Las últimas horas del Che

**Después de 11 meses de jornadas extenuantes, emboscadas continuas y combates cada vez más intensos, el del Che es ya un grupo sumamente diezmado: de los 50 guerrilleros que iniciaron las acciones, sólo quedan 17.


Las últimas horas del Che

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2017, 22:09 pm

Proceso/ Editor: Homero Campa

Hace 50 años -a las 13:10 horas del lunes 9 de octubre de 1967- el Che Guevara fue ejecutado en la escuelita del poblado de La Higuera, Bolivia. Con base en diversas fuentes bibliográficas es posible reconstruir los hechos que derivaron en su captura, su asesinato y en el intento —a la postre infructuoso— de desaparecer su cadaver.

1:00 horas
El Che y sus hombres llegan a la quebrada de Yuro, una cañada de laderas pedregosas con un fondo estrecho por el que corre un arroyo y en cuyas cimas la vegetación es poco tupida. Después de 11 meses de jornadas extenuantes, emboscadas continuas y combates cada vez más intensos, el del Che es ya un grupo sumamente diezmado: de los 50 guerrilleros que iniciaron las acciones, sólo quedan 17. Hambrientos, agotados, varios de ellos enfermos, los guerrilleros tratan de salir de esa zona prácticamente tomada por el ejército boliviano.

1:30 horas
Pedro Peña, soldado del servicio de inteligencia militar, descubre a los guerrilleros cuando toman el agua turbia y amarga del arroyo.

5:00 horas
Pedro Peña llega al poblado de La Higuera e informa al subteniente Carlos Pérez Panoso de la presencia de los guerrilleros. Éste se comunica por radio con el capitán Gary Prado, que comanda la compañía B del ejército y cuya sede se encuentra en el poblado de Abra del Picacho, a unos tres kilómetros de La Higuera.

5:20 horas
El capitán Prado llega a la confluencia de las quebradas de Jaguey y Yuro, donde establece su centro de operaciones. Llega con 165 efectivos de la Columna B, pero pide refuerzos de dos secciones de la columna A. En total, 195 efectivos rangers –entrenados por asesores estadunidenses— que poco a poco van estableciendo un cerco en forma de herradura alrededor del Che y sus hombres.

A esas horas Guevara manda a seis guerrilleros para explorar por parejas qué rumbo tomar. Benigno y Pacho van hacia el lado izquierdo cuando se percatan de la presencia de soldados bolivianos. Regresan de inmediato con el Che, quien ordena replegar las exploraciones y tomar posiciones para emboscar a los soldados.

9:00 horas
El capitán Prado concluye el cerco militar. La diferencia de fuego es abismal: 10 soldados por cada guerrillero, más apoyo de ametralladoras y morteros. Los dos bandos saben que están frente a frente, ocultos pero a distancia de tiro. El Che ordena esperar. Tiene la esperanza de que al caer la noche sus hombres puedan, ayudados por la oscuridad, escabullirse, ganar el firme del risco y romper el cerco.

13:30 horas
El Che envía a Aniceto y al Ñato a remplazar en sus posiciones a Pombo y Urbano, que se encuentran en el extremo de la cañada. Mientras se desplaza, Aniceto queda expuesto en un claro. Un soldado lo descubre. Le dispara matándolo de dos balazos en la cabeza. Benigno e Inti responden el fuego. La balacera se generaliza. Inicia el combate. Es el principio del fin de la guerrilla del Che en Bolivia…

14:10 horas
En medio del combate, el Che ordena a Pablito que se retire con tres guerrilleros que vienen enfermos. Se queda con cinco de sus hombres. Junto con ellos contiene a los rangers mientras cubre la retirada de sus compañeros.

Prado lanza al pelotón del sargento Bernardino Huanca hacia el interior de la quebrada. Un soldado dispara una ráfaga hacia “un bulto que se mueve”. Uno de los disparos hiere al Che en la pantorrilla derecha. Otro disparo impacta en la recámara de su fusil M2 inutilizándolo. Un tercero perfora la boina que lleva en la cabeza. El Che retrocede al interior de la quebrada y su grupo se dispersa.

14:30 horas
Willy ayuda al Che herido a subir una loma. Al llegar a la cima se topan de frente con el cabo Balboa y con los soldados Encinas y Choque. Willy no tiene tiempo de subir su arma que lleva en bandolera pues cuando se da cuenta los soldados están a unos metros apuntándolos. Sólo alcanza a gritar: “¡Carajo, este es el comandante Guevara y lo van a respetar!”.

