Más de mil afectados por las lluvias en Jiménez, víctimas de la falta de planeación

**Las víctimas de desastres naturales suelen ser los habitantes de pueblos y colonias pobres, donde faltan servicios elementales, drenaje pluvial, puentes, estructuras de seguridad, según hizo notar el dirigente antorchista del municipio.


Más de mil afectados por las lluvias en Jiménez, víctimas de la falta de planeación

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2013, 16:13 pm

Jiménez, Chih.- Más de mil 200 personas de Torreoncitos, California, El Molino, Lote
Ocho, Nuevo Tampico, y otros poblados, han sido evacuadas por las autoridades, y puestas en albergues provisionales, en tanto que pasa la contingencia de una severa inundación por las lluvias torrenciales que han azotado a esta región y al estado en los últimos días.

El dolor que comparte esta gente se ve en sus rostros, ya que tuvieron que abandonar sus hogares, edificados con los sacrificios de muchos años e incluso de toda la vida, y que han logrado convertir en el patrimonio de sus hijos. El común en ellos es la impotencia de no poder evitar desprenderse de todos sus objetos, animales, y de lo poco que tenían, con el argumento de que “es peligroso que sigan habitando esas casas”, porque se corre el riesgo de que se les caigan encima.

Asimismo, se han hecho pronunciamientos de los diferentes órdenes de gobierno, en torno a la ayuda incondicional, brindando despensas, atención médica, cobijas, ropa, colchonetas, y la promesa de que se les darán créditos para que aquellas casas que tuvieron pérdidas totales o parciales, puedan volverse a edificar.

Al respecto, el dirigente municipal del Movimiento Antorchista, Juan Santiago Tolentino, señaló: “Sin embargo, creo que el problema no radica solamente en estas lluvias anormales, como tampoco su solución se puede reducir a los apoyos que durante estos días se han brindado a los damnificados”.

“¿Por qué afirmamos esto? Acá sabemos que el riesgo de inundaciones siempre ha existido –dijo el líder-, y no sólo en estas localidades, sino en todo el municipio: el peligro es extensivo a todas aquellas rancherías, ejidos y colonias populares que se caracterizan por ser cinturones de miseria, con falta de electricidad, de drenaje, de calles y caminos pavimentados, de hospitales y otros servicios de primera necesidad”.

Y es que sólo que se necesita un acto de la naturaleza para que sean descubiertos los riesgos, agregó Santiago Tolentino. “Y haciendo honor a la verdad, hay que decir que en todos estos casos, quienes sufren las consecuencias, son los pobres, los que viven de su trabajo por un jornal de 60 o 100 pesos diarios que no les permite edificar una casa en zonas residenciales, ya ni siquiera con menor riesgo de ser afectadas, sino en lugares económicos, pero alejadas de la zona urbana o a orilla de ríos y cerros, a donde después no llegan los servicios porque a nuestras autoridades se les hacen obras costosas e innecesarias”.

El municipio de Jiménez es una zona enclavada en el Bolsón de Mapimí, y en un extenso llano desértico, que se ha caracterizado por un clima muy caluroso, y con sus mantos acuíferos muy sobreexplotados por los propietarios de grandes ranchos nogaleros.

Durante la última década se han sentido los estragos de estos climas propios del norte del país, algo contrario a la situación de varios estados del sureste. Pero desde hace una semana, todo el estado de Chihuahua ha sido bendecido por lluvias constantes, lo que a simple vista es bueno, sobre todo para los pequeños campesinos que son propietarios de tierras de cultivo conocidas como de temporal.

Sin embargo, Jiménez ha sido el ojo de las cámaras y de muchas notas periodísticas por las afectaciones que estas lluvias han causado en las dichas comunidades, ya que debido a la falta de planeación y de nulo interés de varias administraciones y dependencias gubernamentales, son comunidades que no cuentan con sistemas de alcantarillado y drenaje, calles sin pendientes, ni salidas de aguas, y además de que varias de éstas se encuentran a orillas de ríos, lo que provoca que en casos pocos comunes, como el presente, la creciente de esos ríos provoca su desbordamiento y por tanto inundaciones, perfectamente evitables. Tal es el razonamiento de Juan Santiago.

“Va a pasar la contingencia, y algunos se recuperarán de los daños, se les darán alimentos mientras estén en los refugios temporales, pero ojalá que después de estos desastres no se olviden (aquellos que tienen la decisión de cambiar las cosas), de que el peligro está latente, de que sólo es cuestión de otra lluvia más para que las deficiencias gubernamentales y la pobreza vuelvan a ponerse al descubierto”.