Los Yanomamö

Una etnia que no ha sucumbido


Los Yanomamö

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2013, 21:18 pm

Los yanomamo o yanomami (también llamados yanomamö o yanomami), son una etnia indígena americana dividida en tres grandes grupos: sanumá, yanomam y yanam. Aunque hablan lenguas diferentes, se entienden entre ellos. Se denominan también la nación yanomami. Habitan principalmente en el estado Amazonas (Venezuela) además y en los estados brasileños de Amazonas y Roraima.

El nombre correcto de este grupo indígena es el de yanomamo. La razón por la que en muchos idiomas se conocen como yanomami o yanomamis se debe a que fueron los misioneros salesianos de origen italiano los que se encargaron de las misiones católicas en la región de los yanomamos y en italiano el plural de yanomamo es yanomami. Corrobora este nombre el hecho de que el padre Cocco, misionero italiano que pasó muchos años viviendo entre los yanomamos, los señalaba con este nombre y no con el plural en italiano.

Etnografía

Los yanomami presentan una especial importancia etnográfica por el hecho de ser un pueblo indígena que ha logrado vivir en armonía con su ambiente, que respetan la naturaleza, que no producen basura, que no contaminan y que son autosuficientes.
Forman parte de los últimos reductos humanos que continúan viviendo según los dictados de los pueblos prealfabetizados.

Actualmente el occidental que mejor los conoce y defiende, el etnógrafo "Chagnon", sitúa los yanomamö al borde de la destrucción. Esto es debido a los fenómenos clásicos de la invasión colonial:
conversión religiosa, asimilación de roles inferiores respecto a una cultura superior y despoblación por las enfermedades que los colonizadores llevaron consigo. Al no poder combatir con eficacia ninguno de estos factores, su estilo de vida tradicional puede verse irremediablemente afectado en menos de una década si no se toman las medidas necesarias.

Alrededor de 20.000 individuos que integran los yanomami viven desperdigados por la selva tropical, en aldeas separadas por muchos kilómetros de tierra deshabitada.

Alrededor del 70 por ciento de esta población ocupa el sur de Venezuela, mientras el resto se distribuye por zonas adyacentes a Brasil, en concreto en una zona que comprende parte del estado de Roraima y del Amazonas.

Vivienda

En las aldeas pequeñas viven entre 40 y 50 personas mientras que en las grandes pueden llegar hasta las trescientas. Sus aldeas -shabono-se construyen en círculo y son completamente abiertas.

Sus viviendas tienen forma cónica y viven en grupos de familias. La situación de las cabañas puede variar y en numerosas ocasiones, en lugar de formar un círculo, forman una hilera. Las familias comparten con las otras familias de la comunidad los productos obtenidos de la caza, la pesca o la cosecha (dentro de cada shabono conviven varias familias como una comunidad).

Cuando se reúnen alrededor de la hoguera que esta en el centro del shabono, comen, conversan, fabrican su utillaje, explican sus historias, mitos, leyendas y enseñan a los niños sus tradiciones.

Subsistencia

Los yanomamis se desplazan continuamente, es decir, son nómadas. Estos desplazamientos están motivados por el corto periodo de la productividad de sus cultivos. Cultivan en sus huertos la mayoría de alimentos: plátano, ñame, batata y malanga. Un cultivo dura dos o tres años. Cuando la tierra se agota, el poblado crea una nueva plantación en otro lugar. También recolectan productos silvestres y comen ranas.

Practican la caza todo el año, individualmente o en grupos, y utilizan el arco y la flecha. La pesca se practica con menos frecuencia y para pescar utilizan la flecha y el timbó, que es una especie de planta que zarandean en el agua para atontar a los peces.

Al basar su economía en principios básicos de autoconsumo (elaboración de sus propias pertenenciasllos -cestas, garrotes, arcos y flechas), rompen los conceptos económicos de casi todo Occidente. Actualmente siguen utilizando motivos "decorativos" ancestrales en sus cuerpos, los cuales se estampan con ciertos pigmentos naturales. Utilizan un veneno mortal llamado curare, que untan esparcido en la punta de las flechas.

Vestimenta

Debido a las condiciones climáticas, su vestimenta es muy sencilla. Se visten con fines ornamentales más que protectores; un hombre bien vestido no lleva nada más que unas cuantas cuerdas de algodón en muñecas, tobillos y cintura, y el prepucio sujeto a la cuerda de esta última. También usaban ramas enrolladas al cuerpo que tenían el nombre de Guayuco.

La vestimenta de las mujeres es igualmente escueta. Generalmente, se pintan el cuerpo con muchos colores, principalmente rojo y negro además se ponen collares, plumas en la cabeza y atadas a los brazos y pendientes.

Vida social

La vida social se organiza en torno a los principios tribales tradicionales: relaciones de parentesco, descendencia de los antepasados, intercambios matrimoniales entre familiares o grupos con un parentesco común y la autoridad transitoria de jefes distinguidos que intentan mantener el orden en la aldea y son responsables de establecer las relaciones de la comunidad con otras aldeas. El liderazgo suele estar vinculado al parentesco y los vínculos matrimoniales: los hombres grandes o líderes, proceden de las familias más numerosas de las aldeas. Según su ingenio, sabiduría y carisma pueden convertirse en autócratas, aunque la mayoría de los jefes se limitan a actuar como superiores ante sus iguales. No están exentos de limpiar los huertos, recolectar, cosechar, plantar y cazar.

Son al mismo tiempo pacificadores y valientes guerreros. La pacificación pasa a menudo por la amenaza o el uso de la fuerza, de ahí que la mayoría de los jefes tengan fama de waiteri o fieros.