Minigubernatura. Los que quieren, los que pueden… los que sueñan

Reportaje especial/ La Crónica de Chihuahua


Minigubernatura. Los que quieren, los que pueden… los que sueñan

La Crónica de Chihuahua
Septiembre de 2015, 21:30 pm

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Álvaro Ramírez Velasco

Puebla vive hoy una orgía de aspiraciones de políticos de todos los partidos, principalmente del Revolucionario Institucional (PRI), quienes han levantado la mano en busca de la candidatura al Gobierno estatal de un año y ocho meses que se elegirá en julio de 2016 para relevar al primer Gobierno de alternancia en la entidad.

De la docena de aspirantes a la llamada minigubernatura no todos tienen posibilidades reales, pues la mayoría sólo sueñan. Otros más tienen la fuerza y la estructura para conseguirla, pero prefieren apostar sus capitales políticos al proceso de 2018, cuando se elegirá un mandatario de seis años. Y unos más, aun cuando están en la posibilidad de construirse una oportunidad, no está claro que puedan llegar.

La única certeza la tiene el equipo del actual Gobierno estatal, que ha prendido una única vela, hasta hoy, en la postulación del alcalde capitalino José Antonio Gali Fayad, sin militancia partidista efectiva, pero con el arropo del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, quien se esmera en reeditar la alianza del Partido Acción Nacional (PAN), Partido de la Revolución Democrática (PRD) y la chiquillada conformada por el Partido Nueva Alianza (Panal) y los institutos locales Compromiso por Puebla (PCP) y Pacto de Integración Social (PSI).

Una coalición similar llevó al hoy mandatario, por cierto expriista, a Casa Puebla –sede gubernamental–, luego de 80 años de priato en la entidad.

Hay un elemento más a considerar en esta carrera de los que pueden, los que quieren y los que sueñan: el efecto que tendrá la inclusión del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), con candidato propio, en los comicios del próximo año.

Los adelantados

Luego de la reforma electoral que se realizó en 2012 en Puebla, apenas a unos meses del arribo de la alternancia, para sincronizar los comicios locales con los federales de 2018, hubo que recortar el periodo de la próxima gubernatura a un año y ocho meses.

Así, el mandatario que será electo en 2016 y que comenzará su periodo en enero 2017, durará menos de dos años, en lo que se ha dado por llamar la minigubernatura.

A pesar del poco tiempo, esta contienda representa la posibilidad de que el PRI recupere Casa Puebla y perfile su camino hacia la reafirmación en 2018, cuando la gubernatura será ya de un sexenio completo. “Sin 2016 no hay 2018 para nadie”, suelen comentar en pasillos los políticos locales.

En medio del reciente relevo de la dirigencia nacional, que hoy ocupa el sonorense Manlio Fabio Beltrones Rivera, los poblanos vivieron una suerte de desbocamiento y al menos ocho tricolores levantaron la mano apenas terminó el proceso electoral federal, en el que el PRI ganó nueve de las 16 curules en disputa, en un repunte inesperado.

Entre los aspirantes hay exdiputados federales, delegados, senadoras, subsecretarios del Gobierno federal y hasta excandidatos que fracasaron antes en este mismo intento. Unos tienen verdaderas posibilidades, otros sólo hacen ruido y otros nada más comparten una aspiración casi onírica, un sueño, que está muy lejos de cumplírseles.

A ocho meses para la definición formal del abanderado priista y a 10 de la cita en las urnas, Alberto Jiménez Merino, delegado en Puebla de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa); Enrique Doger Guerrero, exdiputado federal a la LXII Legislatura que recién terminó, exalcalde de Puebla capital y exrector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP); Juan Manuel Vega Rayet, delegado de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol); la senadora Lucero Saldaña Pérez, y Javier López Zavala, el candidato derrotado en 2010, son los priistas que han dicho con todas sus letras “quiero ser gobernador”.

