La fealdad urbana se instaló y llegó para quedarse

**Hay fealdad en la periferia, pero también en el centro. Véanse, si no, el edificio Ornelas y el propio Hotel del Real…


La fealdad urbana se instaló y llegó para quedarse

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2011, 18:25 pm

Por Froilán Meza Rivera

Chihuahua, Chih.- De por sí, la ciudad es fea... fea, sucia y desordenada, y encima la falta de recursos para poner negocios obliga a la gente a instalarse en tenderetes sin forma y con una estética que deja mucho que desear.

Éstos de la foto, en el Periférico Vicente Lombardo, por ejemplo: en primer plano, está una casita verde, mal hecha de ladrillos y láminas en el techo, abandonada y rodeada de maleza; en seguida, un changarro de pollos fritos en un cuartito de block y con techo de láminas y de telas sucias; un desponchado después, y un taller mecánico, igualmente caóticos, sucios y feos. Esto, nomás en un tramito del periférico.

Pero no se crea que sólo los comerciantes y prestadores de servicios más humildes tienen locales esperpénticos: dese el lector una vuelta por el estacionamiento de cualquier centro comercial, y asómbrese de las plastas asquerosas de aceite de motor combinado con polvo que afean todo el lugar y que resulta increíble que nadie se acomida a limpiar.

O vaya al centro de la ciudad y visite el Edificio Ornelas, donde entre otras oficinas, está la delegación estatal del ISSSTE... ¿existe, querido lector, otro edificio más feo en la ciudad que ese esperpento?

Y por edificios feos no paramos en estas tierras: ¿qué decir del viejo y vacío Hotel del Real, que se está cayendo a pedazos encima de las cabezas de los peatones? ¿O el Edificio Guízar, en seguida de la Torre Legislativa, y que nunca en la vida ha sido ocupado, presumiblemente porque está mal hecho y en peligro de derrumbarse?

Cosas veredes, Sancho, dijo el Quijote. Cosas así verás, lector.