La pepena del cacahuate y el mundo globalizado

**El mercado global pide cacahuates pequeños para freír y empacar en bolsitas. **Nadie pepena cacahuates tan chiquitos.


La pepena del cacahuate y el mundo globalizado

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2010, 13:05 pm

Rosales, Chih.— Palabras grandes, ésas que hablan de la globalización, pero a pesar de que ni en el mapa está un poblado que se llama Salón de Actos, acá los agricultores trabajan al ritmo del mercado internacional.

Y siembran y cosechan una variedad de cacahuates de un tamaño más pequeño que el tradicional. La razón: empresas nacionales como Barcel y Sabritas, pero también otras de fuera, como la estadounidense Frito Lay, están pidiendo el maní miniatura, ideal para tostar, freír y enchilar, etcétera.

O sea, ignorados hombres de campo arrinconados en el último de los poblados del Sistema de Riego número 05, están produciendo al influjo de las exigencias del mundo globalizado.

¿Y por qué hay cacahuates acá? Véase si no: el terreno en este lugar es medio arenoso, que es el mejor para el cacahuate, y los ejidatarios siempre han cultivado esta leguminosa, combinándola en ciclos con frijol, maíz y chile jalapeño (del que dicen que también se da muy bien acá).

En estos días, los ejidatarios están cosechando el cacahuate, precisamente, y lo hacen con tractores provistos de rastras que entran al suelo (recuérdese que el fruto seco de estas plantas crece subterráneo). El tractor deja las plantas al ras del suelo, y el siguiente proceso es meterle ahí mismo otra máquina, una especie de descardadora que separa los cacahuattes de las ramas. El último de estos pasos es el aprovechamiento de las partes de la planta seca en forraje, que se procesa ahí mismo en el campo de cultivo.

En verdad que la casi total mecanización es cosa que antes no se veía en estos lares.

LA DESAPARICIÓN DE LA PEPENA

El poblado de Salón de Actos es el centro de población del Ejido Bachimba y se localiza en una franja del municipio de Rosales que se interna entre Aldama y Chihuahua al norte, y Meoqui al sur. Esta área urbana está a unos 16 kilómetros al Noreste de Colonia Lázaro Cárdenas.

Al preguntarle a Javier Montes que si después de la cosecha, dejarían suficiente cacahuate suelto para la pepena, él dijo que no, que ya nadie viene a pepenar, que ésa es una costumbre que ya desapareció.

Recordó que todavía hace unos veinte, veinticinco años, familias de la región hacían un recorrido por los diferentes campos de cultivo donde ya habían terminado las cosechas de frijol y de cacahuate, para juntar a mano los granos y frutos que se habían desprendido y que quedaban tirados en la tierra. Con esta actividad, una familia podía tener ingresos aceptables durante varios días.

Pero ya los cacahuates son tan chiquitos, que a nadie le reditúa venir a pepenar nada. Cosas de la modernidad y de la globalización.
(Nov. 4, 2010)