México y EU no tienen política coherente contra drogas

**Podrían pasar hasta 20 años para que la disminución en el consumo de drogas en Estados Unidos tenga un impacto significativo en la violencia que sufre México: estudio.


México y EU no tienen política coherente contra drogas

La Crónica de Chihuahua
Abril de 2011, 21:46 pm

México, D.F. (Agencia proceso).- Un informe elaborado por el Woodrow Wilson Center, un think tank (grupo de análisis) con sede en Washington, revela que “Estados Unidos y México todavía no tienen una estrategia clara y coherente que logre degradar la capacidad financiera de las organizaciones criminales, así como las redes de contrabando de armas”.

Más aún, señala que podrían pasar hasta 20 años “para que la disminución en el consumo de drogas en Estados Unidos tenga un impacto significativo en la violencia que sufre México”.

Publicado en el marco de la tercera reunión del Grupo de Alto Nivel sobre la Iniciativa Mérida en Washington –que se llevó a cabo el viernes 28—, el documento hace un análisis sobre los cuatro ejes de discusión entre los funcionarios: la construcción de comunidades fuertes, acciones para desmantelar las organizaciones criminales, refuerzo del estado de derecho y el fortalecimiento de la frontera (Frontera siglo XXI).

El informe titulado Avances constantes, resultados lentos: cooperación de seguridad entre EU-México, a dos años de la administración de Obama, señala que las acciones orientadas a interrumpir el tráfico de armas son ineficaces y condena la “permisividad” de las leyes estadunidenses que facilitan la venta de armas a los cárteles mexicanos; igualmente deplora la “sumisión” del Congreso de Estados Unidos ante el cabildeo de la industria armamentista.

El documento, firmado por Andrew Selee y Eric L. Olson, resalta la poca voluntad del Congreso de Estados Unidos y del presidente Barack Obama para reformar las leyes que permiten a los traficantes burlar las restricciones existentes, así como para dedicar suficientes recursos y personal que tengan como objetivo claro disminuir “el río de armas que fluye hacía México”.

Y pone como ejemplo el caso Rápido y furioso, una operación diseñada para introducir armas a México —con el propósito de rastrear su punto final de destino— y aprobada por funcionarios del más alto nivel del Departamento de Justicia de Estados Unidos, según Darren Gil, un exagente de la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF).

“Este escándalo ha complicado los esfuerzos en el combate”, dice el informe.

Ya el 16 de diciembre pasado, el diario neoyorquino New York Times criticaba la pasividad del gobierno de Estados Unidos en la venta de armas.

En su editorial, titulado “Pistoleros de los cárteles compran en Estados Unidos”, el rotativo criticaba que en los últimos cuatro años los distribuidores estadunidenses han vendido más de 60 mil armas de alto poder a los pistoleros de los cárteles mexicanos de las drogas.

El informe revela que hay nuevas formas de lavado de dinero vía las tarjetas de prepago cargadas en Estados Unidos y cobradas en México.

“Nadie sabe la cantidad de dinero ilícito que se introduce de contrabando desde Estados Unidos hacía México cada año; sin embargo el Departamento de Estado estima que es una cantidad entre 19 mil y 29 mil millones de dólares cada año.”

También aconseja que “combatir el lavado de dinero podría ser una de las más importantes herramientas para socavar la influencia de los grupos del crimen organizado”.

El documento destaca los más de 15 mil asesinatos relacionados con el tráfico de drogas en el último año y el hallazgo de narcofosas en Tamaulipas. Asimismo, señala a los consumidores en Estados Unidos como copartícipes en el problema del narcotráfico.

“La responsabilidad de la narcoviolencia que priva en México y de los asesinatos de migrantes, como la masacre de San Fernando, recae también en Estados Unidos. Los consumidores de narcóticos son cómplices de este negocio, que genera hasta 29 mil millones de dólares que fluyen desde el sur de Estados Unidos cada año para financiar armas que alimentan la violencia”.