La veda electoral ya terminó: voló en mil pedazos el miércoles

**La ceremonia era, en sí misma, un acto de difusión de acciones de gobierno, pues se acreditó a la prensa que cubre tanto al gobierno del estado como a la residencia de la república.

La Crónica de Chihuahua
Abril de 2015, 23:24 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera/ ahoramismo.mx

La veda electoral ya terminó. Después de la ceremonia del miércoles pasado, no existe impedimento alguno para que cualquier organismo público, centralizado o descentralizado; orden de gobierno o poder establecido pueda difundir las acciones que lleva a cabo. No hay problema, porque el presidente de la República, el secretario de Comunicaciones y Transportes e incluso el gobernador ya dieron el banderazo de salida a la difusión de obras de gobierno.

La ceremonia del miércoles pasado era, en sí misma, un acto de difusión de acciones de gobierno. No fue, ni mucho menos, un acto privado al cual se le reservó el ingreso a un grupo determinado de personas o se evitó la difusión de los detalles de la ceremonia, pues se acreditaron a los grupos de prensa que cubren tanto al Gobierno del Estado como a la Presidencia de la República.

Todas las actividades de los actores gubernamentales fueron propagandísticas, al menos de su obra. El secretario de Comunicaciones y Transportes, Eduardo Ruiz Esparza, no tuvo empacho alguno en difundir cifras referentes a obras realizadas por el gobierno al cual pertenece. Ahí estuvo todo el detalle: ante cientos de asistentes y decenas de periodistas, dijo que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto ha construido 14 autopistas que juntas hacen 934 kilómetros, con una inversión 56 mil millones de pesos. A la difusión de lo ya realizado, le agregó anuncios de obras de gobierno: están en otras 27 autopistas que sumarán mil 900 kilómetros, dijo.

Si todo lo anterior no es un acto de propaganda gubernamental, habrá qué borrar entonces el artículo 209 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.

El discurso del gobernador tampoco estuvo exento de la promoción de obra y acción de su administración. Su discurso ya no se constriñó a la obra en sí misma, sino que lo amplió a tal grado que habló de inversión extranjera próxima a llegar al estado; de espacios educativos construidos, de alumnos ingresados a la preparatoria y a la universidad y, al igual que Ruiz Esparza, también hizo un anuncio: no habrá rechazados en el próximo ciclo escolar. En descargo del gobernador, habrá que decir que esa parte de su discurso se refirió a un tema educativo, el cual sí está permitido como difusión de obra.

Si el manual distribuido por el Instituto Nacional Electoral sobre cómo aplicar la veda electoral prohíbe expresamente difundir “logros”, a lo largo de los discursos pronunciados en aquel miércoles se dijo esa palabra en repetidas ocasiones. Entonces ¿cuál veda electoral?

El Artículo 209 al que aludimos líneas arriba dice textualmente: 1. Durante el tiempo que comprendan las campañas electorales federales y locales, y hasta la conclusión de las jornadas comiciales, deberá suspenderse la difusión en los medios de comunicación social de toda propaganda gubernamental, tanto de los poderes federales y estatales, como de los municipios, órganos de gobierno del Distrito Federal, sus delegaciones y cualquier otro ente público.

Hasta donde sabemos, la campaña sigue en curso y aquel miércoles 15 de abril no era el día posterior al de la celebración de las elecciones.

El artículo en cuestión es bien claro cuando señala las únicas formas de difusión de obra gubernamental: Las únicas excepciones a lo anterior serán las campañas de información de las autoridades electorales, las relativas a servicios educativos y de salud, o las necesarias para la protección civil en casos de emergencia.

Lo anunciado ese día no correspondía a ninguno de esos conceptos.

La ruptura de la veda estuvo ahí, a la vista de todos, pero parece que a nadie le importó, ni siquiera a los partidos de oposición que están en campaña con la intención de quitarle espacios en el Poder Legislativo al PRI. Tampoco hay una sociedad civil que se haya inconformado con esa acción. Que nadie se queje entonces; que nadie hable de violación a la normatividad electoral, porque no hablaron a tiempo.