Llega el capitán Prado. Extrae de una mochila una copia de los dibujos sobre el Che que hizo el pintor argentino Ciro Bustos, miembro de la guerrilla, después de que el ejército lo capturó. El capitán compara los rasgos. Luego pide que extienda la mano izquierda, donde observa una cicatriz en el dorso, supuesta señal particular que confirma la identificación del comandante guerrillero.

14:50 horas
Prado toma un radiorreceptor CRC9. Se comunica con su auxiliar Toti Aguilera. Le pide que envíe un mensaje a Saturno, nombre en clave del coronel Joaquín Zenteno Anaya, comandante de la Octava División del ejército boliviano. Aguilera procede: “Hoy a 7 Km. N.O. de Higueras en junta Quebradas Jagüey-Racetillo a Hs. 12:00 librose acción. Hay 3 guerrilleros muertos y 2 heridos graves. Información confirmada por tropa asegura caída de Ramón (nombre en clave para designar al Che Guevara). Nosotros aún no confirmamos…”.

17:00 horas
Prado ordena replegarse a La Higuera con toda su tropa y el Che herido. Va éste con las manos amarradas. Dos soldados le ayudan a caminar. Detrás, Willy; luego, Pacho gravemente herido sobre una camilla improvisada y, finalmente, los muertos: Arturo y Antonio.

19:30 horas
La caravana llega a La Higuera, un caserío miserable de no más de 30 casas. Ya está completamente oscuro. Los militares llevan a los prisioneros a la escuelita del poblado. Es de adobe, techo de paja y piso de tierra, con dos aulas separadas por un bloque de madera. En uno de los cuartos encierran a Willy, en el otro al Che. Los cadáveres de los dos guerrilleros muertos son colocados en el cuarto donde éste se encuentra.

21:00 horas
El mayor Miguel Ayoroa, comandante de los rangers, y el coronel Andrés Selich, comandante del regimiento de Ingenieros de Vallegrande, ingresan al cuarto donde se encuentra el Che. Lo interrogan. Quieren datos precisos que les faciliten el aniquilamiento del resto de los guerrilleros. El Che guarda silencio.

22:00 horas
Los miembros de la cúpula militar se reúnen en un salón de la ciudadela militar de Miraflores, en La Paz. Toman la decisión de matar al Che.

23:30 horas
El Comando de las Fuerzas Armadas envía al coronel Zenteno el siguiente mensaje en clave por código Morse: “Orden presidente Fernando 700”… El Che Guevara ha sido condenado a muerte.

0:00 horas
Un grupo de soldados borrachos quiere matar al Che. El oficial Ayoroa lo impide. Monta guardia con otros oficiales. Uno de ellos, Eduardo Huerta Lorenzetti, arropa al Che con una manta y le enciende un cigarro en la boca. Luego, habla largo rato con él. El jefe guerrillero por poco lo convence de dejarlo ir.

6:30 horas
El coronel Zenteno llega en helicóptero a La Higuera. Lo acompaña Félix Rodríguez, agente de la CIA de origen cubano. En la casa del telegrafista revisan los documentos capturados en la mochila del guerrillero. Luego van a la escuela. Hablan con el Che.

10:00 horas
Ninfa Arteaga y su hija, Elida Hidalgo, llevan sopa de maní al Che.

El agente de la CIA Rodríguez saca al guerrillero y le pide al mayor Niño de Guzmán, el piloto del helicóptero, que le tome una foto junto al Che. En la foto el Che aparece con el pelo enmarañado, la barba sucia, los ojos achicados por el sueño y el agotamiento, ligeramente encorvado, las manos al frente como si las tuviera atadas…

Rodríguez utiliza su radiotransmisor portátil RS48 para mandar un mensaje cifrado. Luego, sobre una mesa que se encuentra afuera de la escuela, empieza a fotografiar los documentos del Che.

11:45 horas
Zenteno recoge el diario y el fusil del Che y junto con Rodríguez parte en helicóptero. Ayoroa solicita voluntarios entre los rangers para ejecutar al Che. Otras fuentes dicen que fue por sorteo. El elegido es el soldado Mario Terán. Le dan bebidas alcohólicas para envalentonarlo y poder cumplir la orden.

13:00 horas
Terán entra al cuartito de la escuela donde está el Che. Trae un M2 en las manos. En el cuarto de a lado, el sargento Huanca acribilla a Willy y al Chino. El Che escucha los disparos. Sabe que en ese momento lo van a matar. Guevara está sentado en un banco, con las muñecas atadas, la espalda recargada en la pared. Terán duda, dice algo, el Che responde:

 Para qué molestarse. Vienes a matarme.
Terán hace un movimiento como para marcharse
 Tira, cobarde, que vas a matar a un hombre.

