisco Cordero a CNNMéxico.

A casi un año de estar en combate, Francisco recibió un disparo en el pie izquierdo, por lo que lo trasladaron a Managua en donde "todos estaban despavoridos" porque los sandinistas habían tomado la ciudad. Lo exiliaron a El Salvador en un barco pesquero y meses después, cuando su herida sanó, fue trasladado a Guatemala.

Ahí conoció a dos personas que le ofrecieron viajar a Estados Unidos, en 1980. Le enseñaron a esconder su acento nicaragüense. Cordero viajó en el tren desde Tapachula, Chiapas, pero los tres fueron detenidos por elementos del Ejército mexicano y entregados a las autoridades migratorias.

Para quedar libres le ofrecieron dinero a "la migra" por recomendación de los soldados, y "después de tanto regatear aceptaron y nos volvieron a subir al tren”, contó Francisco Cordero. Y fueron los funcionarios mexicanos quienes le recomendaron buscar trabajo en Veracruz, donde vive desde entonces.

Al inicio de su estancia en México mantuvo contacto con su madre por correo. Pero el intercambio acabó. “Yo tuve un problema de alcoholismo y dejé de escribir una temporada" de cinco años, dijo Francisco, y detalló que cuando Francisco volvió a escribir sus cartas fueron devueltas ya que su madre se había mudado y no supo más de ella hasta este viernes.

Francisco Teodoro tiene tres hijos y cinco nietos, hace seis años se rehabilitó del alcoholismo y trabaja como albañil.

Este lunes se encontrará con su madre en Tierra Blanca, Veracruz, una de las escalas de la caravana Liberando la Esperanza. "No sé si puedan dejármela unos días aquí, sería lo más bonito”, dijo el migrante de Nicaragua.