También coquetean con esa posibilidad la senadora Blanca María del Socorro Alcalá Ruiz, exalcaldesa capitalina; el subsecretario federal de la Sedesol, Juan Carlos Lastiri Quiroz, el poblano mejor ubicado en el gabinete de Enrique Peña Nieto; el recién electo diputado federal Alejandro Armenta Mier, quien venciera en el Distrito vii, con cabecera en Tepeaca, a uno de los delfines del morenovallismo, en una elección calificada de Estado y Mario Rincón González, exsecretario de varias carteras del gabinete estatal.

Entre los primeros están los priistas que quieren y uno que apenas sueña; en el segundo bloque, sin duda los que pueden y preferirían ir por el periodo completo hasta 2018.

Marín y los otros

Dos bloques del priismo se han conformado en torno a los aspirantes. En el primero resalta la presencia del exgobernador Mario Plutarco Marín Torres, conocido como "el góber precioso", después del episodio de la violación a los derechos humanos de la periodista Lydia Cacho.

En el segundo bloque están la senadora Alcalá Ruiz y el subsecretario federal Lastiri, quienes han llegado a acuerdos y a un pacto político común para impulsar un mismo proyecto.

En el primer grupo, Marín Torres era la mano que entusiasmaba a unos y jugaba con otros, pero desde la llegada de Manlio Fabio Beltrones Rivera a la presidencia nacional del PRI tendrá que disciplinarse también y no será la única voz que decida en este proceso.

El gober precioso se ha reunido en varias ocasiones con los aspirantes; de forma soterrada a veces y en público otras, en todas estas ocasiones se ha dejado ver sonriente con aquellos que solamente quieren, los que realmente pueden y los que únicamente sueñan.

Una de las cartas del marinismo son el delegado de la Sagarpa, Alberto Jiménez Merino, quien ya fue diputado federal en dos ocasiones y dos veces secretario estatal de Desarrollo Rural en los sexenios priistas de Melquiades Morales Flores y del propio Marín Torres. Ha sido señalado en textos periodísticos como ahijado del gober precioso y ésta es, al parecer, su principal carta de presentación para negociar ante el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI su postulación.

Sin embargo, todo parecer indicar que la verdadera carta del exgobernador Marín Torres es Enrique Doger, con quien tuvo serias diferencias en el pasado, mismas que al parecer hoy han sido superadas. Doger además es bien visto por el grupo de Alcalá-Lastiri.

Entre los que sólo comparten un anhelo onírico –es decir, los que se ven como aspirantes sin posibilidades– están el delegado de Sedesol, Juan Manuel Vega Rayet, exalcalde de Izúcar de Matamoros, exdiputado local y federal (dos veces) y exsecretario del gabinete estatal; la dos veces senadora Lucero Saldaña y el excandidato a la gubernatura en 2010, Javier López Zavala.

El delfín-cantante

Donde las definiciones no están a consideración de grupos divergentes y hay una ruta clara hacia la minigubernatura es en el Gobierno del estado, que impulsa la postulación del alcalde capitalino José Antonio Gali Fayad, quien llegó al Ayuntamiento con el apoyo de una alianza de partidos de ideologías disímbolas.

El político poblano, famoso porque canta en sus actos proselitistas y hasta tiene un par de discos grabados, ha comenzado a visitar todos los municipios con el pretexto de inaugurar ferias u obras públicas al lado del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, de quien es favorito.

Incluso, se promovió en el Congreso del estado una reforma a la Ley Orgánica Municipal del estado de Puebla, para cerrarle el paso a su legal suplente, contemplado en la planilla municipal desde la candidatura de Gali, el panista de cepa Gerardo Maldonado Balvanera, quien es opositor al grupo morenovallista.

Las fracciones del PAN, PRD, Panal, Compromiso por Puebla y PSI aprobaron hace dos semanas, en sesión extraordinaria, una iniciativa para reformar el Artículo 52 de esa ley, para que ahora se le permita al alcalde solicitar licencia hasta por 90 días sin que deba ser llamado el suplente y, en caso de un plazo mayor, el Congreso estará facultado para designar al sustituto.

