La sierra que se muere

Su fauna, su flora y su gente se extinguen


La sierra que se muere

Lily Dueñas
Diciembre de 2011, 13:55 pm

Chihuahua, Chih.- Con una extensión de 289 000 km² que ocupan la sexta parte del territorio de México, pasando por 9 estados incluido uno de los Estados Unidos, la Sierra Madre Occidental, es en realidad una meseta, surcada por numerosos cañones que dan la apariencia de sierra, pero lo más importante es que la Sierra Madre Occidental es el pulmón de la zona norte de México.

Pasando por Arizona, parte de Sonora, Chihuahua, Sinaloa, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Nayarit, y Jalisco, lugar donde se une al Eje Volcánico Transversal de México, a esta Sierra la integran siete barrancas; las más espectaculares son la Barranca del Cobre y la Barranca de Urique —que desciende hasta los 1879 m de altura—, surcadas por grandes ríos, entre ellos el Conchos que irriga gran parte del estado de Chihuahua.

Sin embargo y lamentablemente en los últimos años ha sufrido un grave deterioro, Según el Biodiversity Management of the Madrean Archipelago Report de 1994, hasta esa fecha la Sierra Madre Occidental contaba con más de siete mil especies de plantas, de las cuales cuatro mil eran endémicas. Mientras que otras zonas boscosas del mundo cuentan sólo con cuatro o cinco especies de pinos en cada ecosistema, en la Sierra Madre Occidental se encuentran quince diferentes, más unas 25 de encinas. Sin embargo, la tala forestal inmoderada de los últimos 120 años ha deteriorado considerablemente el ecosistema, acabando con numerosas especies y poniendo a otras al borde de la extinción

En 2011, si usted pasea por las intrincadas carreteras que luego se convierten en vereditas por los que circulan desde caballos hasta camiones de carga pesada, puede percatarse del deterioro ambiental de esta sierra, donde andes se erguían orgullosos bosque de coníferas y encinos, ahora sólo se pueden ver grandes extensiones de tierra pelada y cultivos amarillos, que perecieron en las heladas y sequías de este año.

La Sierra Madre que había sido habitada, durante miles de años por diferentes tribus indígenas de México, no se había visto tan afectada como en esta época moderna, cuando la insaciable sed material del humano, ha deteriorado hasta el tuétano a esta extensión de tierra salvaje.

Hace apenas 6 años, uno podía perderse fácilmente entre los primeros metros de extensión serrana, hace 50 años la abrupta exuberancia y la gran densidad de flora solo dejaba ver al visitante un verdor general y era muy fácil perderse en unos segundos.

La fauna de la Sierra, que estaba constituida por al menos 517 especies de fauna: 290 de aves, 70 de mamíferos, 87 de reptiles, 20 de anfibios y 50 de peces. Entre los mamíferos sobresalen la ardilla, el zorrillo, varias especies de murciélagos, el coyote, el armadillo, el venado cola blanca, la comadreja, el jabalí, el tejón, el puma, el jaguar, el ocelote y el gato montés, ya no existen en muchas zonas, y en otras tiene años de ser solo leyendas y cuentos del abuelo, algunos afirman que han visto en lo más recóndito de la Tarahumara el puma, y el oso negro, sin embargo desde hace años, nos e ha registrado un avistamiento de estas especies.

La fauna se vio deteriorada, no solo por la caza excesiva, sino también por el desarme d elos bosques que constituían no solo sus viviendas si no su alimento, es muy simple: si no hay alimento para los herbívoros y mueren tampoco habrá alimento para los carnívoros.

Así vemos que de las aves que habitan la sierra, 24 especies son endémicas. 10 están en peligro de extinción; entre ellas el guajolote salvaje, la guacamaya verde, la cotorra serrana, la coa, el águila real y el halcón peregrino. Ciertos estudios incluyen también al trogón orejón, el búho manchado y la chara pinta entre las aves en peligro de extinción.

De los reptiles, 22 especies son endémicas y de los anfibios doce tienen ese carácter. Entre los peces de agua dulce, algunos comestibles, destacan la trucha arco iris, Eleotris picta, la Cichlasoma beani y peces de la familia poeciliidae y Eleotridae

La tala inmoderada ya sea para utilizar la madera o para crear sembradíos legales e ilegales sobre todo, han dejado a la sierra pelona y moribunda, el desfase biológico ha causado cambios climáticos fuertes que han llevado a intensas heladas y sequias, que a su vez exterminaron este año los sembradíos de los indígenas más pobres, por lo que ellos también se han visto desplazados de sus tierras a mendigar las ciudades, donde su cultura y costumbres también tesan en vías de extinción.

El despilfarro de recursos forestales es tal que hasta el recurso de amparo llegaron dos comunidades indígenas de Guadalupe y Calvo para impedir que los mestizos que se denominan ejidatarios de Choreachi y Coloradas de la Virgen, continuaran con el mal aprovechamiento del recurso forestal que ocupan 33 mil hectáreas en la zona, en Junio de 2011.

La agrupación Alianza Sierra Madre por voz de su representante Isela González Díaz, manifestó que en el primer caso en el que existe 240 demandantes indígenas, la medición topográfica de los ejidatarios de Coloradas de los Chávez, se empalmó con el proceso resolutivo de las comunidades indígenas de la región logrando que se suspendiera la explotación forestal por parte de los mestizos luego de la sentencia del Tribunal Unitario Agrario 5, ya que la SEMARNAT había concedido permisos de explotación sin consulta de los indígenas

En este caso existen 70 demandantes que esperan el arreglo por parte de Tribunal Unitario Agrario para que suspenda el aprovechamiento forestal a los ejidatarios de los cuales el 70 por ciento son mestizos y ni siquiera habita en la zona.

Los proyectos turísticos, también dañan gravemente a la gente, a la fauna y a la flora de la Sierra, en 2011, la comunidad indígena de Mogotavo consiguió un amparo de ley para impedir la construcción del proyecto turístico en Creel, esto ya que se estaban contemplando en el proyecto una serie de hectáreas que formaban parte de la propiedad de dicha comunidad serrana.

Recientemente, habitantes de Madera, municipio serrano, denunciaron los abusos en la cacería de venados en la región que han mermado considerablemente con esta especie en cuestión de meses.