’’Manosean’’ la Ley Electoral para que el PRI no pierda dinero

Por: Alejandro Salmón Aguilera


’’Manosean’’ la Ley Electoral para que el PRI no pierda dinero

La Crónica de Chihuahua
Septiembre de 2013, 11:07 am

En algún rincón oscuro de la política local, se está fraguando un fraude electoral que no pasa precisamente por la asignación de cargos públicos, sino por la distribución de la jugosa bolsa de 110 millones de pesos para partidos políticos.

Fuentes allegadas al “manoseo” que pretenden hacer el PRI y el Instituto Estatal Electoral confirmaron a esta columna la intención de “interpretar” los convenios de coalición signados por el tricolor para evitar que el caudal de votos obsequiado a partidos como el PT, el PVEM o PNA se traduzca en una gigantesca pérdida de recursos públicos.

A saber: el artículo 58 de la Ley Electoral del Estado de Chihuahua establece las bases para repartir los fondos públicos destinados a los partidos políticos. En el numeral II, se establece con toda claridad que el setenta por ciento de los recursos destinados a partidos se distribuirá “en proporción directa según el porcentaje de la votación estatal válida emitida”.

De ser así, el PRI tendría únicamente el 20.6 por ciento de la votación válida emitida, ya que signó dos convenios de coalición: uno, en el cual repartía el 98 por ciento de los votos entre el PVEM y el PNA, y otro, donde iba a partes iguales con el PT.

Ese porcentaje de votación ya tiene curso legal, pues ha sido publicado en decreto oficial publicado el 21 de agosto de este año.

Si el reparto se apega a las bases establecidas en la Ley Electoral, los partidos tendrían una bolsa cercana a los 111 millones de pesos; de esos, el 70 por ciento, es decir, casi 77 millones, se repartiría entre partidos según haya sido su votación.
De ser así, al PRI le tocarían solo 16 millones 2 mil 838 pesos, que representa una pérdida del 33 por ciento de sus actuales prerrogativas.

Sin embargo, manos tenebrosas pretende moldear la ley para aplicar el mismo artículo 58, numeral III, según el cual el reparto de las prerrogativas se le deja a decisión de los coaligados.

El PRI busca ahora rectificar el grave error que cometió cuando signó convenios que implicaban regalar votos y hasta tres curules en el Congreso del Estado. Lo increíble es que acepte con resignación la pérdida de asientos en el Legislativo local, pero no la pérdida de dinero.