Jardines de Sacramento, colonia ejemplar, nido de valiosas luchadoras sociales

**Pequeño fraccionamiento de Chihuahua, festeja la conclusión de la magna obra del pavimento hidráulico de la avenida de acceso, gestionada por su grupo antorchista, y que beneficia a cinco colonias.


Jardines de Sacramento, colonia ejemplar, nido de valiosas luchadoras sociales

La Crónica de Chihuahua
Abril de 2016, 10:30 am

En la ciudad de Chihuahua, se encuentra una pequeña colonia, un fraccionamiento de casas de interés social, que es ejemplo de lo que el trabajo organizado de una comunidad, en su empeño por mejorar, puede hacer; se llama Jardines de Sacramento, está ubicado al norte de la ciudad, lo pueblan mayormente familias de trabajadores; varias decenas de las cabezas de esas familias hace más de una década fueron a las primeras reuniones que una organización, el Movimiento Antorchista Nacional, comenzaba a hacer en esa zona para precisamente organizar a la gente, a partir de ahí los cambios en la calidad de vida de cada familia y de la comunidad en general que era lo que buscaba este pequeño grupo de colonos, fueron dándose para bien.

Varias cosas destacan de este trabajo de los colonos, primero, que es un fraccionamiento pequeño, alrededor de 500 casas lo forman, y que este grupo en particular, uno de los más activos y propositivos de Antorcha en esta ciudad de más de 800 mil habitantes, está formado por puras mujeres, un decidido y dispuesto grupo de mujeres que ha logrado con sus ganas de sacar adelante a sus familias y ofrecerles la mejor vida posible, pavimentar su colonia y los accesos a ella, mejorar las viviendas de muchos de los que viven ahí, y los lugares en donde crecen sus hijos, hacerla más vivible.

Jardines de Sacramento está rodeado por una avenida y una vialidad muy importantes de la ciudad, la avenida Heroico Colegio Militar y la vialidad Sacramento, importantes porque conectan a cientos de colonias del norte con la zona centro y sur, y el tráfico es intenso, pues decir de norte a sur en la ciudad no es cualquier cosa: Chihuahua tiene la forma de una bota, y el crecimiento urbano ha sido paralelo, extendido, estas dos avenidas suponen para las personas, las vías más rápidas para cruzar la ciudad, de modo que son varias decenas de miles los coches que pasan por ahí, junto con la contaminación que generan. Cercano a la vialidad está el río Sacramento, por el que lleva su nombre, y el fraccionamiento se encuentra a unos metros, está entonces rodeado de negocios por la avenida, y por el tráfico constante de vehículos particulares y de carga de la vialidad, queda en una especie de hundimiento desde la avenida a lo alto, hasta la vialidad en la parte baja.

Cuando este fraccionamiento comenzó, hace más de 15 años, el paisaje era pies de casa y la mayoría de sus calles sin pavimentar o muy pocas, pues entonces aún las reglas para la vivienda social en México no obligaban a que las calles estuvieran pavimentadas; las paradas del camión quedaban muy lejos, hasta la avenida Heroico Colegio Militar, y llegar a ellas al principio, significaba recorrer a pie cerca de un kilómetro, aunque estuviera anegado el camino en épocas de lluvia, con las temperaturas apenas por arriba de los cero grados en el invierno, o el calor que provocan los hasta cerca de 50 grados que se sienten en el verano, y algunas veces en primavera.

“Esta colonia eran pies de casa que nos otorgaron del IVI (Instituto de la Vivienda), ahora Coesvi”, cuenta Maribel López, vecina del lugar que como la mayoría, han levantado su patrimonio y mejorado su colonia con el trabajo organizado, “muchos en nuestro esfuerzo, casi la mayoría somos madres solteras, somos personas de bajos recursos, trabajadores que luchamos para tener lo poquito que tenemos”, y no todos los que viven en Jardines de Sacramento están afiliados al Movimiento Antorchista, pero todos han recibido los beneficios de este trabajo.

Rosalía Vera Ibarra, la primera presidenta del grupo de colonos en el fraccionamiento y de las primeras que se adhirieron a Antorcha, ha sido partícipe de las decenas de gestiones ciudadanas ante las diferentes oficinas gubernamentales, sean federales, estatales o municipales, y ha sido testigo también, del resultado de ese trabajo, por ejemplo, las familias de este fraccionamiento tienen hoy la gran mayoría de sus calles pavimentadas, restan sólo unas cuantas cuadras que no se han terminado por responsabilidad de los funcionarios públicos a cargo, pero lo destacable es que aproximadamente la mitad de la pavimentación se hizo gracias a las gestiones de los colonos de Antorcha, y las familias organizadas han podido crecer sus pies de casa, a casas completas, más dignas, al haber logrado obtener paquetes de cemento, block o varilla, subsidiados o gratuitamente, construyendo o ampliando los pequeños baños originales, ampliando o edificando por completo cuartos, “echando” la losa de alguno, los cimientos, levantando paredes, encementando los patios…

