Momias indígenas: tesoro cultural de Chihuahua

**Con más de 500 años de antigüedad, la momia indígena más famosa de Chihuahua sigue ahí, como un testimonio de las costumbres funerarias de los indios serranos.


Momias indígenas: tesoro cultural de Chihuahua

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2012, 14:33 pm

Por Froilán Meza Rivera

El descubrimiento de la momia indígena más famosa de Chihuahua, sirvió para revelar las costumbres funerarias de los originales indios de la sierra. Con más de 500 años de antigüedad, esta momia, que en años pasados fue exhibida en escuelas, fue desenterrada por el profesor José Armando Alonso Escobedo en las fuentes del río Conchos, en una excursión.

La momia, conservada en una urna de cristal que evita que se deteriore más, se encontraba en una cueva cercana al río. "Caminaba y vi que en una cueva, en una loma al otro lado del cantil, sobresalía una cobija... me acerqué, y la tal cobija se empezó a desmoronar, pero entonces tomé mis herramientas y excavé en la tierra del piso de la cueva".

Al escarbar, José Armando lo primero que vio fue que algo, un bulto, estaba envuelto en un petate, al parecer manufacturado con hoja de carrizo trenzado. Realmente, el cuerpo, al quedar al descubierto, tenía poca tierra en los orificios. Al muerto -porque era varón- lo habían colocado en posición fetal.

"Era costumbre de esas culturas, de los indios chínipas, los tubares y otras tribus y etnias desaparecidas al contacto con los europeos, enterrar a sus difuntos en posición fetal, para simbolizar un retorno a la madre tierra: la cueva es el vientre materno, y la cubierta de tejido vegetal es la placenta", explica el profesor normalista, ahora retirado.

"Así los enterraban a todos. Los trasladaban desde el caserío de la comunidad hasta las cuevas, amarrados para que no perdieran la posición en que iban a entrar a la eternidad. De acuerdo a testimonios de los indígenas rarámuris, quienes compartieron en un tiempo esas costumbres funerarias, al muerto lo llevaban colgando de una viga, y era posible que lo cargaran entre cuatro personas, además de que los acompañaba un cortejo de familiares, amigos y vecinos".

Así era una de esas costumbres locales, desaparecidas y extinguidas porque quienes las guardaban, están extintos ellos mismos, hoy en día.