Inundaciones: la ineficiencia del gobierno de la CDMX sale a flote

REPORTAJE ESPECIAL.- “Es una tendencia que se ha ido acumulando poco a poco. Por ejemplo, el cajón de Viaducto-Piedad tiene aproximadamente 10 años que no se desazolva. Antes, año con año se metían a desazolvar”.


Inundaciones: la ineficiencia del gobierno de la CDMX sale a flote

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2017, 13:28 pm

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Ana Kerlegan

“Eran cerca de las seis de la tarde cuando llegué al metro Indios Verdes. Ya había notado, desde la estación Potrero, que llovía a cántaros. Aun así, mi plan era salir del metro. Pero al acercarme a la salida B, la escalera estaba repleta de pasajeros que se refugiaban de la lluvia, así que decidí quedarme en la orillita.

Ahí permanecí cerca de una hora, con temor de que sucediera una desgracia por el aguacero y la desesperación de otras personas que me empujaban y me pedían a gritos avanzar hacia el desembocadero de agua puerca, que al fin y al cabo tuve que atravesar, pese a la suciedad que llegaba arriba de las rodillas, el temor a toparme con ratas y contraer una grave infección de piel, tan solo para abordar el pesero que va a San Pedro Tambos. Aquel día que casi se nos cae el cielo completo”.

Así recordó Jessica Alejandra Montalvo Calderón, joven afanadora de un centro comercial de Polanco, la tromba que cayó e inundó la región norte y poniente de la Ciudad de México (CDMX) el pasado 28 de junio.

La terrible experiencia de Jessica es muy similar a la que cientos de mexiquenses padecen diariamente al trasladarse a esta ciudad, en la que trabajan; así como a la de un alto número de los ocho millones 855 mil 399 capitalinos que viven en la capital de la República y que cada temporada de verano deben sufrir el desborde de aguas negras que brota de las alcantarillas e inundan sus viviendas.

El origen de las inundaciones

Las inundaciones en la CDMX no son nuevas, son connaturales a su origen lacustre en 1321 o 1325 cuando surgió la Gran Tenochtitlán sobre una pequeña isla del antiguo Lago de Texcoco.

Ésta es la razón por la que cuando las lluvias tienen una intensidad superior a los 60 milímetros por metro cúbico… el viejo entorno hidráulico recobra su antiguo nivel y cubre no menos de los 100 puntos más bajos de lo que alguna vez fue el Valle de Anáhuac.

En un documento de análisis sobre el problema del desalojo del agua residual que el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) presentó en fecha reciente a la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México (ALCDMX) se explica que a diferencia de otras ciudades del país, los ríos que confluyen en el Valle de México no sacan el agua sino que la meten a la cuenca, razón por la que desde la época de la Colonia Española tuvo que crearse la infraestructura más compleja del mundo para desahogar sus excedentes con obras como el tajo de Nochistongo, el Gran Canal y el Drenaje Profundo, entre otras.

Este documento señala, además, que entre estas obras hay “colectores que se construyeron en la época del Porfiriato, cuya antigüedad es superior a los 50 años, y que son parte del sistema del gran canal del desagüe, así como 11 mil kilómetros de tuberías de drenaje, 1.2 millones de accesorios hidráulicos, rejillas, coladeras, bocas de tormenta, 17 presas de regulación y dos mil 241 kilómetros de colectores, una enorme cantidad de infraestructura a la que hay que dar mantenimiento”.

Otra causa de las inundaciones la explican los hundimientos del suelo, algunos de los cuales alcanzan hasta 15 centímetros al año en áreas ex lacustres como Iztapalapa y Canal de Chalco, contribuyendo a que el Gran Canal y los drenajes de las delegaciones Benito Juárez y Cuauhtémoc, estén hundiéndose en contrapendiente e impidiendo el desalojo del agua excedente en el Valle de México. Estos fenómenos se observan particularmente en la Colonia del Valle, en la delegación Benito Juárez, y en la Unidad Infonavit Vicente Guerrero, de Iztapalapa.

La basura atasca las presas

La limpieza de las 17 presas que hay en la CDMX cuesta al gobierno capitalino 102 millones de pesos al año. Es decir, el gobierno local gasta 280 mil pesos diarios en el retiro de más de cinco toneladas de desechos en estos vasos (150 toneladas mensuales), que se han convertido en un tiradero para las personas que viven en 40 mil viviendas ubicadas en laderas de zonas humedales, aseguró el titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), Felipe de Jesús Gutiérrez durante la puesta en marcha de la Comisión de Evaluación de Asentamientos Irregulares.