Los historiadores cubanos Adys Cupull y Froilán González ofrecen una versión ligeramente diferente: “Terán declaró que cuando entró al aula ayudó al Che a ponerse de pie... Afirmó que se sintió impresionado. No podía disparar porque las manos le temblaban. Dijo que los ojos del Che brillaban intensamente; que lo vio grande, muy grande y que venía hacia él. Sintió miedo y se le nubló la vista. Al mismo tiempo escuchaba que le gritaban: "¡Dispara cojudo, dispara!”

La primera ráfaga le destroza las piernas. Se contorsiona. Empieza a regar mucha sangre. La segunda ráfaga lo alcanza en el brazo, un hombro y el corazón.

Casi inmediatamente el suboficial Carlos Pérez entra al cuarto y hace un disparo contra el cuerpo. El soldado Cabero, para vengar la muerte de su amigo Manuel Morales, también le dispara.

Hay un consenso en los testimonios: el Che habría muerto a las 1:10 de la tarde del lunes 9 de octubre de 1967.

16:30 horas
El cuerpo del Che es amarrado a uno de los patines de aterrizaje de un helicóptero. Va sobre una camilla de lona y envuelto con una frazada. El helicóptero se eleva rumbo a Vallegrande. Llega a esta localidad media hora después. Lo esperan oficiales militares, periodistas y una multitud de personas que se han enterado del acontecimiento. Soldados retiran el cadáver del patín de aterrizaje de la aeronave y lo introducen en una camioneta Chevrolet cerrada que se dirige al hospital Señor de Malta de la localidad.

El cuerpo es depositado, primero, en el piso de la lavandería del hospital Señor de Malta y, después, en el lavadero. El coronel Roberto Toto Quintanilla, jefe de Inteligencia del Ministerio del Interior de Bolivia, le toma las huellas dactilares. Ordena que la enfermera de guardia, Susana Osinaga, limpie el cuerpo del guerrillero. Le ayuda en esta labor Graciela Rodríguez, la lavandera del hospital.

Luego, los médicos José Martínez Caso y Moisés Abrahán Baptista inyectan formol al cuerpo y levantan el acta de defunción. Por disposición de los militares omiten la hora y la fecha de muerte. Quieren que no haya dato alguno que comprometa la “veracidad” de la primera versión oficial: el Che murió en combate.

10:00 horas
Llega a Vallegrande un telegrama del jefe del Estado Mayor, general Juan José Torres: “Restos de Guevara deben ser incinerados y cenizas guardadas aparte”.

11:00 horas
El coronel Zenteno, jefe de la Octava División Militar; y el mayor Armando Saucedo, jefe de Información de esta misma división, ofrecen una conferencia de prensa. Muestran el diario del Che y aseguran que éste murió como consecuencia de las heridas que sufrió en combate.

12:30 horas
Los militares exhiben el cadáver a los pobladores de Vallegrande y a periodistas nacionales y extranjeros que en estampida han acudido a certificar la noticia de la muerte del guerrillero.

Es ahí, en la lavandería del hospital, donde los fotógrafos toman las placas del cadáver del Che que casi de inmediato dan la vuelta al mundo: el cuerpo exánime con el torso desnudo, la cabeza con el pelo revuelto, el rostro joven y sereno con los ojos abiertos. Son las fotos que recuerdan la imagen de Cristo recién bajado de la cruz.

21 horas
Por órdenes del coronel Zenteno, los médicos Martínez y Baptista cortan las manos del cuerpo del Che y hacen una mascarilla mortuoria.

2:00 horas
El cuerpo del Che es trasladado en un jeep al cuartel del regimiento Pando, en las afueras de Vallegrande. Los militares han dispuesto cuatro tanques de combustible para la incineración. No pueden, sin embargo, cumplir la orden. Varios factores lo impiden: una torrencial lluvia que se desató de manera imprevista, la susceptibilidad de los pobladores, la presencia de periodistas y corresponsales extranjeros, la proximidad del amanecer… Por tanto, entierran el cadáver en la misma zanja que un tractor cavó para los demás guerrilleros llevados a ese lugar: a un costado de la pista de aterrizaje del aeropuerto de Vallegrande. Una excavadora Caterpilar cubre después con tierra la fosa clandestina. La tormenta que no cesa borra las huellas…