México, lección de dignidad en los funerales de Hugo Chávez

Aquiles Córdova Morán


México, lección de dignidad en los funerales de Hugo Chávez

La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2013, 15:04 pm

Finalmente, pues, tras una dura y dolorosa batalla contra el cáncer digna del valor y la entereza física y moral que demostró durante su fecunda vida, el 5 de marzo de los corrientes murió el Presidente-Comandante Hugo Chávez Frías. Lo mejor de la humanidad, en América Latina y en el mundo (y hasta algunos de sus enemigos abiertos o embozados) le rindieron un merecido homenaje que pocos Jefes de Estado, muertos en circunstancias similares, han tenido el honor de recibir. Y esto, a despecho de la reacción mundial que se expresa a través de los medios masivos que, como aves carroñeras, no cesaron de merodear en torno al lecho del enfermo todo el tiempo que duró su agonía, ansiosos del desenlace fatal para celebrarlo a su manera. Pero Hugo Chávez es, sin duda, de esos gigantes que la humanidad engendra de tarde en tarde para orgullo y alivio de nuestra especie; y, para probarlo, aquí van algunos datos que tomo del trabajo de CUBADEBATE del 8 de marzo, titulado “50 verdades sobre Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana”. Aclaro, para satisfacción de escépticos y opositores sistemáticos a Cuba y Venezuela, que sólo recojo hechos que están respaldados por instituciones internacionales, libres de toda sospecha de parcialidad en favor de la obra del ilustre desparecido.

1.- En diciembre de 2005 –dice CUBADEBATE- la UNESCO decretó que se había erradicado el analfabetismo en Venezuela. El importante organismo de la ONU se apoya en cifras como las siguientes: a partir de 1998, cerca de 1.5 millones de venezolanos aprendieron a leer y escribir; el número de niños escolarizados pasó del 53.6 en el 2000, al 73.3% del total de esa población en 2011; los estudiantes universitarios pasaron de 895,000 en 2000, a 2.3 millones en 2011, gracias, entre otras cosas, a la creación de muchas nuevas universidades.

2.- El Índice de Desarrollo Humano (IDH) según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), subió de 0.656 en 2000, a 0.735 en 2011, con lo cual Venezuela pasó del lugar 83 al 73 entre las naciones del mundo y entró en la categoría de nación con “elevado” IDH. En efecto: de 1999 a 2011, la tasa de pobreza pasó de 42.8% a 26.5%, y la tasa de pobreza extrema, de 16.6% a 7%; en el mismo periodo, el llamado “coeficiente de Gini” que mide la desigualdad de un país, pasó, según el mismo PNUD, de 0.46 a 0.39, con lo cual Venezuela se coloca como el país más igualitario en toda América Latina; la tasa de desnutrición infantil se redujo en 40% de 1999 a la fecha; el 95% de la población tiene acceso al agua potable, el gasto social aumentó un 60.6% y se construyeron 700,000 viviendas de interés social. En salud, el Sistema Nacional Público garantiza la atención médica gratuita a todos los venezolanos, sin importar cual sea su padecimiento; entre 2005 y 2012 se construyeron 7,873 nuevos centros médicos.

3.-Según la FAO, Venezuela es el país más avanzado en la erradicación del hambre de toda América Latina y el Caribe. De 1999 a la fecha, el consumo de calorías del venezolano creció en 50%; el consumo de carne creció en 75%; 5 millones de niños reciben alimentación gratuita; la tasa de desnutrición pasó de 21% a menos del 3% en el mismo período.

4.- Según el informe de “World Happiness” para 2012, Venezuela es el país “más feliz” de América Latina, sólo detrás de Costa Rica y arriba de países como Alemania y España. La tasa de desempleo pasó de 15.2% en 1998 a 6.4% en 2012; el salario mínimo pasó de 16 a 330 dólares en el mismo lapso, un incremento del ¡2,000%! Es el salario mínimo más elevado de América Latina. Los adultos mayores reciben un subsidio equivalente al 60% de este salario mínimo, y las mujeres solas, junto con los discapacitados, el 80% del salario mínimo.

5.-Finalmente, la deuda pública de Venezuela pasó de representar el 45% del PIB en 1998, al 20% en 20l1; el país se sacudió el yugo del Banco Mundial y del FMI con el sencillo expediente de cubrir todos sus adeudos en una sola emisión. Con Hugo Chávez se recuperó el pleno dominio sobre el petróleo y con ello la soberanía nacional; y ahora, gracias a eso, 18 países de América Latina y del Caribe reciben petróleo con un 40 a un 60% de descuento sobre el precio de mercado. Además, Venezuela destina más recursos en apoyo directo a los pobres de América Latina que los Estados Unidos, pues mientras este rico país desembolsa a ese fin 3,000 millones de dólares, el gobierno de Hugo Chávez destinó más de 8,800 millones de dólares. Y más: Venezuela ayuda a las comunidades más desfavorecidas dentro del propio Estados Unidos, proporcionándoles combustible a precios subsidiados.

Este es el hombre que acaba de morir. Por eso sorprende e indigna que, pasando por encima de estas verdades que están al alcance y a la vista de todos, los medios informativos del mundo entero, la inmensa mayoría de los cuales son manipulados y controlados por el imperio norteamericano, no parecen tener empacho ni freno en la campaña de necedades y calumnias que han desatado sobre el carácter y la obra de Hugo Chávez. Del tamaño y calidad moral de tal campaña, es el terror pánico que les provoca la posibilidad de que su ejemplo cunda entre los desheredados de la tierra. Y los principales medios mexicanos no tienen por qué ser la excepción. Por el contrario, movidos por aquello de que el siervo debe mostrar más celo que su “señor” en la defensa de los intereses de éste, aquí hemos oído cosas que superan con mucho en indignidad y servilismo al resto del mundo, como bien lo prueba ese ejemplar de antropoide del grupo inferior de los simios que, presumiendo de “claridoso” y de “valiente”, declaró: “Qué bueno que ya murió Chávez”. La canalla mediática sabe bien que siempre se gana algo, sin riesgo alguno, dando “a moro muerto gran lanzada”.

Por todo esto, y quizá mucho más, fue refrescante y alentadora la decisión del Presidente de México de asistir a los funerales del Comandante Chávez y presentar personalmente su respeto y solidaridad al pueblo hermano de Venezuela. Con ese gesto, el Presidente recordó al mundo que México es una nación independiente, libre y soberana, que decide su política interna y exterior sin tener que solicitar el beneplácito de nadie, al mismo tiempo que mostró plena confianza, firmeza y claridad sobre el rumbo de la nación, razón por la cual no teme a ningún contagio ideológico, del signo que sea. Su comedida y digna presencia en Venezuela dijo a todos que hemos alcanzado la mayoría de edad como nación y que, por tanto, podemos tratar en pie de igualdad, sin complejos ni prevenciones, con todos los países de la tierra. La prensa mexicana, congruente con su línea pro imperialista a ultranza, guardó significativo silencio sobre el viaje presidencial, y es por eso que los antorchistas, que no vivimos ni hemos vivido nunca de la adulación, sentimos como un deber patriótico reconocer al Presidente el rescate de la dignidad nacional, largo tiempo sepultada por la cobardía y los intereses inconfesables. Nada más.