“Un tema crítico lo representan las barrancas y las presas, que constituyen más bien un asunto de contaminación, pues la gente que se asentó en esos lugares generalmente no cuenta con drenaje y descarga sus aguas residuales en los cauces urbanos, generando muchos problemas de olores pestilentes y falta de sanidad”, subrayó el Secretario.

Fallas graves en el mantenimiento

Daniel Ramírez Caso, vecino de la colonia Martín Carrera, en la delegación Gustavo A. Madero, solicitó durante más de cinco meses a las autoridades de esta demarcación que se desazolvara una coladera cercana a su domicilio porque era evidente que iba a provocar una inundación en la temporada de lluvias, lo que finalmente ocurrió con la lluvia extraordinaria que cayó a finales de junio.

En la misma situación se hallaron en esa misma jornada muchos vecinos de al menos siete delegaciones de la CDMX en las zonas poniente y oriente de la Ciudad de México, informó el Centro de Comando Control, Cómputo, Comunicación y Contacto Ciudadano, cuyos integrantes informaron a través de su cuenta de Twitter @ciudad_segura coincidieron en reportar el problema que afectó a los habitantes de Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztacalco, Miguel Hidalgo, Iztapalapa, Tláhuac, Tlalpan, Xochimilco y Milpa Alta.

“Situaciones de este tipo son reflejo de un problema grave que el gobierno capitalino no ha sabido atender oportunamente; tampoco ha invertido lo suficiente para dar mantenimiento y ampliar la red del drenaje, lo que implica riesgos tanto para la población como para la infraestructura hidráulica de esta ciudad.

Todo lo contrario, se recorta el presupuesto federal a la CDMX, hecho que afecta al Fondo de Capitalidad de 2017, desmejorando así la recolección de basura en barrancas, presas, coladeras y drenaje en temporada de lluvias. Recolección que acumula hasta tres mil 400 toneladas de basura”, asentó la presidenta de la Comisión de Protección Civil en la ALCDMX, Janet Hernández Sotelo.

“Es una tendencia que se ha ido acumulando poco a poco. Por ejemplo, el cajón de Viaducto-Piedad tiene aproximadamente 10 años que no se desazolva. Antes, año con año se metían a desazolvar”, afirmó a buzos Rodrigo García, trabajador sindicalizado del Sacmex.

Los informes de labores que la propia dependencia envía a la Secretaría de Finanzas dan cuenta de este rezago en las tareas de mantenimiento.

En 2014, el Sacmex solo realizó el 20.7 por ciento de los trabajos que tenía previsto hacer y en 2015 apenas ejecutó el 21 por ciento. Solo entre enero y marzo de 2016 se gastó el 87 por ciento del presupuesto de ese año y no da cuenta detallada de los servicios que realizó.

Las jefaturas delegacionales tampoco hacen nada por mejorar sus servicios de drenaje y dotación de agua potable. En 2014, según datos oficiales, solo el 3.9 por ciento de los trabajos de mantenimiento, conservación y rehabilitación que debieron hacer. En 2015 solo 11 de las 16 alcanzaron sus metas y cinco se quedaron atrás: la Benito Juárez quedó al 87.9 por ciento; Coyoacán al 29.5; Gustavo A. Madero al 61.6; Miguel Hidalgo al 61.7 y Tláhuac al 53.2 por ciento.

Ni mantenimiento ni previsión

El insuficiente mantenimiento del drenaje pone a la capital de la República en riesgo de sufrir encharcamientos e inundaciones durante las temporadas de lluvias, aseguraron terminantemente especialistas consultados por buzos.

Rodrigo García dice al respecto que las obras en el drenaje profundo pueden ser suficientes para enfrentar niveles normales de precipitación, pero no la llegada de tormentas extraordinarias como las recientes, pues éstas sobresaturaron ya el sistema.

“Las autoridades siempre se confían en que las lluvias van a ser tranquilas y las plantas de bombeo van a ser suficientes”, señaló el trabajador del Sacmex, quien lamenta que las autoridades hayan desatendido los pronósticos que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), órgano dependiente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que anunció que en julio de este año la capital estaría entre las 10 entidades donde llovería más.

Agustín Felipe Breña, investigador del Departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), aseveró que el drenaje de la CDMX está muy dañado y que debido a los hundimientos que cada año aumentan en buena parte de la ciudad se requieren cada vez más bombas para extraer el agua que se acumula.

“Es un problema muy grave y muy complejo. Ya con cualquier lluvia nos inundamos, porque realmente no se da mantenimiento a la red y no se le revisa constantemente. Y debido a su precariedad es obligatorio que cada año, antes de la época de lluvias, las autoridades le brinden mantenimiento para dejarlo, funcionando aunque sea medianamente; pero observamos que en muchas colonias de la ciudad no sucede esto.

