La crisis que viene para los trabajadores de la Volkswagen

Reportaje especial/ La Crónica de Chihuahua


La crisis que viene para los trabajadores de la Volkswagen

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2015, 20:30 pm

Están en riesgo miles de empleos y la estabilidad laboral, económica y social de Puebla por la apuesta al desarrollo industrial que hace al menos cuatro décadas se hizo con base en el establecimiento de la armadora automotriz alemana Volkswagen (VW) en la capital del estado.

La crisis de credibilidad que enfrenta ahora la trasnacional germana, luego del escándalo internacional que generó por haber falseado las cifras de las emisiones contaminantes de sus motores diésel –hecho descubierto por autoridades de Estados Unidos– ha puesto en vilo a la economía de Puebla.

En Puebla, 40 por ciento de los empleos los genera la industria automotriz. Más de la cuarta parte, el 25.6 por ciento del total de la economía, está supeditada a la fabricación de autos y más de 80 por ciento de los ingresos por exportaciones son generadas por las empresas del sector de autopartes, manufactura y transformación.

Desde agosto de 2012 (buzos 520) académicos y empresarios criticaron que en Puebla, desde la administración pública y la iniciativa privada, se haya apostado todo el desarrollo económico del estado a la llegada de las armadoras VW y Audi; desde entonces se advirtió que la vulnerabilidad de la economía poblana se agravaba con esta dependencia hacia la industria automotriz, que en 2011 tuvo un insuficiente crecimiento en ventas –por sus precios elevados–, en créditos para adquirir autos nuevos, chatarrización, competencia de otras marcas y el constante ingreso de autos usados provenientes de Estados Unidos con menor precio, de acuerdo con datos aportados por una investigación del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados.

Ximena Valentina Echenique Romero, investigadora del Instituto Tecnológico de Monterrey, Campus Puebla, alertó del grave problema que significaba “centralizar el crecimiento” en la fabricación de automóviles y autopartes, porque representaba “una alta dependencia hacia los capitales extranjeros”.

El director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana de Puebla, Miguel Reyes, en palabras que parecían augurio, dijo también que el gran problema de la administración estatal consistía en que no había generado políticas industriales y que había basado su estrategia, desde el principio, en proveer mano de obra para la maquila, principalmente a la automotriz.

Los despidos

Derivados de la crisis de VW, hoy los augurios suenan a un “se los dije”, aunque aquella se ha dado por causas ajenas a la caída de la producción, que ha puesto en la antesala del desempleo, en el corto plazo, a casi dos mil 500 personas que directamente trabajan en la planta, más la que resultarían afectadas por un efecto dominó en las empresas proveedoras.

A pesar de que la armadora y el sindicato han asegurado a los trabajadores que hoy viven en la zozobra que no habrá ceses, la realidad es otra, de acuerdo con el docente e investigador de la Facultad de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Alejandro Chávez Palma.

En entrevista con buzos, el especialista realiza una ecuación sencilla: con la negativa de las autoridades de Estados Unidos a admitir en su mercado los motores diésel de la armadora con sede en Puebla, bajará sensiblemente la producción; luego entonces, se requerirán menos trabajadores y menos mano de obra, lo que traerá como consecuencia despidos masivos.

De manera directa, sin tomar en cuenta los empleos indirectos aportados por las proveedoras, la armadora alemana cuenta con casi 15 mil trabajadores en Puebla y 606 más en la planta de motores de Silao, estado de Guanajuato.

Volkswagen tendrá que realizar ajustes en todas sus plantas, incluida la de México que tiene sede en el municipio de Cuautlancingo, Puebla, apenas a un par de kilómetros del inicio del territorio de la capital poblana, asegura Chávez Palma.

Estos reacomodos lógicos –para conciliar la pérdida calculada en 22 mil 85 millones de dólares generados por el escándalo de las trampas en la emisión de contaminantes– estarán “reflejados en despidos, disminución de sueldos y menos días de trabajo… A menor producción, menor mano de obra”.

El académico de la BUAP observa además un negro panorama para Puebla por el caso Volkswagen y otros factores que se combinan y suman al agravamiento de la crisis: devaluación del peso, disminución en las participaciones federales de recursos públicos por la caída en el precio del petróleo, falta de empleos en otros sectores y la disminución de éstos en la industria automotriz… El diagnóstico es que Puebla estaría cerca de una recesión económica en 2016.

