Necesitamos políticas públicas que combatan de raíz el feminicidio

Dora Villalobos Mendoza Feminista Destacada “Diana Âlvarez”


Necesitamos políticas públicas que combatan de raíz el feminicidio

Lily Dueñas
Marzo de 2014, 12:58 pm

Los feminicidios de Esperanza y Berenice enlutaron el Día Internacional de la Mujer en Chihuahua

El reclamo de justicia es generalizado. No sólo para ellas. También para los otros 22 feminicidios que se han registrado en lo que va del año en el estado y todos los que continúan impunes de las últimas décadas.

No podría ser de otra manera. La impunidad es la vitamina que más fortalece al sistema patriarcal.

Sin embargo, yo creo que no debemos limitarnos a exigir que tapen el pozo cada vez que se ahoga un niño, o mejor dicho una niña. Debemos buscar la manera de tapar el pozo antes de que se ahogue.

La pregunta es: ¿Cómo le hacemos para prevenir el feminicidio, cómo le hacemos para que los hombres no maten a las mujeres?

Por supuesto no es fácil, ni se puede lograr de la noche a la mañana, pero mientras no empecemos a trabajar en la prevención, seguiremos exigiendo que tapen el pozo cada vez que se ahoga una niña.

El Estado tiene que fortalecer la atención a las mujeres víctimas de violencia de género porque muchos de esos casos llegan al feminicidio. Mujeres agredidas que están denunciando a sus parejas y que no están recibiendo la atención y el apoyo especializado que requieren.

Pero ni siquiera eso es suficiente para combatir de raíz el feminicidio.

No hay que inventar el hilo negro. Algunos países como Dinamarca y Suecia ya tienen clara la fórmula y la están aplicando.

Podemos alegar que son países más desarrollados que México. Pero las políticas públicas que están realizando para prevenir el feminicidio son tan sencillas que no hay ninguna razón para que no las tengamos aquí en Chihuahua.

A esos países ya les quedó claro que la única manera de prevenir el feminicidio es promoviendo la igualdad de género. Ya les quedó claro que la diferencia en los roles de género que impone el sistema patriarcal es la causa de la violencia que sufren muchas mujeres y que en ocasiones llega al feminicidio.

A los Gobiernos de esos países ya les quedó claro que la diferencia en los roles de género ha dado como consecuencia mujeres dominadas y hombres dominantes.

Mujeres que sí hemos tenido la oportunidad de desarrollar nuestra capacidad amorosa, cuidadora, tierna, sentimental.

Y hombres reprimidos, que no tiene permiso para llorar y que no han tenido la oportunidad de expresar sentimientos, emociones. Hombres que el sistema patriarcal convierte en personas frías, dominantes, sin sentimientos. Por eso algunos de ellos asumen el poder de violentar a sus mujeres y a otras que no conocen, llegando al extremo de asesinarlas sólo porque lo pueden hacer.

Esos países, entonces, están haciendo políticas públicas que les permitan a los hombres desarrollar su capacidad amorosa, tierna, sentimental.

Por ejemplo: En vez de aprender a manejar armas, los hombres jóvenes hacen su servicio militar cuidando ancianos y ancianas en asilos, así como niños y niñas en horfanatos.

Y es que está comprobado que el cuidado de los semejantes desarrolla en la persona la capacidad amorosa. Esos Gobiernos ya entendieron la fórmula. Les queda claro que los hombres que desarrollan su capacidad amorosa, no asesina a las mujeres, ni a las de ellos, ni a otras que no conocen.

El Gobierno de Chihuahua no puede modificar el servicio militar, pero sí puede influir para que los jóvenes universitarios hagan su servicio social y sus prácticas en asilos y horfanatos, donde puedan desarrollar su capacidad amorosa.
Sólo es una idea. Hay muchas otras igual de sencillas. Lo importante es que las personas que están en el poder sepan que tienen la enorme oportunidad de hacer políticas públicas y de enviar mensajes que acaben de raíz con el sistema patriarcal. Se trata de voluntad política.

En vez de decirnos que nos cuidemos, que no caminemos solas por lugares oscuros, que no usemos escotes, ni minifaldas, para que los hombres no nos maten, el Estado tiene que generar políticas públicas y enviar mensajes para que los hombres no nos quieran matar, bajo ninguna circunstancia.

Ojalá que esta propuesta caiga en tierra fértil. Ojalá que nuestras autoridades consulten a expertas en la materia. Ojalá que se capaciten. Sin miedo, con la mente abierta, con el único interés de prevenir el feminicidio que tanto ha lacerado a Chihuahua.

¡Porque las queremos vivas. Ni una más!