“Urge contar con una mejor infraestructura hidráulica en la capital, que además de ser casi obsoleta, ha recibido insuficiente mantenimiento en los últimos 62 años; además, se requiere una planeación a 30 ó 40 años, con visión metropolitana, en efecto un esquema de inversión muy agresivo”, propuso el investigador.

Candado a la información

Según los expertos, para evitar que haya inundaciones se requiere una mayor inversión en trabajos de mantenimiento y la ampliación del drenaje, así como una revisión a fondo de los contratos que otorga el Sacmex a empresas privadas.

García reveló que esta oficina ha pagado precios “inflados” por trabajos de desazolve en las redes de agua potable y alcantarillado y es indispensable que la contraloría de la institución, o la ALCDMX, estén pendientes de la posible comisión de irregularidades en estos contratos.

La página de “transparencia” del Sacmex, sin embargo, mantiene “reservada” al menos 26 de las 41 auditorías practicadas a esta institución bajo el mando de Ramón Aguirre Díaz de diciembre 2012 a la fecha; y buzos no pudo hallar detalles sobre cómo y con cuánto operan sus contratos con las empresas que supuestamente desazolvan cañerías, presas y drenajes.

Mientras Tláloc da tregua…

El titular del Ejecutivo local, Miguel Ángel Mancera Espinosa, lanzó un llamado de auxilio financiero al Gobierno federal porque el erario capitalino dispone solo de dos mil o dos mil 500 millones de pesos para hacer que el sistema de drenaje de la Ciudad de México sea sustentable. “Necesitamos, fuera de ese presupuesto, más de 10 mil millones para que con la ingeniería mexicana logremos salvarnos de lo que ya nos alcanzó, que es el cambio climático”, alertó.

Mancera dijo que el Túnel Emisor Oriente (TEO) ha evitado que el Área Metropolitana se inunde por completo, “porque de lo contrario estaríamos todavía flotando en toda la zona del aeropuerto con las lluvias que han caído”.

Pero esta obra, de costo y tamaño colosal, no ha concluido al 100 por ciento, además de que su costo sube al doble debido al atraso de su construcción. En 2012 inició con un presupuesto aproximado de 15 mil millones de pesos, pero su costo actualizado se estima en 32 mil 911 millones 275 mil pesos, antes de su presunta culminación en 2018.

El jefe de gobierno aseveró que la CDMX necesita construir sub-túneles en Indios Verdes y en Canal de Miramontes porque las precipitaciones pluviales serán cada vez más intensas debido al cambio climático, aunque Mancera soslayó el hecho de que son ls mismos problemas que se presentaban durante lo que fue el Departamento del Distrito Federal (D.D.F.- 1966-1970) se reconoce que los problemas de desagüe de la capital de la República se deben también al desequilibrio proporcional entre el crecimiento de la población y la red de drenaje, negligencia sistémica de la mayoría de los gobiernos capitalinos de antaño y actuales.

En la crónica Sistema de Drenaje Profundo, se ratifica que en las obras de drenaje y saneamiento emprendidas por el ex presidente Porfirio Díaz hasta los gobernantes priistas Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, hasta las últimas dos décadas del Siglo XX, se llevaron a cabo contínuos procesos de mantenimiento y saneamiento del sistema del drenaje profundo, “pero la imparable expansión de la mancha urbana de 157 mil 599 habitantes de la ciudad en el año 1900 a ocho millones 918 mil 653 en 2016.

Es decir, de 1900 a 2016, el crecimiento acelerado de la población fue de 0.7 a 9.8, según cifras del Inegi, complicado aún más que el sistema de red pueda ser operativo y funcional; aunado a lo anterior, la ciudad se hunde y su peso repercute y daña a toda la infraestructura del drenaje”, coincidieron los analistas políticos Carlos Villasana y Ruth Gómez.

Hace un par de años, el gobierno capitalino había solicitado que se declarara a la ciudad en estado de emergencia a fin de recibir fondos federales que ayudaran a mejorar la situación de drenaje, pero no se logró y por lo tanto se tuvieron que conseguir fondos privados para la continuación del Túnel Emisor Oriente.

“La situación no ha cambiado y algunas partes de la ciudad siguen ahogándose durante cada temporada de lluvias. Con el paso del tiempo, la previsión de dejar a la Ciudad de México totalmente a salvo fue rebasada ante el constante crecimiento de la población capitalina, en tamaño y número de habitantes, por lo que las adecuaciones y prolongaciones al drenaje profundo parecen no terminar, ni ser suficientes, más si nos referimos a la ciudad más grande del mundo”, concluyeron los analistas.