A pesar de que el estallamiento de la crisis se espera para el primer trimestre del próximo año, hay síntomas que lo comprueban. De entrada, las jornadas sabatinas de trabajo han quedado suspendidas y se prevé que los paros técnicos que ya se venían realizando se agraven con la consecuente disminución de emolumentos de los trabajadores que están directamente en la planta y luego también en las proveedoras.

Chávez Palma califica estos paros como “vacaciones forzadas” que pegan directamente en la economía de esas 15 mil familias; una suerte de desempleo a medias.

En el diagnóstico, aunque sin dar una cifra exacta de los posibles despidos, coincide la delegada de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) del Gobierno de la República, Vanessa Barahona de la Rosa.

En entrevista con buzos, la funcionaria federal considera inexorable la afectación a los trabajadores: “La plantilla eventual se verá muy afectada si no es que disminuida al 100 por ciento, para tratar de conservar la nómina… La realidad de Volkswagen es que está en una crisis mundial y no queremos que se afecten las ventas, porque afectando ventas habrá una afectación laboral”.

En este contexto, la recién llegada Audi, en lugar de fortalecerse con la caída de hasta 14 por ciento de la producción de Volkswagen, se vería también arrastrada. De este modo, aunque el Gobierno del estado haya anunciado la compra de más de 200 patrullas para ayudar a la segunda, la primera podría disminuir las inversiones previstas en un inicio.

Así, al menos 15 por ciento de los más de un millón de empleos que genera la industria en la entidad están en alto riesgo, con el grave conflicto económico y social que esto representa.

Las voces que fueron desoídas por el gobierno y la iniciativa privada, que cayeron en el grave error de poner “todos los huevos en la misma canasta”, hoy reiteran su mal augurio.

Empleos en vilo

Según el Centro de Estudios Económicos de Bancomer, cuatro de cada 10 empleos que se generan en Puebla provienen de la industria automotriz; es decir, 40 por ciento de la población económicamente activa (PEA) trabaja en esta rama industrial.

En cifras, esto significa que más de 900 mil de los 2.5 millones poblanos que conforman la PEA obtienen ingresos de manera directa e indirecta del sector automotriz. Bancomer asegura que 20 por ciento de los recursos que se pagan en sueldos en Puebla son generados por empleos relacionados con la fabricación de autos.

En suma, más de la cuarta parte, 25.6 por ciento del total de la economía poblana, depende de la industria automotriz local, que se concentra en la planta armadora Volkswagen y su red de proveedores de las zonas industriales.

Niegan crisis laboral

A pesar de las cifras que anticipan una merma en la planta laboral y en las horas de trabajo en la Volkswagen, y en medio del cierre del mercado automotriz de Estados Unidos a la marca VW, empresa y sindicato han asegurado que no pasa nada.

Antonio Flores Trejo, dirigente del Sindicato Independiente de Trabajadores de Volkswagen de México (Sitiavw), asegura que en lo que resta de 2015 no habrá despidos, porque así lo garantizaron los directivos de la planta. Sin embargo, reconoció que habrá “cambios” en la estructura de los días laborales, ya que en la nave donde se ensambla el auto Golf VII se incrementarán o modificarán los días de descanso a los obreros.

En el mismo tenor, en un comunicado con las firmas del vicepresidente de recursos humanos, Salvador Garrido, el vicepresidente de producción y logística, Miguel Sánchez, y el secretario general del Sitiavw, Antonio Flores Trejo, empresa y sindicato aseguran que no habrá ceses y llama a la plantilla laboral a redoblar esfuerzos y evitar la intranquilidad ante las versiones de que habrá despidos.

A pesar de los subsidios

La crisis parece imparable, a pesar de los enormes subsidios y apoyos gubernamentales que la armadora ha recibido en los últimos años.

Tan sólo en los últimos nueve meses de 2012, la administración estatal entregó en calidad de subsidios 110 millones 547 mil 655 pesos a la armadora alemana VW de México.

El dinero del erario público que el Gobierno de Puebla dio como apoyo a las plantas automotrices Audi y VW entre 2012 y 2013 integran un monto descomunal: ocho mil 459 millones 547mil 655 pesos.

En medio de la crisis de VW, la administración estatal no ha podido echar atrás la dependencia y la esperanza total de su política económica a la llegada de la armadora Audi, que se supone generará tres mil empleos directos en el corto plazo y hasta 10 mil en el largo, con una inversión en la entidad de mil 300 millones de dólares.