PAVIMENTACIÓN DE LA VÍA DE ACCESO

En el exterior de las casas, la lucha organizada de estas familias también se comprueba en la construcción de una magnífica cancha deportiva equipada y cercada por completo con malla ciclónica y alumbrada con reflectores; la remodelación de las dos plazoletas públicas de Jardines, y en especial una obra destaca: la vía de acceso y salida a la colonia a la avenida Heroico y a la vialidad Sacramento. Esta ha sido una obra larga, comenzada desde hace cuatro administraciones municipales, víctima de los vaivenes burocráticos y políticos de los alcaldes en turno, comenzó a gestionarse con recurso federal en las administraciones municipales panistas a cargo de Juan Blanco Zaldívar y Carlos Borruel Baquera, luego comprometida para iniciarse en la priísta de Marco Adán Quezada Martínez, y finalmente concretada en la del edil saliente Javier Garfio Pacheco, se trata de la avenida que se denomina “Camino a las Grutas”, que conecta a la zona del río y a la Vialidad Sacramento, por un lado, y hacia la avenida Heroico Colegio Militar, por el otro.

Por la avenida Heroico inician los 830 metros de pavimento hidráulico con 8 metros de superficie de rodamiento en dos carriles de 4 metros cada uno, banquetas y cordones; al iniciar la colonia hace más de 15 años, la gente tenía que subir hasta la avenida, hoy hay un par de rutas más que ingresan a la colonia y el número de personas que debe subir es menos, adicionalmente, con el paso de los años, algunas de las familias han podido hacerse de algún coche, obviamente usado en la mayoría de los casos, de modo que la avenida sigue siendo indispensable para comunicarlos y realizar sus tareas y trabajos diarios, pero ir a la escuela, al trabajo, al hospital, antes, significaba caminar cerca de un kilómetro para llegar al paradero del bus, en la época de lluvias, en el verano y el otoño, se formaba una gran laguna, y las personas debían desviarse para salir a la calle, cuando no, caminaban al ras del camino, pues no había banqueta con la que pudieran caminar protegidos.

Esta calle ahora conecta a la vialidad Sacramento, cientos de coches pasan a diario por esta parte que conecta las dos importantes rúas, un nuevo fraccionamiento, por cierto no de casas de interés social, se construye actualmente sobre esta vía de comunicación gestionada cien por ciento por mujeres trabajadoras antorchistas.
Las familias de Jardines de Sacramento, de Los Potreros, de Quintas Carolinas, de Nombre de Dios, las colonias inmediatas a la zona, le deben mucho a este grupo de mujeres luchadoras y entronas, dedicadas no sólo a que sus familias tengan una mejor vida como era su objetivo original, sino a que la gente que las rodea, también viva mejor; humildes mujeres obreras que se instruyen sobre lo que realmente pasa en su ciudad, su estado, su país y en el mundo, y sobre sus derechos, decididas a darle vida a la Constitución y exigir a sus representantes populares que cumplan con su mandato, mejorar las condiciones de las familias mexicanas.

Son mujeres admirables, son cabezas de sus familias o comparten las responsabilidades con sus parejas, trabajan en su casa y en las fábricas, limpiando casas, en oficinas, hacen uno, dos turnos, horas extra, y durante diez años se han dado el tiempo para gestionar ante las autoridades lo que necesitan en su comunidad y en sus familias, pidiendo permisos en los trabajos, literalmente, dejando la olla en la estufa, recalendarizando sus obligaciones cotidianas para lograr ese cambio que buscan, o como Rosalía Vera, la primera presidenta del grupo de colonos que por cuidar a su mamá enferma se alejó físicamente del trabajo en la colonia, pero ha seguido trabajando “a control remoto”, y pronto, ya se lo anunció a sus compañeras y activistas de Antorcha que la recibieron con alegría en la reciente entrega de material, que precisamente gestionaron estas valientes mujeres, que va a regresar para trabajar por mejorar su comunidad, la noticia obviamente cayó de plácemes a este singular grupo.

Su colonia, la colonia de estas mujeres, Jardines de Sacramento, es un lugar digno, entre organizados y no, se han empeñado en que siga siéndolo así, está limpia, son casi nulas las bardas con pintas, los niños juegan en la calle seguros, la gente siempre vigila, siempre cuida, siempre lucha por lo que falta; la gente de esta colonia, de las aledañas y de los que pasan por ahí, le deben mucho a este grupo de ejemplares mujeres, que seguirán trabajando con Antorcha, “el trabajo ha dado frutos, y vamos a seguir haciéndolo con Antorcha”, dice Rosalía, “es una organización sólida, de bastante tiempo, muy comprometida con sus afiliados, con la ciudadanía, con la gente pobre”.