Matrimonios igualitarios: que den la cara los priistas y panistas que los aprobaron

**Qué bien que lo hayan aprobado, pero ahora salgan a dar la cara y explíquenle a esa parte de la sociedad mexicana que sigue con un pie atorado en el siglo XIX, que las cosas han cambiado en este mundo.


Matrimonios igualitarios: que den la cara los priistas y panistas que los aprobaron

La Crónica de Chihuahua
Junio de 2015, 08:04 am

Por: Alejandro Salmón Aguilera/ ahoramismo.mx

No le falta razón a Mario Trevizo Salazar cuando le pide a quienes aprobaron la reforma al artículo 1 de la Constitución que sean ellos quienes les den la cara a los grupos confrontados ahora por la posible aprobación de los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Son ellos y ellas, diputados y diputadas por el estado de Chihuahua; tres senadores y una senadora, quienes ahora deben explicar el alcance de aquella reforma al 1 constitucional que tanto festinaron en su momento pero que abría puertas que una parte de la sociedad prefería mantener cerradas.

Ahí deberían estar, en primera fila, la entonces senadora Teresa Ortuño Gurza y el diputado federal Arturo García Portillo, miembros de una corriente conservadora dentro del Partido Acción Nacional que se opone con tenacidad e intransigencia a que el Estado Mexicano reconozca como matrimonio las uniones entre personas del mismo sexo. Tal vez ella y él deberían ser los primeros en hablar ante la militancia de su partido y luego ante la sociedad de por qué aprobaron la reforma tal y como iba.

También deberían ir por delante el entonces senador y hoy presidente nacional del PAN, Gustavo Madero Muñoz, por ser el partido que más se opone a lo que una parte de la prensa llama “matrimonios gay”, no sin tono despectivo. No estaría mal que Ramón Galindo, senador entonces, también diera la cara.

Javier Corral Jurado, diputado federal en aquella LXII Legislatura también debe una explicación, aunque es oportuno apuntar que cuando se celebró la votación, él ya no estaba en funciones por haber pedido licencia. En su lugar estaba la parralense Carmen Cano Villegas, quien bien podría salir a explicar si leyó bien el articulado que iba a aprobar. En la misma circunstancia estaría María Antonieta Pérez Reyes, diputada federal por Juárez.

Ni qué decir de Héctor Barraza, cuyo partido defiende desde sus orígenes las uniones de personas del mismo sexo, ya sea bajo la figura de sociedades de convivencia que de matrimonio. ¿Por qué el ahora síndico municipal no sale a defender “su” reforma?

Ahí estaban también unos priistas que se sentaban en la Cámara de Diputados y quienes seguramente se solazaron con la ola de aplausos recibidos por aprobar una reforma de avanzada: Alejandro Cano Ricaud y Maurilio Ochoa Millán, actual secretario de Desarrollo Urbano del Gobierno del Estado. ¿Por qué no se dan una vuelta por el Congreso a darles la cara tanto a los grupos que demandan legislar en materia de matrimonios igualitarios como a quienes se oponen con denuedo? ¿Y qué tal del senador Fernando Baeza, hoy embajador de México ante Costa Rica, quien pese a su conocida devoción católica no ha salido a definirse en torno a la postura asumida por la iglesia a la que pertenece?

No puede faltar los diputados locales que aprobaron la reforma constitucional: ahí estaba el ahora alcalde de Juárez, Enrique Serrano Escobar; el ahora diputado federal electo, Alex Le Barón o el hoy magistrado del Supremo Tribunal de Justicia, Jorge Abraham Ramírez. Vamos ¿por qué no salen al quite?

Y se les pide que salgan al ruedo porque ellos aprobaron la reforma al 1 constitucional con todo y el párrafo que la atoró durante 10 años, ese que dice: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales…”

Lo de “sexuales” fue rechazado durante años, una y otra vez, por legisladores panistas y una buena parte de los priistas, pero en el 2011 todos lo aprobaron. Qué bien que lo hayan aprobado, pero ahora salgan a dar la cara y explíquenle a esa parte de la sociedad mexicana que sigue con un pie atorado en el siglo XIX que las cosas han cambiado en este mundo.