Maestra rarámuri: de Norogachi a la Ibero

**Casada y con una hija, la maestra obtuvo su título de Maestría

La Crónica de Chihuahua
Junio de 2013, 10:52 am

Chihuahua.- “Los conceptos tradicionales de la enseñanza se deben modificar y dar paso ahora a nuevas formas en donde haya un mayor intercambio de ideas y retroalimentación entre el docente y sus estudiantes”.

Son las palabras de la profesora Lucía Olivas Espino, de origen tarahumara, quien en días pasados sustentó su examen profesional en la ciudad de León, Guanajuato, obteniendo con ello una Maestría en Competencias para la Innovación Educativa, por parte de la Universidad Iberoamericana, UIA.

Este grado académico le fue conferido por dicha universidad privada, al presentar el día 21 de junio pasado su tesis titulada “Práctica docente e interculturalidad en el caso de la Escuela Primaria Rafael Ramírez, de la comunidad de Norogachi, Guachochi”.

La profesora Olivas estuvo cursando esta maestría en aquella ciudad del centro del país, con el apoyo del Programa Internacional de Becas de Posgrado para Indígenas, con lo que pudo cubrir sus estudios y gastos de hospedaje y alimentación.

En este esfuerzo, donde se coordinan acciones con la SECD, se busca ayudar a jóvenes chihuahuenses de comunidades indígenas para que cursen sus estudios profesionales y en niveles de posgrado.

Señala que eligió esa especialidad educativa debido al interés que tiene precisamente en las innovaciones educativas que se aplican actualmente en los sistemas de enseñanza- aprendizaje, en los cuales se pretende superar e innovar las formas tradicionales que durante décadas se utilizaron, en donde básicamente, el o la docente impartían su clase al frente del aula y el alumnado escuchaba y tomaba apuntes.

Ahora, recalca, se requiere que haya un mayor intercambio de ideas, opiniones y discusiones entre los estudiantes y sus maestros y que aquellos participen más activamente en la dinámica de la clase.

Olivas Espino comenta que para cursar su Maestría en la Ibero, contó además con el apoyo de su esposo, quien se encargaba de cuidar a la hija de ambos, Itzel Xitlali, mientras ella acudía a clases y preparaba los trabajos y tareas encargadas.