A la par de estas reformas y también en el contexto de la minigubernatura, la mayoría de diputados afines a Moreno Valle Rosas avalaron el pasado 22 de agosto reformas al Código de Procedimiento Electorales de la entidad, para imponer candados casi imposibles de sortear a las candidaturas ciudadanas.

Las izquierdas

La posibilidad de que el PRD se sume en una nueva alianza con el PAN y los partidos pequeños, aún está en veremos, pues líderes del perredismo poblano, como la actual dirigente estatal, han cuestionado la legitimidad y los beneficios de una unión que en el pasado ha sido calificada como antinatura.

Encima, la exdiputada federal, quien recién terminó la LXII Legislatura, Roxana Luna Porquillo, la más férrea opositora a Rafael Moreno Valle, podría buscar la candidatura del partido del Sol Azteca, fracturando a los perredistas que son aliados del actual régimen estatal y tumbando esa alianza que busca con empeño el habitante de la Casa Puebla.

En entrevista con buzos, Luna Porquillo dijo: “Me mandaron traer mis compañeros dirigentes de la organización y del partido, de ADN (Alternativa Democrática Nacional, su corriente en el PRD) y Los de Abajo, y me preguntaron qué sigue luego de los comicios y el término de mi Legislatura. Ellos me plantearon una ruta: La posibilidad de que yo sea la figura que pueda representar una candidatura para el 2016 o para el 2018”.

“Es un asunto que yo no he valorado –agregó–. Sé lo que implica esa responsabilidad, sin embargo, hay que ir empezando a tomar los tiempos, a ir calculando las circunstancias políticas que está viviendo el estado… En este momento no digo sí, pero tampoco que no”.

En el mismo tenor está el alcalde San Pedro Cholula, exdirigente y aun militante de Movimiento Ciudadano, además del líder de las autoridades municipales de ese partido, Juan José Espinosa Torres, quien como opositor también al morenovallismo coquetea con la posibilidad de aparecer en las boletas de 2016, para dividir el voto antiPRI, que pudiera en un supuesto, irse al proyecto morenovallista. Sería una opción para debilitar el proyecto del gobernador.

Por otro parte, en su más reciente visita a Puebla, Andrés Manuel López Obrador, presidente del Consejo Nacional del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) destapó ya a quien será el candidato de ese partido a la minigubernatura en 2016: Abraham Quiroz Palacios, coordinador de la maestría en psicología social de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y fundador en su momento del PRD en Puebla y ahora de Morena.

El cargo que se le ha dado, para no hablar desde ya de candidato, es el de “promotor de la soberanía nacional”. En entrevista con buzos, asegura que la combinación del efecto López Obrador con los números “positivos” que Morena logró en el pasado proceso electoral federal en el estado de Puebla, convierten a ese partido en el puntero y el más fuerte rumbo a la mini.

Quiroz Palacios tendrá un apuntalamiento importante de López Obrador en todo el estado, pues el excandidato presidencial recorrerá con él 108 de los 217 municipios de la entidad.

“Si combinamos el primer lugar que tiene López Obrador con el 42 por ciento de las preferencias electorales, de acuerdo con la más reciente encuesta del periódico Reforma, con las preferencias que tiene Morena, que está en tercer lugar en el estado y el país, esos números nos colocarían en primer lugar en este momento en el estado de Puebla. En ese juego tenemos mucha posibilidad, más posibilidad que los otros, aunque combinaran sus preferencias por partido y por persona”, aseguró.

El efecto que tendrá el voto que consiga Morena en las urnas en julio de 2016 es aún de pronóstico reservado, pero el mayor damnificado podría ser el proyecto de continuidad del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, quien ha visto disminuida su popularidad, hasta llegar actualmente a un rechazo del 67 por ciento, similar al que tuvo el exgobernador Mario Plutarco Marín al finalizar su mandato, de acuerdo con la casa encuestadora Mas Data.

En Puebla, la contienda parece haberse adelantado entre los soñadores, los aspirantes y los poderosos a más de ocho meses de la definición de candidatos y de 10 de la cita en las urnas del próximo 3 de julio, cuando se defina al llamado minigobernador.